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Opinión

20 de Julio de 2014

Mariana Aylwin, DC y ex ministra de Educación: “Eyzaguirre mete puro la pata”

En medio del duro gallito al interior de la Nueva Mayoría con la reforma educacional, Mariana Aylwin sacó la voz, una vez más. Y lo hizo precisamente pegándole al ministro del ramo Nicolás Eyzaguirre. En esta entrevista, la ex ministra de la misma cartera habla de todo; desde la selección en los colegios, lo que le parece bueno y malo. Dice que hay totalitarismo y voluntarismo y otras cuantas afirmaciones sobre el tema. En suma, la visión de una parte de la Democracia Cristiana. De hecho, asegura sentirse más escuchada en Fuerza Pública, de Andrés Velasco, "que en la DC”.

Daniela Yáñez
Daniela Yáñez
Por

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¿Qué le pareció el acuerdo transversal que se hizo con la reforma tributaria?
El gobierno se dio cuenta que requería un apoyo más amplio para lograr la reforma, porque estaba estancada. En el fondo tuvo que cambiar de estrategia, estuvo obligado a escuchar y pasó lo que tenía que pasar, llegar a un acuerdo. Es una evidencia clara de que intentar imponer la mayoría es pan para hoy y hambre para mañana.

¿Cambia esto el escenario de la reforma educacional?
El ministro ya está más abierto a cambiar los instrumentos, creo que hay muchas más posibilidades de acuerdo. Hace unos días aclaró que la reforma no era para la calle y eso es muy importante, porque en un principio quería darles el gusto a los estudiantes y no les dará en el gusto nunca. Los hechos nos dan a entender que su planteamiento era inviable.

¿Por qué está de moda la DC?
La Democracia Cristiana está cumpliendo un papel importante y me alegro. El senador Rossi dijo que la DC es un problema y la verdad es que sin la DC, los proyectos de ley se habrían impuesto y no discutido. Tenemos un rol importantísimo hoy y tenemos que aprovecharlo. Más ahora que la oposición prácticamente no existe.

¿La voz de Ignacio Walker reemplaza a la oposición?
Creo que él ha hecho un trabajo importante. La visibilidad que tuvo su crítica a la reforma fue clave. Ha obligado al gobierno a replantearse las fórmulas que ha propuesto. Aquí no se trata de estar en contra de los propósitos, pero las formas son muy importantes.

Está de acuerdo con sus críticas entonces.
Sí, por supuesto.

¿Y él representa las inquietudes del partido?
No, no lo creo.

Representa las inquietudes del sector de los príncipes.
Cada vez que Ignacio Walker hace un planteamiento, sale Jorge Pizarro haciendo uno distinto. Parece chiste. Y lo que demostramos es que la Democracia Cristiana no está unida y tampoco compartimos las mismas opiniones. Hay un grupo que está en la línea de Ignacio Walker, que quiere hacer valer la identidad de partido y de dejar nuestra impronta en el gobierno de la Nueva Mayoría.

Ese es su sector.
Sí, ahí también está Gutenberg Martínez. Y hemos hecho advertencias, que dentro del partido hay intentos de acallarnos. Gente que quiere gobernar sin parte importante de la Democracia Cristiana. Hay otros que se han colocado en el gobierno y de alguna manera están ahí haciendo noticia por el poder. Nada más.

¿Se refiere a Jorge Pizarro?
Dentro de la disidencia hay de todo, algunos acomodados en puestos de poder y eso hace que sean, renuncien o se adecúen a lo que más conviene. Eso no más diré. Y hay otro grupo que no tiene diferencia con la izquierda.

El sector progresista.
Atribuirse de quién es el progresismo me parece falaz, fíjese. Es un sector que no tiene ninguna diferencia con la izquierda, con el partido comunista o socialista y que la verdad no sé por qué están dentro de la Democracia Cristiana. Yo estoy en la DC desde una identidad distinta a la comunista y socialista, y quiero mantener mi identidad.

Educación en crisis
Los progresistas apoyan lo que su sector ha criticado más. El copago, la selección y el fin al lucro.
En primer lugar creo que el gobierno partió con tres reformas que no tienen gran impacto en la calidad. Yo puedo decir ok, no tengo problema que se termine con el lucro, con la selección y con el copago, pero en rigor, solo el copago tiene impacto. Las otras dos no van a hacer diferencia en la inclusión ni en calidad.

¿Por qué no?
En el caso del lucro, a pesar de que me traten como partidaria o como sea, he dicho lo mismo que el senador Montes. El 90% de los sostenedores no lucran, porque tienen retornos pequeños. Muy distinto es en educación superior. En el sistema escolar vamos a pasar unos colegios de aquí para acá, y el cambio no va a ser ninguno. Hoy en Chile hay 400 mil niños menos que la década anterior y como la subvención es por alumno, los colegios buscan la mayor cantidad de alumnos. Por lo tanto, la mayoría de los establecimientos no selecciona.

