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Opinión

24 de Julio de 2014

La lucha antisubversiva de los Ejércitos americanos en democracia

La operación fue realizada en el seno de la Conferencia de Ejércitos Americanos, foro en el que las instituciones castrenses elaboraron la llamada “Apreciación Combinada de la Situación Subversiva en el Continente”, la ACSSC. El Ejército chileno, según él mismo admite, es el custodio hoy de esos archivos históricos. Documentos que incluyen unas 8.000 páginas sólo entre 1995 y 1998, los últimos años de Augusto Pinochet como comandante en jefe del Ejército. Las acciones secretas fueron coordinadas por Estados Unidos.

Mauricio Weibel Barahona
Mauricio Weibel Barahona
Por

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Los ejércitos latinoamericanos con la ayuda de Estados Unidos coordinaron acciones secretas para construir un mapa “de la situación subversiva del continente” hasta, al menos, fines de los años noventa, según documentos y testimonios recogidos por The Clinic.

“Tengo el agrado de dirigirme a usted, con el objeto de remitir la Apreciación de la Situación Subversiva del primer semestre del año 1997″, escribió de hecho el coronel paraguayo Francisco Ledesma en un oficio del Comando de las Fuerzas Militares de su país. El documento, que luce un timbre de ese ejército sudamericano, fue dirigido el 10 de julio de 1997 al secretario ejecutivo de la XXII Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA), coronel ecuatoriano Jaime del Castillo, a través del fax 492 596. La información, enviada y compartida por los otros 20 ejércitos que integran la CEA, tuvo por objetivo “elaborar la Apreciación Combinada de la Situación Subversiva en el Continente (ACSSC)”. La operación, iniciada tras la rearticulación de la CEA en Argentina en 1991, formó parte de las acciones de ese foro castrense, cuyo Secretaría rotativa está hoy en poder de Colombia.

Para el premio Nobel de la Paz alternativo, el paraguayo Martín Almada, la iniciativa constituyó una “globalización del Plan Cóndor”, la cooperación represiva desplegada por las policías secretas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, entre 1975 y mediados de los años ochenta.

Almada, quien incluso habló con el coronel Francisco Ledesma sobre la mencionada operación, apuntó además al hecho que en los años 90 dos líderes del Plan Cóndor participaron del relanzamiento de la Conferencia de Ejércitos Americanos, creada originariamente en 1960. Uno de esos jerarcas fue el general Augusto Pinochet como comandante en jefe del Ejército chileno hasta 1998. El otro fue el presidente boliviano Hugo Bánzer, quien hospedó la cumbre de la CEA en 1999, en La Paz.

“Ambos dictadores, no lo olvidemos, fueron los fundadores del Plan Cóndor en 1975”, razona Almada, quien descubrió en 1992 en Paraguay tres toneladas de documentos sobre la citada cooperación represiva sudamericana.
“El espionaje a las poblaciones civiles es hoy un problema global”, agregó el profesor paraguayo.

LOS CUSTODIOS
En Chile, en tanto, el Ejército reconoció ser el custodio de toda la documentación de la Conferencia de Ejércitos Americanos, pero rechazó hacer público esos materiales ante un requerimiento presentado ante el Consejo para la Transparencia (CPLT) este año. La institución militar, en un documento firmado por el general de División Miguel Muñoz sostuvo ante el CPLT que “el Archivo Histórico de la CEA (…) se encuentra actualmente bajo la responsabilidad del Ejército de Chile”, como establece el Artículo 8° del Reglamento de la CEA.

El oficial agregó que sólo para el período constituido entre 1995 y 1998 dicho archivo “está constituido por 20 tomos de aproximadamente 400 hojas cada uno, con documentación que (…) pertenece a los ejércitos de los 20 países que integran la CEA”. No obstante, y “por orden del comandante en jefe”, el oficial subrayó que el ejército chileno no puede hacer públicos esos documentos, debido a que ellos pertenecen a la CEA. “La entrega o divulgación de información ‘a personas u organismos no autorizados’, es motivo de investigación y sanción”, afirmó Muñoz.

