Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

22 de Julio de 2014

Andrés Santa Cruz, presidente de la CPC: “Si esta guagua fuera mía sería mucho más bonita”

La paternidad del acuerdo por la reforma tributaria está en abierta discusión. Mientras los banqueros y los políticos se disputan el paternalismo sobre el proyecto, la CPC asegura que la iniciativa no contiene su ADN. Aunque los empresarios reconocen que la idea actual es mejor que la original, las incertidumbres siguen presentes. Si dependiera de ellos, el proyecto sería bastante distinto: “Elevar la carga impositiva del 20% al 27% va a tener efectos en la inversión, en el crecimiento, en el empleo, y en las remuneraciones”, se queja Santa Cruz.

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

Andrés-Santa-Cruz-foto2-cristobal-olivares
¿De quién es la guagua?

De los políticos. La guagua es completamente de la clase política, porque él que negoció fue el gobierno con los partidos.

¿Por qué el Presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, decía que la guagua era de él?
Pregúntele eso a Jorge Awad.

¿Cuánto del ADN de la CPC tiene esta guagua?
Esto es todo de la clase política. A esta guagua le haces un test de ADN y nosotros no aparecemos. Insumos ha dado todo el mundo, nosotros y miles de actores sociales, eso es lo lógico, pero al momento de negociar son los partidos los que llevan adelante la idea.

¿Usted fue a la casa de Juan Andrés Fontaine?
No, a mí no me convidaron a tomar té. A esas reuniones asistieron los negociadores políticos y sus técnicos.

Carlos Peña decía que este acuerdo se había cerrado tomando té. ¿A ustedes no los invitaron?
No, nosotros no fuimos parte de las negociaciones, porque estas las condujo el gobierno y fue con todos los sectores políticos. A nosotros nos preguntaron la opinión. Cuando partió todo este tema nosotros constituimos un grupo de trabajo con Ricardo Escobar (ex director del SII durante el primer gobierno de Bachelet) y otros más.
¿Cuál era nuestro papel? Estudiar la reforma, poner a los técnicos a trabajar y entregarle los insumos a la clase política. Ellos verán cuáles ocupan o no.

¿Ricardo Escobar fue el lobbista de la CPC?
No, para nada, acá no hubo lobby. A mi juicio, el lobby es lícito en la medida en que no haya nada indebido. Pero nosotros nos dedicamos a los insumos, las ideas, para que les sirva a los que toman las decisiones.

Nadie le puso pistola al pecho a nadie.
Nosotros no operamos de esa manera, no se me pasaría por la mente presionar a alguien. ¿Cuáles son las armas de uno? Los argumentos técnicos, solo con buenos argumentos se puede convencer al otro de que mis ideas son mejores.

¿Y lo escucharon?
Hubo una disposición a escuchar ideas de todo el mundo. Yo creo que se dieron cuenta de que estaban arriba de un mal caballo. Si yo te digo: “Oye, compadre, estás arriba de un mal caballo. Yo creo que este caballo no termina la carrera”. Entonces tú miras y ves las alternativas. No es que el gobierno se haya cambiado de caballo, sino que hoy dio más de dos posibilidades de caballos en los cuales se puede correr.

¿En qué aspecto se sintió escuchado?
En que hubo siempre disposición para que los técnicos pudieran platear sus puntos de vista. Eso fue positivo, porque el curso de Dios no lo dan, aunque hay muchos que creen que se inscribieron.

¿El curso de Dios?
Sí, hay muchos que creen que se inscribieron en ese curso y a mí me gustaría saber dónde se da, porque acá hubo mucha verdad absoluta.

¿Hay muchos dueños de la verdad en la Nueva Mayoría?
Esto no es patrimonio de la Nueva Mayoría, esto es sin excepción, abarca al arcoíris completo.

¿Esta fue una negociación a puertas cerradas?
Se negoció con todos los actores, a mi juicio hubo muchos. El gobierno se dio claramente cuenta de que éste era un mal proyecto y que lo que había que hacer era cambiarlo y eso lo enaltece.

Sin embargo, el nuevo proyecto no es de su total simpatía.
Este no sería mi proyecto, así que contento no estoy.