Ya, pero casi todos los establecimientos tradicionales y privados seleccionan.
Claro, esos sí seleccionan. Pero son de otra parte y a mí no me importan, porque cuando uno trabaja en La Pintana o Lo Espejo los que seleccionan son muy poquititos. Si hay 60 colegios, seleccionan 3. El copago sí tiene impacto. Pero la ley, como está prevista, no contempla los recursos para sustituir el aporte económico de los padres. ¿Vale la pena tensionar así el sistema por tres reformas, de las cuales dos son simbólicas y van a tener muy poco impacto en el sistema? Era previsible el temor de los padres, la campaña del terror, los sostenedores, en fin. ¿Cómo no se empezó por la reforma al sistema público?

Hace un par de semanas la presidenta Bachelet anunció la agenda corta en educación, que es justamente el fortalecimiento de la educación pública.
Pero esa agenda es un desahogo menor para los sostenedores, no es una inyección de dinero importante…

¿Fue una presión de la DC?
Yo creo que sí. Hoy en el presupuesto hay 100 mil millones de pesos y se agregan 20 mil millones de pesos más. No es una gran reforma. Lo que hay que plantear es cómo se organiza el sistema y cómo cambia la carrera docente. Esos dos, que son pilares fundamentales, fueron postergados.

¿Se le dio énfasis al lucro por populismo?
Hay un diagnóstico equivocado sobre lo que pasa en la educación. Esta visión, que en el sistema escolar tenemos una educación de mercado, que la educación es un bien de consumo…

¿Usted no cree que sea así?
En el sistema escolar no es así, porque en las últimas dos décadas se expandió el derecho a la educación. Antes los jóvenes estaban fuera del sistema, hoy están dentro y no sabemos qué hacer con eso.

¿La demanda es el problema de la educación?
Hay un desconocimiento tan grande de la realidad, que me impresiona. La gente piensa que regulando la selección todo se va a arreglar. ¿Y sabes?, los profesores lo único que quieren es echar a esos niños con los cuales no pueden trabajar. Entonces, la verdad es que es un tremendo problema porque te obligan a hacer cosas imposibles. Te dicen: trabaje con la diversidad, no puede echar a nadie. De lo cual yo estoy completamente de acuerdo, pero denme instrumentos para trabajar con la diversidad. Preparemos bien a los profesores. Hay 900 escuelas de pedagogía y no hay más de 300 acreditadas. No entiendo por qué se tensiona el sistema abordando reformas que no tendrán impacto en la calidad. Lo mismo con la compra de los colegios. Y lo digo, tendrán un efecto contrario.

¿El ministro Eyzaguirre tiene una visión elitista?
Elitista y academicista, lejana de la realidad. No conoce los problemas de los colegios. Aquí se juntó mucha gente nueva que no ha estado en el sistema educación. Tienen buenas ideas, pero se compraron el discurso de los estudiantes. Pero las cosas no funcionan así. Cuando yo dije que esta reforma podía ser el nuevo Transantiago me refería a eso. Aquí hay efectos que no se han previsto. ¡Y son obvios!

¿Tiene que ver con quién se ha rodeado el ministro Eyzaguirre? Hay una fuerte presencia de Revolución Democrática en el ministerio.
No me cabe duda. Se rodeó del mundo de jóvenes. Son personas inteligentes, preparadas, tienen buenas ideas, pero eso hay que confrontarlo con la realidad y ese nexo no se hizo. La política desde la pura teoría no resulta.

¿Cómo ha manejado la reforma el ministro?
Mal. Sus intervenciones han sido inadecuadas. Eyzaguirre mete puro la pata. Diciendo metáforas de los patines, que los papás son ilusos… de verdad ha cometido errores que lo han puesto en una situación muy difícil. Es súper fácil ir contra la reforma. A lo mejor no es muy popular, pero tiene tantos errores que la situación para él es bien compleja.

Parafraseando a Patricia Matte, ¿le falta calle a Eyzaguirre?
De todas maneras.

¿Y le ayudará la incorporación de Andrés Palma?
Creo que es un político con experiencia que puede contribuir a generar este nexo entre buenas ideas y la realidad.

Dicen que fue iniciativa de la DC.
No lo sé, pero si sé que respondió a una necesidad política.
También llegó al ministerio un asesor cercano del ministro Peñailllo, Harold Correa, y un PC como Juan Andrés Lagos. Esto deja en evidencia el déficit político que existía en el equipo inicial del ministerio. Que salvo Eyzaguirre, era ninguno. Vienen a dar ese peso y es ahí cuando uno ve que los partidos tienen importancia, la relación con el Congreso es fundamental. Las relaciones tienen que ser con todos y no solo con algunos.

