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Poder

14 de Octubre de 2014

Librería Proyección: el bastión del pensamiento libertario

Un colectivo formado el 2009 logró crear un híbrido entre la formalidad de una librería y un centro cultural autogestionado. Hoy el recinto alberga a diversas organizaciones, entre ellas el FEL, y a un sinnúmero de otros colectivos. Dos de sus integrantes sacan la voz para hablar sobre el anarquismo, los bombazos y la diferencia histórica que existe con las acciones insurreccionalistas. “A nivel mundial hay un discurso insurreccional que no es anarquista”, aclara uno de sus miembros.

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Hace cuatro años que la Librería Proyección nació por una idea inusual: Un grupo de 15 personas tenía ganas de crear un lugar público dedicado a la cultura, que pudiera autosustentarse y le diera espacio a sus afinidades que, hasta entonces, estaban al margen del debate público. Eran estudiantes de humanidades y ciencias sociales de la Universidad de Chile, la Alberto Hurtado y el Arcis. Algunos militaban en movimientos, otros participaban de sindicatos u organizaciones sociales.

-Sabíamos que una de las condiciones necesarias para que se realicen procesos históricos relevantes y reflexiones políticas, era tener un espacio donde se gestaran. Un lugar público y cotidiano donde exista desarrollo cultural – comenta Pablo, uno de los miembros del colectivo.
Con estas ambiciones, el 2010 encontraron una casa antigua, de madera y grandes salones en calle San Francisco. Algunos espacios funcionaron como librería y otros como “casa temporal” para algunos de los miembros encargados de la administración. Ahí el proyecto empezó a tomar forma. No eran una toma, sino un recinto autónomo al que accedían a través de un arriendo. Pronto las ventas de la librería fueron subiendo y, hasta hoy, todo lo que ganan lo reinvierten allí. Más editoriales, revistas y organizaciones comenzaron a ocupar sus espacios. El paso hacia un centro cultural era inminente.

-Partimos con un catálogo muy pequeño con editoriales que conocíamos desde la Universidad. Y así, desde editoriales más independientes, llegamos con las del ala más comercial. Queríamos ser una librería formal y respetable como cualquier otra, pero con un enfoque público- recuerda Alejandra, parte del proyecto.

Marxismo, feminismo y anarquismo son los tres grandes ejes temáticos que la librería destaca en su catálogo. También cuentan con una selección sobre cine, política, crónica, ecología, ciencias políticas y arte. No es difícil ver el “Otro Modelo” de Fernando Atria al lado de títulos como “Copey: La lucha armada y la tarea revolucionaria” sobre documentos de la Federación Anarquista Uruguaya en 1972. Y es precisamente esta última selección sobre anarquismo la que se hizo más popular entre sus clientes. La importación de títulos y los esfuerzos por conseguir ejemplares es algo valorado por sus lectores: “Acá es la única parte donde encuentras libros sobre anarquismo en sus diferentes nociones y gente que entiende mucho del tema. Se arman discusiones, conversaciones y reflexiones. Funciona como un espacio de desarrollo intelectual para los que nos interesa el pensamiento anarquista”, comenta uno de sus visitantes.

A pesar de que los integrantes del colectivo aseguran que la librería no es anarquista ni pertenece a ningún tipo de organización, la impresión que produce en sus visitantes está directamente relacionada con lo que ellos denominan principios históricos del anarquismo y han replicado en la librería: la autogestión, sin fines de lucro, el autofinanciamiento y democracia directa entre los miembros del colectivo para tomar las decisiones en asambleas.

– Trabajamos con una lógica horizontal buscando el consenso pero entendiendo que hay diferencias también. Tenemos asambleas donde nos reunimos como colectivo y discutimos los problemas que conciernen a todo el espacio. Hay mucha autonomía y comisiones específicas, una forma de trabajar poco tradicional pero en realidad muy útil y comunitaria – cuenta Pablo.

SIN BANDERA

La librería Proyección también funciona como un Centro Cultural que ha tenido notoriedad por albergar a organizaciones sociales, estudiantiles y culturales para que realicen sus reuniones, asambleas y debates. A los que ocupan espacio permanente o que realicen actividades que impliquen lucro, se les pide una colaboración. De lo contrario, cualquier aporte de acuerdo a las capacidades de cada organización es bienvenido.

Las organizaciones que tienen un espacio mucho más permanente son el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), La Alzada (Acción Feminista Libertaria), La Champurria (Organización Feminista), Grupo de psicología crítica, El Piño Comunicaciones (colectivo autor de las grabaciones musicales denominadas “Sesiones Libertarias”), entre otras. Es por eso que se ganaron un lugar como el epicentro del circuito libertario anarquista en Santiago. Y también en Chile, dicen.