COMUNICACIONES SECRETAS
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Pero hay más, y pese a todo lo sabido respecto del espionaje de la CIA y la NSA en el mundo, el general Muñoz confesó en el mismo documento que las comunicaciones de la Conferencia de Ejércitos Americanos se realizan a través “de sistemas informáticos cuya red se encuentra actualmente bajo responsabilidad del Ejército de los Estados Unidos”. El general añadió en el oficio, el que fue remitido también a la Dirección de Inteligencia el Ejército (DINE), que las comunicaciones entre los integrantes de la CEA son transmitidas también por otros “canales reservados”. Entre ellos citó “valija diplomática, mensajeros oficiales, red y estaciones transmisoras propias de la CEA y claves especiales”.

“La finalidad de la CEA es el análisis, debate e intercambio de ideas y experiencias relacionadas con materias de interés común en el ámbito de la defensa, para acrecentar la colaboración eintegración entre los ejércitos y contribuir desde el punto de vista del pensamiento militar a la seguridad y al desarrollo democrático de los países”, aseveró el general Muñoz.

Almada, contrariamente, sospecha que en esa cooperación sobreviven demasiadas prácticas herederas de la Doctrina de Seguridad Nacional, el corpus ideológico que gobernó a las fuerzas armadas latinoamericanas en la segunda mitad del siglo XX y que supuso la existencia del “enemigo interno”. Por ello, en un primer paso para acabar con el espionaje militar a civiles, propuso al Consejo para la Transparencia no solo hacer públicos los documentos que custodia el Ejército chileno, sino también declararlo Memoria del Mundo de Unesco.

LAS OPERACIONES DE LA CEA
La CEA, oficialmente, “es una organización militar de carácter internacional, integrada y dirigida por Ejércitos del continente americano, con la autorización de los gobiernos de sus respectivos países”, según expresa el propio organismo en su website. Nacida en 1960, la organización se rige por un proceso de dos años de conferencias y ejercicios especializados que culminan con la Conferencia de Comandantes de Ejércitos Americanos. Estados Unidos es el responsable de la red informática de la organización y Chile el custodio de su archivo histórico.

Pero el surgimiento de la CEA no fue una casualidad o una simple idea peregrina. La derrota francesa en Vietnam en la batalla de Dien Bien Phu en 1954 y el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, convencieron a las academias militares de Occidente sobre la necesidad de impulsar el adiestramiento de sus fuerzas en estrategias contrainsurgentes.

El objetivo de este esfuerzo fue frenar el avance comunista, confundido con cualquier reclamo social o guerra de liberación nacional. La primera operación a gran escala en ese horizonte fue la guerra de Argelia, donde los generales franceses Marcel Bigéard y Paul Ausarresses encabezaron la detención, tortura y ejecución de miles de argelinos que lucharon por el fin del colonialismo. El conflicto africano sirvió como campo de experimentación para la primera sistematización de una lucha contrainsurgente en la era moderna.

En América latina, zona de influencia geopolítica de Estados Unidos, las primeras violaciones de derechos humanos a escala ocurrieron en Guatemala y Brasil, nación donde también fueron dictados los primeros cursos prácticos de flagelos en el continente. La DINA y la CNI emergieron de esta historia, es decir, de la visión de Estados Unidos y de los ejércitos latinoamericanos de que debía ejecutarse una lucha contrainsurgente contra todo movimiento social que cuestionara el orden establecido, fuera éste o no comunista.

La detallada construcción de fichas con antecedentes de personas, la estandarización de los enemigos internos, los métodos de exterminio y los manuales de torturas tuvieron esos orígenes.
También la CEA y la llamada “Apreciación Combinada de la Situación Subversiva del Continente”, creada en los años 90.

PREGUNTAS SIN RESPONDER
La información disponible deja sin embargo muchas preguntas sin responder. Por ejemplo, ¿fueron informados los gobiernos de la colaboración antisubversiva de los ejércitos en democracia? ¿Incluyó esta operación espionaje y seguimiento a civiles? ¿Cuál fue el papel de Estados Unidos? ¿Cuál era el uso de la Apreciación Combinada de la Situación Subversiva del Continente? Y quizá la pregunta más importante: ¿Por qué el Ejército chileno se niega todavía a entregar información de inteligencia elaborada bajo mando del general Pinochet?

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