Familia y políticos dedican emotivos mensajes a Miguel Enríquez en el 40 aniversario de su asesinato

Miguel, quien fue Secretario General del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) desde 1967 hasta su muerte, fue uno de los más buscados por la dictadura, persecución que termina cuando el 5 de octubre de 1974 se enfrenta a agentes de la DINA en San Miguel. Este domingo se cumplen 40 años desde ese suceso.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y Elias Jaua, Ministro del poder popular para las Comunas y el Movimientos Sociales de Venezuela, lo recuerdan como un “médico como Salvador Allende y Ernesto Che Guevara” que “asumió como suya la realidad de obreros, campesinos, indígenas y marginados de su país”.

“Como aliado critico del gobierno de Salvador Allende acompaño las luchas de un pueblo lleno de esperanzas y sueños que se abría paso en medio de unos poderes facticos entregados a los dueños del capital económico”, agregan.

Además recuerdan su discurso del 12 de julio de 1973 en el Teatro Caupolicán, donde dijo: “Compañeros trabajadores: vivimos momentos definitorios, las conquistas y el futuro de los trabajadores están amenazados. La lucha de clases es siempre una guerra encubierta. La contrarrevolución burguesa se propone hoy en Chile hacerla estallar. (…) Compañeros: el pueblo debe prepararse para resistir, debe prepararse para luchar, debe prepararse para vencer. Trabajadores de Chile: Adelante con todas las fuerzas. Adelante con todas las fuerzas de la Historia”.

“Miguel Enríquez, joven de risa estruendosa como lo describen algunos de sus compañeros, agudo e incisivo en el debate, deportista, amante de la música, soñador, enamorado de la vida, vivió sin los límites que impone la sociedad conservadora con su falsa moral”, consignaron en el saludo.

Finalizaron diciendo que “Miguel Enríquez simboliza, al igual que Salvador Allende con su muerte heroica en La Moneda, la voluntad de resistir frente al fascismo y el imperialismo. Miguel representa la voluntad de luchar por un mundo con justicia social y plena libertad, convirtiéndose en un referente para la juventud de hoy”.

También Inés Enríquez quiso referirse a su hermano desde México, siendo ésta la primera vez que habla sobre él.

“Estamos aquí para recordar a Miguel, honrarlo, celebrarlo. Celebrar su vida después de habernos preguntado miles de veces si valió la pena su sacrificio y partida”, escribe.

Cuenta que “desde muy joven mostró interés por saber, entender, conocer el mundo que lo rodeaba, a nivel de detalle, observación e investigación. Por ejemplo, recuerdo su interés, siendo muy niño, por saber sobre los movimientos de los astros, las galaxias, las estrellas que podíamos ver, pero que quizás ya no existían. Otro objeto de su interés era la vida y organización de las hormigas y abejas, con su inteligencia de sociedad estratificada y sincronizada, operando en enjambres armónicos y funcionales. Y Miguel preguntándose por qué los humanos no funcionábamos de manera similar”.

“Con su muerte dio un salto a la notoriedad y la heroicidad, para convertirse en un referente imperecedero de amplios segmentos de las generaciones de esos años, que se extiende a vastos sectores de la sociedad actual. Lo que nos dejó, además del vacío y dolor por su pérdida, es la posibilidad de una sociedad más justa, igualitaria y libre; donde los jóvenes no tengan como meta fundamental la acumulación de riquezas ni de bienes materiales, sino que el bienestar y felicidad de la sociedad en su conjunto, y que sean ellos, los jóvenes, los principales forjadores del nuevo entorno”, expresa.

Finalizó diciendo que “no estamos para seguir llorando y lamentando su muerte, pero todo homenaje a su persona es más que merecido y siempre quedaremos con la sensación de que algo más pudiéramos haber hecho o dicho sobre él”.

Marco Aurelio García, militante del MIR en los años 70, fundador y dirigente del Partido de los Trabajadores en Brasil, y aseso de Dilma Rousseff en Relaciones Exteriores, también quiso dedicar unas palabras a Miguel.

Comienza escribiendo: “‘Cuanto más negra la noche, más brillan las estrellas’, escribimos nosotros, en nuestro exilio, evocando la muerte de Miguel Enríquez el cinco de octubre de 1974”.

Declara que “en él habíamos puesto la esperanza de que la dictadura encontraría un dirigente capaz de movilizar la sociedad chilena en contra del terror pinochetista“.

Explica que “los brasileños tenemos una deuda enorme con Chile. Aquí tuvimos ‘asilo contra la opresión’. Aquí nos hicimos latinoamericanos. Aquí muchos encontramos en el partido de Miguel Enríquez, con sus aciertos y sus ‘errores geniales’, para utilizar una expresión de Jean Paul Sartre, la heterodoxia que buscábamos después de nuestras derrotas militares y políticas en Brasil”.

“La celebración de la memoria de este gran dirigente debe ser ante todo un llamamiento por nuestra unidad y por la reconstrucción de una izquierda plural capaz de llevar adelante las reivindicaciones de las inmensas mayorías de nuestros países”, finaliza.

Por otro lado, el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, escribió: “Deseo enviar un mensaje en memoria del revolucionario Miguel Enríquez, muerto a manos de la feroz dictadura pinochetista, pero cuyo legado trasciende todos los límites de nuestro entender como sujetos en la historia”.

“Miguel, ministro de Educacion del Presidente heroico Salvador Allende, nos mostró que ser revolucionario es tener siempre presentes los principios y estar listo a entregar hasta la vida por ellos si es necesario”, cuenta.

“Su ejemplo en vida supera con creces el trágico paso por la historia latinoamericana del tirano fascista, y sus convicciones siguen recorriendo nuestro continente, reproduciéndose, multiplicándose por millones cada día que pasa. Igual que Allende, que el Che, que Chávez entregaron su vida material para inmortalizar la lucha perenne contra el imperio brutal y asesino, por la definitiva independencia de nuestra América”, expresa.