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Mundo

11 de Agosto de 2014

La historia oculta del linchamiento de mexicanos en Estados Unidos

Imagen de referencia: 12 años de esclavitud El linchamiento de ciudadanos negros en Estados Unidos, particularmente desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, es uno de los episodios más oscuros de la historia de ese país. Los expertos calculan que en ese periodo alrededor de 5.000 afroestadounidenses murieron víctimas de la brutalidad […]

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Esclavitud

Imagen de referencia: 12 años de esclavitud

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El linchamiento de ciudadanos negros en Estados Unidos, particularmente desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, es uno de los episodios más oscuros de la historia de ese país.

Los expertos calculan que en ese periodo alrededor de 5.000 afroestadounidenses murieron víctimas de la brutalidad de las multitudes que buscaban hacer justicia por su propia mano, y para quienes la tortura y el ahorcamiento eran un espectáculo público.

Lo que no es tan conocido es que cientos de ciudadanos de origen hispano -en su mayoría mexicanos- también fueron linchados en el suroeste del país, en muchos casos y como ocurría con los negros, sin que mediase juicio previo y con el conocimiento de autoridades locales.

Los ataques contra mexicanos en estados como Arizona, California, Nuevo México, Nevada o Texas se multiplicaron a partir de 1848, cuando México cedió gran parte de su territorio a EE.UU. en el tratado de Guadalupe Hidalgo tras dos años de guerra.

De repente, los mexicanos que vivían en esas tierras se convirtieron en competidores de los miles de colonos de ascendencia europea que llegaron desde el este del país, a menudo atraídos por la fiebre oro.

Se calcula que unos 600 mexicanos -en su mayoría hombres- fueron linchados desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX.

En algunos casos habían sido acusados de cometer delitos. En otros, el motivo fue su color de piel, el “ser demasiado mexicanos” o el “mirar de forma poco adecuada” a una mujer blanca.

Muchos de los episodios de violencia contra los mexicanos en el suroeste de EE.UU., igual que sucedió con los ataques contra los asiáticos o los nativos americanos, quedaron en el olvido. En parte ello se debió a que su número fue inferior al de los afroestadounidenses y a que en los registros a las víctimas sólo se las identificaba como blancas o negras.

Además, los historiadores anglosajones no analizaron muchas de las fuentes escritas que reflejaban esos linchamientos, debido a que estaban mayoritariamente escritas en español.

“Demasiado mexicanos”

El profesor de la Universidad de Alabama, Richard Delgado, ha pasado los últimos años investigando los linchamientos de mexicanos en territorio estadounidense con la intención de llenar el vacío que todavía existe en los libros de historia.

Delgado publicó hace un tiempo un ensayo en el que, analizando trabajos como el de los historiadores William D. Carrigan y Clive Webb, buscaba dar una explicación a la poca relevancia que se le ha dado a esos ataques organizados.

Según el académico, en muchos casos negros y mexicanos fueron linchados bajo pretextos similares, como “quitar los trabajos” a los blancos, “actuar de forma arrogante” o “practicar brujería”.

La diferencia, según Delgado, es que a los mexicanos también se los atacó por “ser demasiado mexicanos”, lo que implicaba “hablar español demasiado fuerte o hacer alarde de su mexicanidad”.

A algunas mujeres mexicanas de clase baja también las lincharon “por resistirse demasiado a los avances de hombres blancos”.

El profesor de la Universidad de Alabama asegura que muchos de los linchamientos -que en su mayoría se desarrollaban en un ambiente celebratorio y con la convicción de que se estaban cumpliendo los deseos de la comunidad- ocurrieron con el conocimiento de las autoridades locales, especialmente en el estado de Texas.

Muchas víctimas fueron sacadas por la multitud de tribunales y prisiones. Tras ser ejecutados por ahorcamiento, sus cuerpos eran mutilados, quemados y exhibidos en público, en unos eventos que parecían servir para reforzar la cohesión de los grupos que los instigaban y los llevaban a cabo.

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