Mujer que abortó en clínica privada: “Qué le importa a la UDI si tienes o no a tu hijo, ellos no le van a dar de comer” 

Camila, a quien llamaremos así para este testimonio, tenía 19 años cuando llegó con síntomas de pérdida a una clínica del sector Oriente, pero no fue un aborto espontáneo como le hizo creer a los médicos, cuando la ingresaron. Su ginecóloga ya le había indicado lo que tenía que hacer y decir para hacerlo pasar por una pérdida.

Fue en diciembre de 2006, Camila vivía en el sector oriente de Santiago con sus padres y sus hermanos, estudiaba una carrera artística en la Universidad Mayor. En una fiesta universitaria conoció a Daniel y quedó embarazada, “fue una noche de calentura y descontrol, me curé y me fui con el weón”, recuerda hoy a sus 27 años y asegura que abortar fue la mejor decisión que pudo tomar en ese momento.

¿Cómo supiste que estabas embarazada y por qué decidiste abortar?
Estaba en una fiesta, curada y conocí a un weón mayor que yo, me acosté con él, sin ninguna protección. Yo desperté y dije: estoy embarazada, fui tan irresponsable que no había duda de que ese había sido el límite de lo que yo estaba dispuesta a hacer en mi vida. Pasaron las semanas y estaba angustiadísima, no me atrevía ni siquiera a comprar un test. Una amiga de la U me convenció y me acompañó, me compré dos y me vine a la casa. Salieron positivos. Yo siempre supe que no lo quería tener, yo decía ni cagando. Acababa de conocer al tipo, era pendeja, estaba en una época de rebeldía, de tener que probarle cosas a los otros, de querer encajar, saber que habían cosas que no había que hacer, que sentías que no estaban bien, pero yo era súper influenciable”.

¿Y cómo conseguiste hacerte el aborto?
Cuando supe que estaba embarazada le conté a mi mamá, mi papá justo estaba de viaje en México y los dos me apoyaron. Llamamos a la ginecóloga que atendía a mi mamá y a mi hermana, y le contamos. Ella nos dijo que nos fuéramos altiro a su consulta. Ahí me hizo una ecografía intravaginal y efectivamente estaba embarazada, tenía cinco semanas. Yo le dije a la doctora que no lo quería tener, le pregunté cómo podría abortar y ella me dijo lo que podía hacer.

¿Y qué opción te dio?
Primero me dijo que jamás podía decir que ella me recomendó este método y por lo mismo no puedo dar su nombre, me dijo que tenía que comprar Misoprostol y que no lo vendían en Chile. Le mandamos un mail a mi papá que seguía en México y le contamos todo, el compró un frasco de pastillas allá a unos 50 mil pesos. La doctora me dijo que tenía que meterme intravaginal dos dosis de Misoprostol, dos pastillas primero y seis horas después dos más, que iba a sentir contracciones y que apenas comenzará a sangrar tenía que ir a la clínica, donde ella atendía. Me explicó que el medicamento no quedaba en la sangre, que al hacerme sangrar salía del organismo y que no iba a aparecer en ningún examen. Además me dijo que tenía que decir que tenía más semanas de embarazo, creo que dije que tenía dos meses y medio cuando ingresé al recinto con síntomas de pérdida. Era más común que los abortos espontáneos ocurrieran en esa etapa del embarazo.

¿Y qué pasó después?
Cuando llegó mi papá con las pastillas hice lo que me había dicho la doctora, pero no necesité la segunda dosis, pasaron dos horas, cuando comenzaron las contracciones y el dolor, sentía que se me iba a salir el útero. Llamé a la ginecóloga y partí a la clínica con mi mamá. Cuando me ingresaron, mi mamá dijo que estaba teniendo un aborto espontáneo, llegué a una sala y lloraba descontrolada. Mi mamá me decía: eres la mejor actriz, pero de verdad, no era eso, yo no podía parar de llorar. Yo creo que aunque una esté decidida a hacerlo, el cuerpo sabe y reacciona. Luego ingresaron unos médicos y me preguntaron, qué me había pasado, qué había sentido y si yo había hecho algo para interrumpir mi embarazo. Les dije que no, pero yo creo que ellos se hicieron los weones, porque esto pasa siempre.

¿Y salió todo bien, cuánto gastaron?
Mis papás gastaron como 700 mil pesos. Todo salió bien, supuestamente te duele, pero yo al día siguiente no sentía nada. Estuve un día en la clínica, en maternidad, y mi mamá me contaba que las enfermeras estaban súper preocupadas porque yo no escuchara a las mamás o los otras guaguas para que no me fuera afectar.

¿Y qué pasó contigo después, te afectó o fue traumático?
Fue una experiencia cero traumática, de repente también me cuestiono si eso es normal, porque que no me haya afectado nada, también lo encuentro raro, pero para mí es cero tema. Si me da vergüenza hablarlo a viva voz porque hay mucha gente que te juzga y que cree que eres casi una prostituta o incapaz de asumir las consecuencias de tus actos. Pero siento que tomé la mejor decisión que podría haber tomado. Sé que yo a los 19 años, no estaba preparada para ser mamá, me estaba acostando con un weón por una noche, no tenía idea de la vida, entonces más encima cagarle la vida a un cabro chico porque yo no estoy preparada para eso también es injusto, por qué él está obligado a que yo sea su mamá, siendo que fue por una estupidez. Hoy día si tengo un hijo estoy mucho más preparada y podría ser una mejor mamá que con la vida que estaba llevando en ese momento.

¿Qué pasó en tu casa, se habla el tema?
Igual el tema es medio tabú en mi familia, yo nunca más volví a tocar el tema con mi papá y yo creo que para ellos igual es fuerte.

¿Y qué piensas del debate sobre el aborto terapeútico?
Yo por mi contexto social lo pude hacer, por las lucas y creo que eso es injusto, porque existen muchas madres de escasos recursos que no pueden abortar, que no tienen la plata y que ponen su vida en riesgo, o simplemente tienen 5 o 6 hijos porque no se cuidan, porque no tienen la información o las lucas. Por eso creo que el aborto debe ser legal, muchas de ellas no están preparadas para ser mamás ni darle una buena calidad de vida a sus hijos. Es la mujer la que tiene que decidir, porque qué le importa a la UDI, si tienes o no a tu hijo, ellos no le van a dar de comer. En Chile se hacen abortos y eso es innegable.