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Mundo

30 de Agosto de 2014

Acoso, abuso sexual y discriminación en el falso paraíso homosexual tailandés

Acoso en las aulas, discriminación en el trabajo y abusos sexuales sin denunciar son algunos de los problemas que afrontan los homosexuales en Tailandia pese a la imagen de tolerancia con este colectivo de la que goza el país asiático. Las autoridades de turismo promueven con su campaña “gothaibefree” (ven a Tailandia, se libre) un […]

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Acoso en las aulas, discriminación en el trabajo y abusos sexuales sin denunciar son algunos de los problemas que afrontan los homosexuales en Tailandia pese a la imagen de tolerancia con este colectivo de la que goza el país asiático.

Las autoridades de turismo promueven con su campaña “gothaibefree” (ven a Tailandia, se libre) un país abierto a la diversidad sexual y la aceptación para atraer al turismo rosa, que suele disponer de una mayor capacidad de consumo durante las vacaciones.

Parejas de homosexuales extranjeros pasean cogidas de la mano por playas paradisiacas y hoteles de ensueño, de compras por Bangkok y haciendo senderismo por exóticos parajes naturales: “ven a la libertad. Tailandia da la bienvenida a la comunidad gay”, indica el vídeo promocional.

No obstante, la realidad para los homosexuales tailandeses es bien distinta.

“Que Tailandia sea visto como un lugar acogedor para los homosexuales no significa que sus leyes sean igualitarias. Por norma general, la sociedad tailandesa y los padres no aceptan la homosexualidad de sus hijos, incluso en algunos casos los expulsan del hogar”, indica a Efe Pathompong Serkpookiaw, activista en favor de este colectivo.

Más de la mitad de los estudiantes tailandeses identificados como LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) han sufrido alguna vez acoso físico y verbal por parte de sus compañeros, según denuncia el primer estudio realizado en el país sobre los abusos en las aulas contra este colectivo.

“Estos comportamientos repercuten en el desarrollo personal de los estudiantes que lo sufren y en muchos casos vulneran sus derechos a recibir una educación”, señala Timo Ojanen, profesor de la Universidad de Mahidol y coordinador del estudio.

El 23 por ciento de las personas que han sufrido acoso por razones de su condición sexual han sido tratados por depresión, mientras casi un 7 por ciento de las víctimas se han intentado suicidar, apunta el informe.

Las estrictas reglas del sistema educativo tailandés que estipulan los cortes de pelo según género y obligan a vestir con uniforme contribuyen a evidenciar a las “personas diferentes”.

“Quien no sigue las reglas es rápidamente señalado y castigado en consecuencia. Por ejemplo, los transexuales en la universidad, a pesar de que se hayan cambiado de sexo, deben uniformarse según su sexo de nacimiento”, señala Pathompong.

Incluso el acto de ir al lavabo puede resultar un problema para estas personas donde se exponen a “tocamientos indeseados”, según denuncian los activistas quienes reclaman la creación de servicios para el “tercer sexo”.

“Los transexuales tenemos una cruz como ‘personas no buenas’. En los libros de texto que se estudian en los colegios aparecemos como ‘personas de las que se debe permanecer alejados'”, expone a Efe Nongni Sansirikit, portavoz de la Asociación de Transexuales de Tailandia.

“Muchos hemos sido golpeados en clase o en casa. Conozco hasta casos de violaciones”, añade.

Establecer una nueva regulación, cambiar el sistema educativo y la mayor participación de docentes y directores de los colegios para incentivar que los estudiantes denuncien los abusos son algunas de las medidas que las asociaciones proponen para paliar estos problemas.

Sin embargo, la discriminación del colectivo LGTB en la sociedad tailandesa rebasa los límites de las aulas para afectar al ámbito laboral y los medios de comunicación.

“A la hora de optar por un puesto de mayor rango en el trabajo nos discriminan ya que, a pesar de tener buenas capacidades, muchos trabajadores no aceptan que su jefe sea un transexual”, apunta Nongsi.

En las series de televisión, los homosexuales y transexuales aparecen como personas “agresivas y generalmente interpretan los papeles de malos”.

Asociaciones en favor de los derechos del colectivo LGBT y personas individuales han llevado al Parlamento de Tailandia varias peticiones para regular el matrimonio entre personas del mismo sexo en el país, sin que de momento ninguna haya llegado a prosperar.

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