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Opinión

30 de Agosto de 2014

El funeral de la farándula

Con frío y sin champagne la fiesta que prometía reunir a los rostros emblemáticos del programa de Chilevisión fue un fiasco. Fome, mal pensada y con cero sentido del espectáculo definitivamente hizo que el diablo se llevara la farándula al infierno. En buena hora.

Carmen Sepúlveda
Carmen Sepúlveda
Por

farandula

Fue una noche fría de esas donde el hielo calaba los huesos. Poco digna tanto como un funeral sin flores y sin amigos, donde el que partió si bien no mató a nadie está mucho mejor muerto que vivo. La transmisión de anoche de la Gala de los quince años de Primer Plano, el programa emblema de la farándula nacional que por años alimentó las historias y los tongos de gente chillona y mal vestida, fue un desastre.

Unos focos iluminaban la entrada del casino Enjoy, escenario que se ajustó como plató para el megaevento. “Aplaudan como si esto fuera espectacular”, decía un Julio César Rodríguez en la previa junto a Carola Gutiérrez, Francisca García Huidobro, Carola Julio y Giancarlo Petaccia ,que ensayaban lo que sería la apertura del show. La gente no hacía caso, no enganchaba no más: “Aplaudan de nuevo, por favor”, pedía la Fran a una galería que no sumaba cincuenta gatos. Mary Rose Mac Gill fue una de las convidadas y puntual. Acompañada de un amigo de unos de sus hijos, el abogado Eduardo Armijo, comentó que le dijeron que había una comida, por eso vino y se quejaba que no había ni una copa de champagne. “Es raro que me hayan convidado si tengo 80 años, por lo demás nunca vi este programa, quiénes lo conducen, quiénes son estas personas”, decía.

Para esperar el turno y aparecer en cámara las estrellas hacían posta en un espacio al aire libre, sin techo, oscuro, con dos estufas que no calentaban a nadie. La espera era de unos veinte minutos si no más. Y ahí los rostros saborearon la miseria: empalados, con la piel de gallina, casi sin hablar, trataban de no desmayar, ni quemar sus vestidos y menos perder sus joyas prestadas.

mary rose A1

Una Javiera Suárez recordaba que cuando el programa empezó estaba en el colegio y como cabra chica a lo más se le pasó por la cabeza ser actriz de Hollywood. “Y terminé acá”, dijo. El italiano Luciano Marrroquino, famoso por las fotos que lo mostraron con sus presas al aire junto a una hot Cecilia Bolocco, hablaba de su escándalo como algo que no entendió demasiado: “Nunca me preocupó lo que escribieron ni dijeron de mí porque no era mi negocio, entiendo que la prensa tenía que vender”, declaró. Si bien no le importó, se casó con el emblema de este mundo: Marlén Olivarí quien esta noche simplemente no lo acompañó. Daniela Campos, harto más vieja, hizo sociología de su rol en este género: “No creo haber inventado la farándula, lo que pasó fue que hubo un cambio en la importancia que se le dio sobretodo a las portadas de LUN”.

Arturo Longton fue lejos el personaje más vivo de la noche, como si fuera el amigo pitiado del difunto echaba la talla, sin mucho eco. Para él el peak de este programa fue cuando Kenita Larraín llegó en sillas de ruedas a Chile, nada menos que acusando al crack Chino Ríos de maltratarla: “La recreación fue genial, él era el mejor de la historia”.

Según Longton esta gente vino a este evento porque necesita poder, no lucas: “Cómo entendí que Maura Rivera con Mark González estén aquí, si tienen cabros chicos, vienen a webiar acá”. Longton representa el espíritu despreciable que en de este universo: imparable, sobreexcitado, dice que no trabajar es su karma, pero que en su existencia no todo lo que brilla es oro: “Yo tengo mis depresiones, pero soy energía y no tengo un pelo de weón, soy un genio con un disfraz de burro porque me enseñaron que a los inteligentes se le elimina, por eso decidí hacerme el tonto y vivir de esto”.