¿Es muy fea la guagua para ser suya?
Voy a tomar la frase: si esta guagua fuera mía sería mucho más bonita.

¿La derecha optó por el mal menor?
No. Se optó por el bien de Chile, por buscar un mejor proyecto. Hay que darse cuenta de cuál es la situación al negociar. El gobierno y el Congreso son de la Nueva Mayoría y ellos aceptaron el acuerdo porque se rescataba el corazón de la reforma: los US$ 8.200 millones y el término del FUT.

REFORMAS
Andrés-Santa-Cruz-foto1-cristobal-olivares
Usted decía que el proyecto como estaba concebido inicialmente provocaba desempleo y hacía peligrar el crecimiento. ¿El actual acaba con la incertidumbre empresarial?
El proyecto original tenía serios problemas constitucionales y económicos, por el crecimiento. No nos equivoquemos, el crecimiento es un medio para tener empleo y mejores remuneraciones, no es ningún fin. Este nuevo proyecto mejora en algo las cosas, pero elevar la carga impositiva del 20% al 27% va a tener efectos en la inversión, en el crecimiento, en el empleo, y en las remuneraciones.

¿Va a haber desempleo con esta reforma?
Al haber menor crecimiento va a haber menos empleo y menos alza en las remuneraciones, eso es lo que nosotros pensamos. Lamentablemente esta reforma se está dando dentro de un contexto de desaceleración económica. ¿Qué haría yo? Dada esta realidad, hay que tomar medidas para aminorar estos efectos que sí o sí va a provocar la reforma. El desafío del gobierno ahora es meterse en el tema energético.

¿Es más equitativa esta reforma?
Esta reforma la pagan los que tienen más. Si es equitativa o no dependerá de en qué se gasten los recursos, de la eficiencia del gasto público. El gobierno tiene que ser mucho más responsable, porque le han dado los recursos para invertir en calidad de educación sin haberle pedido una muestra de fe de que lo hará bien. La responsabilidad del gobierno de hacerlo bien ahora es el doble, porque le entregaron los recursos sin amarrar los proyectos.

Se le entregó un cheque en blanco al gobierno.
No, se confió en ellos y en que las propuestas efectivamente apuntan a mejorar la calidad.

De lo que sabemos hasta ahora, el gobierno está en contra del lucro, la selección y el copago. ¿Usted cree que los recursos se van a gastar bien con estos proyectos?
De los tres proyectos, ninguno apunta a la calidad. He visto ausente de esta discusión la mejora en la calidad. Acá estamos preocupados del lucro.

¿Qué piensa del lucro en la educación?
Toda utilidad bien habida es legítima. Acá se plantea que cualquier utilidad hecha con recursos para la educación no parece lícita, pero las utilidades bien habidas yo nos las condeno ni me parece que haya que estigmatizarlas.
¿Qué van a hacer acá? Van a cambiar un lucro transparente por un lucro de los amigos de los partidos políticos, que van a estar contratados en las distintas cosas. Esa es la verdad, hablemos en castellano: cuando uno mira cuál es el gran problema de la educación municipal es que en muchos municipios los que están a cargo son los familiares, los amigos, y los apitutados que se asimilaron al partido político del alcalde triunfador. Pregúntale a la gente, a mí no me cuentan cuentos, así opera la vida real.

¿Cómo no le gustaría que se gastaran los recursos?
Te voy a decir cómo me gustaría que se gastaran: hay que gastar la mayor cantidad en educación inicial, sala cunas y preescolar, porque ahí se genera la brecha.

¿Está de acuerdo con que se elimine la selección?
Me preocupa que el mérito no pueda ayudar a aspirar a tal o cual colegio. De lo que no soy partidario es que haya discriminación y que a través de la selección se discrimine. Hay que buscar el equilibrio. Yo confío en que los proyectos y las medidas que se tomen al respecto van a apuntar en la dirección correcta. En la reforma educacional hay que oírse sin endiosarse, sin descalificar al otro, sin tener posturas ideológicas. Si la gente conversa con ese ánimo la solución está a la vuelta de la esquina.

¿Se ha escuchado mucho la calle?
Una cosa es escuchar a la calle y otra es ser rehén de la calle. Suponer que la calle es la representante de todo, cuando el mayor problema de la educación lo tienen los que no marchan, es ser un poco rehén. ¿Quiénes son los que quieren obtener todo? Los que están en la educación superior, que además son privilegiados.