¿Hay una visión sesgada sobre la reforma?
Obvio, hay un mal diagnóstico. Se dice que la educación está en crisis y la educación chilena no está en una crisis. Somos el país que más ha avanzado en los últimos años en las mediciones internacionales.

¿Por qué existe entonces un movimiento estudiantil que pide reformas de fondo?
Que no esté en crisis no quiere decir que no tenga problemas. Las movilizaciones son y han sido por temas distintos, empezaron por la jornada escolar completa, el pase escolar y después se fue construyendo un discurso de movilización social. Y todo eso yo lo rescato, pero eso no significa que la educación chilena esté en crisis. Los jóvenes están mucho más educados, tienen conciencia política, todo eso es bueno para una sociedad más democrática y más abierta. Estos jóvenes son hijos de nuestras reformas educacionales anteriores.

¿Coincide con José Joaquín Brunner, que el movimiento estudiantil es narcisista?
Yo he sido mucho más crítica del mundo político que del movimiento estudiantil. El mundo político, por congraciarse con el movimiento estudiantil, se ha comprado entero sin procesar el discurso de los estudiantes. Especialmente el mundo de izquierda y parte de la DC, sin hacer ninguna mediación. De verdad siento que no están cumpliendo su rol. El rol de la política es mediatizar y recoger los sentimientos, pero también encauzarlos y ese proceso, el mundo político lo ha hecho mal.

¿Usted cree en educación pública, gratuita y de calidad?
Sí, obvio que estoy de acuerdo. El tema es cómo se hace.

¿Como ministra, pudo haber hecho más?
Sí. La tramitación de las leyes fue muy lenta. Recuerdo que presentamos en 2002 el proyecto de acreditación, el crédito con aval del Estado y se demoraron hasta el 2006 en salir. Ha existido mucha demora. Esa es mi mayor crítica.

¿Cuál es el rol de la Iglesia Católica en esta discusión?
Todos los actores tienen derecho a participar, la Iglesia es uno de esos actores y tiene una trayectoria en educación, tiene conocimiento, colegios, su voz es muy importante. Pero según algunas personitas acá en la Nueva Mayoría, solo pueden hablar los estudiantes, los sostenedores no. Porque son todos sinvergüenzas y tienen intereses. Y no puede ser así, todos los actores en educación tienen derecho a participar.

La tensión

En el G-90 de la Nueva Mayoría hay varios partidarios de una política refundacional.
La Nueva Mayoría no se ha consolidado como bloque y existe por la popularidad de Michelle Bachelet. Aquí hay ideas distintas, algunos son refundacionales, y otros no lo somos. Por lo tanto, hay una tensión.

¿Cómo se trabaja con dos visiones tan contrarias en un pacto?
Este pacto se formó gracias a la popularidad de Bachelet, sin su liderazgo no existiría la Nueva Mayoría. ¿Existiremos sin ella? No lo sé.

¿Hay una hegemonía de la izquierda en la Nueva Mayoría?
Hay un intento de hegemonía, no me cabe ninguna duda. Ahí están los Girardi, los Rossi, los Quintana, Andrade.

¿Ellos serían las voces autoritarias?
Tienen una mentalidad totalitaria. Cuando uno habla te descalifican y te dicen usted no puede hablar.

La han mandado hablar hasta del tarot.
Exactamente… pero el senador Montes ha dicho cosas parecidas a lo que yo dije y no le han dicho lo mismo. De verdad creo que son autoritarios, dicen que aprovechemos las circunstancias, que tenemos una mayoría y apliquémosla a raja tabla. Estas voces intentan acabar cualquier opinión. Es terrible, he soportado años de censura a mis opiniones. Partí hablando con el mayor de los respetos: ¡Ojooooo, va a pasar esto! y me mandaron a guardar.

Y en ese nuevo rol de pitonisa ¿cree que le afectará la reforma a sus colegios?
No, en nada creo yo. Podría… hay un tema que podría afectar, que es la obligación de ser dueños de los bienes. Porque muchas de estas instituciones, que son fundaciones, los bienes son de las congregaciones religiosas o del arzobispado. Aunque somos una corporación sin fines de lucro.

¿Por qué se le sigue apuntando como “la militante DC con conflictos de interés” entonces?
Yo no tengo ningún conflicto de interés. Es algo que se instaló, mal intencionadamente, desde dentro de mi partido y me ha causado mucho daño. Siempre tengo que estar dando explicaciones. Yo soy una profesional que trabaja en esto, punto. Vivo como profesional, no soy dueña de ningún establecimiento ni lucro con la educación.