Entremedio una Carlita Ochoa con un vestido maravilloso y sus pechugas al aire, fue la que menos se quejó del frío. Sin moverse demasiado esperó como profesional. Su ternura es lo que queda de esa niñita rubia y linda que declaraba al aire que el hijo que esperaba no era de su pololo y más de adulta que era la verdadera viuda de Felipe Camiroaga. “No me arrepiento de nada”, confesó cuando se le preguntó si hubiese preferido quedarse callada frente a sus dramas que paralizaron al país. Cuando decía esto y con ganas de pasarlo bien, apareció su ex, ex, ex. Un negro Piñera con una bufanda roja y zapatillas negras acompañado de Emilia Sotano, una rubia de 21 años. Piñera se acercó a saludarla y ella se incomodó y se fue del lugar. No lo pescó. “Carliiiiiita… con confianza y tranquilidad, dónde está su personalidad…”, le dijo Piñera con voz de cafiche tan peculiar. Mientras Ochoa desaparecía y una cámara se prendía; el empresario y músico entregaba su nueva papita: “Me caso”.

NEGRO PIÑERA a1

Quienes pasaban la alfombra roja, llegaban a una “lounch” donde compartían con dueñas de casa invitadas por el casino. Un DJ mezclaba electrónica, y ahí algunos rostros se meneaban sin mucha gracia. Lo cierto es que la mayoría rápido o los que se quedaron se instalaron en un sector más calentito, también oscuro que la producción acomodó como sala de maquillaje.

Pero la noche no amainó nunca, en la intemperie figuraba Francisca García Huidobro junto a Oscar Mancilla, elevados en el hielo mismo para comentar el paso de los celebrities. La ex de Julio César con una parca y unas botas enfrentaba el frío sin dignidad, tiritaba entera, al borde de la hipotermia. Una vez que terminó la transmisión y sin hablar, choreada, se retiró.

El Guatón Salinas junto a Tatiana Merino, la patrona de los humoristas como dice él, defendió a Primer Plano como un lugar de trabajo para mucha gente. “Es una mugre entretenida, pero le da pega a periodistas”, dijo. El capítulo memorable para él fue cuando el Profesor Rosa después hizo pipí e insultó al Guru Guru, memorable fue porque “Chile le dio otra oportunidad, porque se reinventó”. Belén Hidalgo en versión casada, criando a su hijo de un año disfrutó esta instancia de aniversario de un programa para ella “importante”: “Es lindo que hayan galas dice mirando a su marido”.

Una de las últimas en salir fue la despampanante Carola de Moras, que llegó al mismo precario espacio para esperar que le dijeran el minuto que salía al aire. La diva figuraba con tres asesores que le acicalaban el pelo y le ordenaban las pilchas. Aperrada y empoderada con su nuevo status de animadora sonreía. “Aquí estoy apoyando al canal con veinte grados bajo cero”, decía. Forrada en un zorro, sus huesos poco se tambaleaban. A días del aniversario de muerte de su amigo Felipe Camiroaga contó que la prensa le ha preguntado qué siente y ella pide respeto: “A mí se me murió un amigo y que hagan morbo de eso no me parece”. Punto.

DEMOAS a1

Con su puesta en escena, la gala se acabó, por lo menos al aire. En el backstage los rostrillos más rezagados comentaban cosas al pasar, pero no había cero brillo. Ignacio Gutiérrez, Luly sonreían más de la cuenta, pero cuando se les consultaba qué proyectos tenían en carpeta, la respuesta era nada. Una limusina sin dueño conocido estaba estacionada sin gente en su interior. Las luces se apagaron sin tregua por los asistentes.

Es cierto que la fiesta duró quince años. Pero en definitiva se acabó tal como Marlén Olivarí se desinfló las pechugas. Nadie de esta gente se cambió el sexo ni el color de la piel, los diablillos que descueraron a cuanto ser se les cruzó en el 2014 pareciera que no tuvieran material. Jordi Castell, Kena Larraín, Raquel Argandoña hasta Pamela Díaz pasando por Anita Alvarado simplemente hicieron el escándalo de no aparecer en este megaevento.

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