En el programa de Bachelet hay tres ejes a reformar: el tributario, la educación y la Constitución. ¿Le parece que es el momento para hacer cambios?
El tema tributario se está sacando mejor de lo que esperábamos. En el tema educacional, todos estábamos de acuerdo en que había que abordarlo lo antes posible, porque tiene efectos de mediano y largo plazo, por lo que no hay que perder tiempo. Ahora bien, en el tema constitucional yo creo que el problema es que eso causa incertidumbre, porque para algunos esto es refundacional, partir de cero con una asamblea constituyente. Eso no le hace bien al país.

¿No está a favor de una Asamblea Constituyente?
No, no me parece. En este país hay Congreso y son las autoridades legítimamente elegidas las que tienen que dictaminar. Lo que sí se debe corregir es el sistema electoral, para tener una democracia donde haya un sistema completamente legitimado por la ciudadanía. Si hoy día el gobierno dice que quiere cambiar la Constitución, que lo proponga, pero es distinto decir que se quiere eliminar la Constitución, porque eso provoca incertidumbre.

NI DERECHA, NI IZQUIERDA
¿Usted se define como un hombre de derecha?
Me defino como un liberal de centro.

¿Es piñerista?
No, no soy de ningún lado.

Pero participó en los grupos Tantauco.
Sí, en un minuto participé, pero yo no me siento nunca representado por personas.

Cuando usted vota lo hace por el que más lo representa. ¿Votó por Bachelet?
El voto es personal y secreto. A mí las ideas que me representan tienen que ver con un sistema donde el país se desarrolle en la libertad, en el mercado, pero también con un Estado preocupado de que el mercado funcione en forma transparente, limpia, y con competencia.

¿La Nueva Mayoría, o ex Concertación, ha administrado bien el sistema?
En los últimos 25 años Chile ha sido el segundo país del mundo que más ha crecido en PIB percápita. Se ha demostrado que el sistema económico siempre es corregible, pero ha sido un buen sistema.

¿La derecha ha sido una buena defensora del modelo?
El modelo económico de Chile no es patrimonio de la derecha, ni del centro, ni de la izquierda.

Gabriel Boric dijo que la “colonización del empresariado es hacia diferentes sectores políticos”. ¿El empresariado tiene los huevos en distintas canastas?
El empresariado hace muchos años dejó de estar capturado por un sector político. Hoy tenemos empresarios de distintas tendencias y no respondemos a ninguna estrategia político partidista.

Pero durante muchos años los empresarios estuvieron vinculados a la derecha.
Efectivamente, eso fue una realidad en algún momento de la historia.

¿Cuál fue el punto de inflexión?
El punto de inflexión se marcó cuando Juan Claro fue presidente de la CPC, porque él lideró la idea de tener una dirigencia empresarial cuyo único norte esté desligado de las políticas partidistas.

¿No se sentían representados por la derecha o creían que la Concertación estaba administrando bien el modelo?
Esto pasó por el convencimiento pleno de que el empresariado no debe ser un actor político partidista. No puede ser que la actividad gremial de los empresarios pueda confundirse con los partidos.

En la práctica el empresario sigue aportando recursos a los partidos y lo hacen parejamente.
No sé, no tengo datos.

¿Usted nunca ha donado a una campaña?
En algún momento doné en una campaña municipal de mi zona, con mis recursos personales. Acá hay un desafío pendiente en lo que dice relación con el financiamiento de la política, porque yo no creo que sea bueno que las empresas estén involucradas en el financiamiento de la política.

A ver si entendí bien: el empresario puede donar, pero la empresa no.
Sí, además porque muchas empresas tienen muchos dueños. Que las empresas donen a la política no contribuye a una buena imagen. Lo lógico es que las donaciones sean personales. Es más transparente.

EMPRESARIOS ESTIGMATIZADOS
¿Se siente escuchado por Michelle Bachelet?
Creo que ella escucha a todo el mundo y nosotros somos un actor más. Estuve con ella en el viaje a Estados Unidos y sigue siendo una persona franca, amable, llana, y muy capaz. Ha tenido muy buenas presentaciones afuera, de verdad que uno se siente orgulloso de la presidenta.