¿Por eso no la dejan hablar?
Porque tienen mentalidades totalitarias y están en la Nueva Mayoría. El senador Rossi, me da no sé qué. ¿Qué le pasó a este señor?, díganme qué le pasó a este señor. Con la agresividad que habla, no le entiendo.

Está de acuerdo entonces con la opinión de Walker sobre la doctrina Rossi.
Completamente. Se pusieron totalitarios ¿qué les pasó? Quieren aplicar las mayorías como si no existiera nada más que ellos. Ahí está Arenas negociando con la UDI y con RN, es la forma de trabajar. ¡Es la realidad la que se impone y no el voluntarismo! Acá hay una actitud totalitaria y voluntarista.

Usted milita en la DC, trabaja en una corporación que maneja colegios y tiene un cargo directivo en Fuerza Pública, ¿se tiene que desdoblar para hablar de política y educación?
Yo trabajo en educación. Ese es mi trabajo, es un trabajo remunerado. Y ha sido así por años. Mucha gente tiene profesión y también compromiso político. Yo milito en la DC y es mi partido. Pero qué me pasa. Lo que veo es una DC que durante los últimos 15 años ha liquidado descarnadamente a cada uno de sus liderazgos. Primero a Foxley, luego Alvear, después a Claudio Orrego. No hay un liderazgo en la DC que pueda concitar una unidad. Dentro del mismo partido los están derribando. Entonces veo un liderazgo como el de Andrés Velasco. Una persona de centro, que está fuera del partido y está teniendo apoyo popular. Menos mal que no estaba dentro de la Democracia Cristiana o si no lo derribarían. Por eso estoy en Fuerza Pública, porque es un espacio más amplio, donde conviven muchos independientes que siempre han votado por la DC y que ahora no se sienten interpretados. Hay fuga de electores y militantes. Creo que aquí hay una posibilidad de ampliar el espacio de un centro moderno, liberal y abierto. Yo no me siento en conflicto.

¿Se siente más escuchada en Fuerza Pública o en la DC?
Mucho más escuchada en Fuerza Pública. En la DC cada vez que hablo me sacan la mugre. No sé si es fea la palabra, pero bueno.
Con respecto a lo valórico, Fuerza Pública se denomina como centro progresista, pero a usted se le tilda de conservadora.

¿No hay tensión ahí?
No sé a qué se le considera conservador, porque dentro de la DC fui una de las que impulsó la ley de divorcio y la despenalización de la sodomía. En temas valóricos, creo que la sociedad ha cambiado y uno también cambia. No veo qué daño le puede hacer a la sociedad el matrimonio igualitario. No veo. Si hay personas que quieren comprometerse, me parece un valor para la sociedad. Y para la familia. Y que estén protegidos por la ley me parece importante.

¿Y sobre el aborto qué piensa?
Para mí el aborto no es un derecho, es un problema que debemos abordar. Y en lo que no estoy de acuerdo es que el aborto esté penalizado. Por ejemplo en caso de violación en menores de edad. La política pública debe enfrentar ese problema.

¿Se ve viable un nuevo centro político de la DC con Fuerza Pública?
Veo una posibilidad de unidad o no estaría en esto. Yo creo que DC y RN es imposible. Somos culturalmente muy distintos. En Fuerza Pública, hay un espacio de centro, más progresista, más abierto, más moderno, que valora el sector privado. En cambio en la Nueva Mayoría uno ve un intento más hegemónico de los sectores de izquierda.

¿Ha pensado en salirse de la DC?
No, jamás. Voy a mantener mi militancia.

¿Cómo se ve en el partido su cercanía con Velasco?
Creo que a muchos les molesta. Pero hay un doble estándar. Porque cuando Orrego estuvo como candidato a la presidencia yo estuve con todo con él. Y había muchos militantes del partido que estaban por Michelle Bachelet. Entonces no me critiquen, los mismos que le dieron la espalda al candidato de la Democracia Cristiana. Yo no le estoy dando la espalda a nadie acá. Espero que en ese contexto, si el liderazgo de Andrés Velasco se potencia, él pueda ser un representante fuerte.

¿Y si Andrés Velasco se presentara como candidato presidencial?
Si no existe candidato de la DC me sentiría bastante libre. Si no, tendría que evaluar, quién sabe.

¿Qué piensa su papá, Patricio Aylwin, de todo esto?
Mi padre ya está completamente fuera de la coyuntura política.

¿Pero no tiene ninguna opinión general de cómo está avanzando Chile?
Él vivió un contexto completamente distinto. No nada, no sabría decirte. Mi papá a sus 95 años ya no está preocupado de estas cosas. Incluso a veces todo es novedad. Está en otra etapa donde las cosas las ve desde afuera, desde lejos. Él solo ve de Chile, un gran bosque.

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