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2 de Octubre de 2014

Gringos furiosos: En Washington se cobra un impuesto por practicar yoga

Los amantes del yoga están perdiendo la calma en Estados Unidos e insisten que la disciplina no es un deporte, o por lo menos que no se trata de una actividad que se originó sólo para mejorar el estado físico de quienes la practican.

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Metro inicia clases de yoga para sus usuarios Imagen referencial.

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La firme postura se debe a que en la capital, Washington, entró en vigor este 1 de octubre la orden que extiende a gimnasios, centros de entrenamiento y cualquier lugar “que tenga como propósito el ejercicio físico” un impuesto a las ventas del 5,75%.

Lo llaman el “impuesto del yoga“, aunque la legislación municipal no menciona la palabra y quienes lo practican no consideran que se debe aplicar a ellos.

Pero el debate existe.

¿Es el yoga un deporte que beneficia el estado físico o un ejercicio de meditación que va más allá de músculos y capacidad aeróbica?
La definición es en sí flexible y puede variar en diferentes partes del mundo.

Es como bailar

En el yoga el ejercicio es “una consecuencia de la actividad. De la misma forma que sucede con el baile o el Tai-Chi”, argumentó Richard Karpel, presidente de la Alianza de Yoga, una organización sin ánimo de lucro en Estados Unidos.

Si bien el yoga que se practica en muchos gimnasios tiene poco que ver con la espiritualidad budista o hindú, Karpel explica que el propósito principal de esta actividad “es integrar la mente, el cuerpo y el espíritu”.

Mejorar el estado físico, asegura, es un efecto secundario.

El origen del yoga se basa en una forma de meditación y un camino hacia la iluminación espiritual de sus practicantes.

Los monjes Hare Krishna, por ejemplo, practican el bhakti yoga o yoga de la devoción.

Las asanas o posturas del hatha yoga sólo se hicieron populares en los países occidentales a partir del siglo XX.

Por esta razón es que las autoridades del estado de Nueva York dictaminaron en 2012 que el yoga no era “un ejercicio como tal” y por ende quedó exento del impuesto a las ventas.

Metro inicia clases de yoga para sus usuarios Imagen referencial.

Pregunta existencial

Pero en Irán la situación es diferente. Los profesores de la disciplina se refieren al “deporte del yoga” con el objetivo de ajustarse y cumplir con la sharia o ley islámica que rige en el país.

En Malasia está prohibido el yoga espiritual así como los cánticos y meditación durante las clases.

En 2013, el Tribunal Superior del Condado de San Diego, en Estados Unidos, dictaminó que si bien las raíces del yoga son religiosas, enseñar versiones modificadas de la disciplina no viola el concepto básico de separación del Estado con la religión.

Pero en el distrito de Columbia los recaudadores de impuestos no tienen dudas.

“Es una pregunta existencial”, dijo David Umansky, portavoz del director de finanzas de la ciudad.

“Pero al aprobar la ley el concejo municipal dejó en claro que el yoga está incluido”.

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