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LA CALLE

2 de Junio de 2014

Mortal Kombat, el clásico de la violencia en los videojuegos que cambió para siempre la industria

Warner Bross lanzó al mercado este lunes Mortal Kombat 10, la última edición de una serie de videojuegos que ha generado fuerte controversia, pero que además ha fascinado a los aficionados del videojuego por más de 20 años. Las consolas de última generación mostrarán, sin duda, los horripilantes ataques de esta nueva versión del videojuego […]

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Warner Bross lanzó al mercado este lunes Mortal Kombat 10, la última edición de una serie de videojuegos que ha generado fuerte controversia, pero que además ha fascinado a los aficionados del videojuego por más de 20 años.

Las consolas de última generación mostrarán, sin duda, los horripilantes ataques de esta nueva versión del videojuego con más detalle y definición, lo cual puede llevar a nuevas controversias.

Pero es difícil imaginar que esta última edición de Mortal Kombat causará una ola de protesta tan cruenta como la que generó el juego original.

En el verano de 1993, Nintendo se preparaba para distribuir a Mortal Kombat en sus consolas. Éste era considerado uno de los videojuegos más violentos conocidos hasta ese momento.

Nintendo se caracterizaba hasta entonces por distribuir videojuegos que los niños adoraban y que contaban con la aceptación de los padres.

Así que el lanzamiento de Mortal Kombat era como ver a Disney distribuyendo la película Reservoir Dogs o American Psycho.

Mortal Kombat fue bien recibido en el mundo de los videojuegos, pero fuera de ese ámbito comenzó a ser asociado con una glorificación rampante del crimen.

En el juego, los combatientes podían arrancarle el corazón a un contrincante derrotado o decapitar a un opositor y mostrar la cabeza como trofeo.

Mortal Kombat motivaba a los jugadores a hacer esto con el mensaje “aniquílalo”, que aparecía intermitentemente en la pantalla cuando la pelea había concluído.

¿Cómo era posible vender un juego como éste junto a Super Mario en las tiendas?

Sangre verde

Meses después del lanzamiento inicial de Mortal Kombat, Howard Lincoln, ejecutivo de Nintendo, se reunió con el gerente general de la empresa Acclaim, Gregory Fischbach, para presentar una solución dirigida a aplacar a los críticos.

Acclaim tenía a cargo la adaptación del juego para consolas. “Lincoln nos dijo que teníamos que cambiar el color de la sangre de rojo a verde, lo que me parecía bastante tonto”, dijo Fischbach a la BBC.

Además de esto, aspectos relativos a cómo se mostraba a los muertos y escenas de fondo, como por ejemplo cabezas en postes, serían completamente removidos.

Para Fischbach, se trataba de una decisión precipitada, pero aún así no pudo impedirlo.

“Para mí, Mortal Kombat era como una revista de historietas violenta, pero mucha gente se molestó con esto. La gente pensaba que estábamos tratando de vender esto a niños de nueve años”.

El problema era que Mortal Kombat había llegado en un momento de transición de la industria de videojuegos.

Lo que inició como un entretenimiento para niños, comenzaba a servir los intereses de adolescentes y adultos.

“Fue el inicio del repunte en la industria de videojuegos”, señaló Fischbach.

“Tiempo atrás, estos juegos eran sólo para niños y nadie los tomaba muy en serio. Pero con el lanzamiento de Mortal Kombat, la industria comenzó a ser vista con otros ojos.

Aunque videojuegos como Mortal Kombat, Doom y Night Trap, fueron creados para una audiencia más madura, no había leyes que evitaran que los menores los adquirieran.

Esto llevó a que políticos y medios de comunicación fustigaran fuertemente a la industria.

Censura

Los esfuerzos de Nintendo de censurar las escenas más horripilantes del juego no pusieron fin a la controversia.

Sega, rival de Nintendo, también publicó el juego en su sistema Génesis, y mediante un código de trucos permitía a sus usuarios acceder la versión original.

Blake Harris, autor del libro “Guerra de consolas”, señala que la versión de Génesis de Mortal Kombat vendió cinco veces más que la de Nintendo.

Fue también la versión de Génesis que llamó la atención de un aficionado que por coincidencia era también hijo de un funcionario de Capitol Hill.

Según Blake Harris, esta conexión fue decisiva para la campaña que se desató en contra de los videojuegos violentos.

“Un hijo de Bill Andresen, un antiguo jefe de gabinete del senador Joe Lieberman, le pidió a su padre que le comprara Mortal Kombat. Pero cuando Andresen vio el juego, se lo mostró a Lieberman y éste se escandalizó”.

Reformas

El 1 de diciembre de 1993, Lieberman llamó a una rueda de prensa en Washington para exponer lo que consideró como la influencia corruptora de los videojuegos en la mente de los jóvenes.

“Estamos hablando de juegos que glorifican la violencia y llevan a los jóvenes a disfrutar de actos de crueldad inimaginables”, dijo Lieberman en esa ocasión.

John Tobias, uno de los creadores de Mortal Kombat, cree que la reacción fue injustificada.

“Yo creo que querían usar como chivo expiatorio a una industria de la que no conocían nada”, dijo Tobias.

Una semana después de la conferencia de prensa, Lieberman encabezaba un subcomité del congreso que insistía en que la industria del videojuego debía autoregularse si quería evitar que el Estado estableciera normas en su contra.

Cinco meses después, la industria del videojuego estableció la pionera Junta de Clasificación de los Software de Entretenimiento.

Una de sus primeras decisiones fue asignar a Mortal Kombat y juegos similares la clasificación M , de Mature en inglés, lo que significaba que a partir de ese momento era ilegal venderlos a menores de edad.

De manera que aunque la protesta de políticos y de los medios mostraron una imagen de la industria del videojuego nada deseable, llevaron al establecimiendo de un sistema de clasificación que todavía hoy en día sigue vigente.

Muchos años después, Gregory Fishbach, pasa revista a estos hechos. El sistema de clasificación de los videojuegos, dice “fue lo mejor que sucedió”.

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