¿Le tiene miedo a la versión más izquierdista de la Nueva Mayoría?
Me preocupa la idea refundacional y la soberbia de creerse dueños de la verdad. Querer imponerse no le hace bien al país y si lo logran va a haber un retroceso muy grande.

¿Se ha estigmatizado a los empresarios?
Uno siente que se ha estigmatizado y eso es porque se han generado abusos, pero la gente lo generaliza. Es como cuando se encontraron los problemas con los curas pedófilos y se dice que todos los curas son pedófilos. Se ha instalado en una parte de la opinión pública esta sensación de que los empresarios son abusadores y la gran mayoría es gente honesta y trabajadora.

¿Esto es por resentimiento?
No, porque cuando le preguntas a esa persona que le cargan los empresarios lo único que quiere ser en la vida es ser empresario: la gran mayoría quiere ser empresario. Es como contradictorio.

En un momento en la historia de Chile, el que tenía tierra tenía poder. Hoy eso ha cambiado. ¿Cuál es el sector que hoy está produciendo nuevos ricos?
Sin ninguna duda, el boom minero ha sido muy importante y por lo tanto todo el eslabón productivo de esa industria ha generado riqueza. Lo otro son los servicios, que son los que más crecen en las sociedades modernas. El sector agrícola que posee la tierra está en el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), ha perdido su importancia. La ventaja que tiene esta actividad es que está en todo Chile. Hay que sacarse el sombrero con el agricultor, porque enfrenta los subsidios más grandes del mundo y porque trabajan en forma eficiente. Lo que hace más conocido a Chile son los productos del campo.

¿Por qué la gente ya no quiere trabajar en el campo?
Hay menos disponibilidad de mano de obra porque la economía del país hoy está casi a pleno empleo. La gente igual prefiere trabajar en un mall, estar trajeadito, porque cree que eso le da más estatus. El problema mayor sí, es que acá hay mucha centralización. Todas las lucas se vienen a Santiago, por lo tanto la buena salud, la buena educación, y los mejores lugares de esparcimiento están en la capital. Eso hace que toda la gente quiere emigrar del campo. El desafío es invertir en la región, para que todos tengan acceso a los bienes básicos.

Los sueldos de la agricultura son bajos.
No, han ido mejorando. El tema es que la actividad es muy difícil y de rentabilidad más baja que otros sectores.
¿Le parece una buena idea abrir las fronteras para que los extranjeros entren a trabajar al campo?
Primero, hay que preocuparnos de los trabajadores chilenos, pero sin perjuicio de lo anterior, y en la medida en que se cumplan todos los respetos a los derechos de los trabajadores, se puede hacer esto en forma paulatina.

¿Le parece justo que el Estado le devuelva tierra a las comunidades Mapuches?
Hay un problema serio en la Araucanía y debemos buscar cómo enfrentarlo. Hasta el momento no conozco cuál es la solución.

¿Cuál es el problema?
Hay un problema de pobreza y marginación. Hay que ver cómo lo enfrentamos, preservando sus tradiciones y cultura.

¿Le parece que devolver las tierras es una buena solución?
El problema de fondo es la pobreza y cómo hacer para mantener la cultura. Si la solución pasa por tener más o menos tierras es otra discusión. En algunos casos la tierra puede ayudar, pero no es la solución de fondo.

¿Ha habido delitos terroristas en la Araucanía?
Algunos de los hechos han tenido connotación terrorista toda vez que han buscado crear pánico en los habitantes. En esta materia no debemos equivocarnos. A todo el que viola la ley se le debe aplicar todo el rigor.

El gobierno se ha negado a aplicar la ley antiterrorista.
No me preocupa si se aplica esa ley. Si la ley normal sirve, bienvenida sea. Lo que pasa es que ocurren miles de atentados a las personas y a las propiedades y todo eso está en la absoluta impunidad. Cuando eso ocurre la señal es pésima.

¿No pillan a nadie, dice usted?
No pillan a nadie, porque hay una inoperancia de la inteligencia gigantesca: estos compadres no pillan ni a la señora en la casa.

Notas relacionadas