-La librería Proyección es nuestro centro de pensamiento, un espacio donde el FEL se reúne, toma decisiones y también participa de forma activa. Un espacio donde podemos hablar que somos libertarios y nadie nos tilde de terroristas- comenta una militante del FEL en la Librería.
Pablo (30) es uno de los fundadores del colectivo, asegura que a pesar de las apreciaciones que algunos miembros de organizaciones puedan tener, la Librería Proyección no es ni funciona como un “think tank” del FEL o un Instituto de Pensamiento Anarquista. “La relación que existe con las organizaciones que participan en la librería no es orgánica, si no espontánea y deliberada porque se coordinan espacios. Pero la relación no va más allá como proyecto, independiente de que miembros del colectivo tengan militancia o no”, aclara Pablo.

El análisis que hacen del escenario actual, donde el anarquismo volvió a ser parte de la agenda, no solamente se detiene en la discusión de posibles responsables por los bombazos en Santiago, aseguran, sino también desde que el 2006 el movimiento estudiantil instalara las lógicas de coordinación y principios anarquistas como parte elemental de su orgánica: “la democracia directa, el uso de la asamblea, las vocerías y organización desde las bases volvieron a tomar importancia en el espacio político. A mucha gente eso le asustó. Y nosotros decidimos que era necesario un lugar que tuviera una conexión permanente de estas ideas que entendemos como nuestras. El pensamiento de izquierda revolucionario, el anarquismo, el feminismo y el marxismo”, comenta Pablo.

UN DIAGNÓSTICO ANARQUISTA

Pablo estudió filosofía y ha hecho dos tesis universitarias sobre anarquismo, transformándose en uno de los miembros de su colectivo con más manejo histórico e ideológico en el tema. Él considera que la vinculación del anarquismo con la librería Proyección, está en un plano de identificación personal por algunos de sus miembros que buscan reivindicar la tradición histórica del movimiento anarquista. Idea que hace bastante tiempo, comenta, está olvidada por la estigmatización y el foco mediático hacia el “anarquismo” insurreccionalista. Tal como lo expuso el historiador Sergio Grez Toso, en una reciente entrevista con The Clinic, Pablo hace una distinción entre las diferentes corrientes anarquistas y su vinculación con la violencia.
-La violencia por la violencia en el anarquismo nunca ha existido. Eso es una falacia histórica. Acá se trata de vincular todos los males en un solo grupo porque es mucho más fácil. Si uno define anarquismo como un movimiento histórico y social, no puede denominarle anarquista a la acción de poner una bomba en el metro- asegura.

¿Hay una corriente anarquista predominante en Chile?
El anarquismo es una tradición arraigada en los sectores populares y la clase trabajadora. El anarquismo sindicalista fue fundamental en la creación del movimiento obrero en Chile. Los que estamos en la librería nos identificamos con esa tradición socialista y revolucionaria en Chile y Latinoamérica. Hoy en día el anarquismo tiene esa misma línea, sigue siendo social, plantea una transformación donde todos y todas participan y que no implica grupitos pequeños que se cambian a sí mismos cada cierto tiempo.

¿Te refieres a las células?
La idea de pequeños colectivos autoreferidos y que se basan principalmente en “autoidentidades” es una de las claves del problema en este debate del anarquismo. Es decir, ponerle el mote de anarquista a cualquier fuerza que consideren disruptiva. El único terrorismo en Chile lo ha ejercido el Estado hacia el pueblo.

Pero esas células se denominan anarquistas.
El problema de la operación mediática tiene harto que ver con identificar de anarquista a cualquiera que pueda autodenominarse anarquista. Eso es no analizar la evidencia histórica que nos habla de una tradición social. Nadie diría que el neo nazi que mató un montón de gente en Noruega es quien define el catolicismo por ser católico. Pinochet se llenaba la boca hablando de democracia y nadie podría decir que es un demócrata. La autoidentificación de un grupo es insuficiente para determinar la pertenencia a una tradición histórica anarquista. Los procesos históricos son mucho más complejos.

¿Existirá una responsabilidad por parte del anarquismo, entonces, al no desmarcarse de estos grupos más sectarios?
La ignorancia sobre el anarquismo tiene que ver con que los movimientos sindicalistas libertarios tienen un sectarismo natural por la situación en la que se encontraban en los noventa con el resurgir de las organizaciones de izquierda de intención revolucionaria. Por eso es necesario volver a levantar espacios de reflexión para formar alianzas. También, el anarquismo hoy tiene algo que decir: tiene experiencia entre los trabajadores y trabajadoras, Una reflexión sobre el poder, la jerarquía de lo social y una crítica al sistema capitalista.

¿Cómo se ve dentro del anarquismo estos colectivos autónomos como el que se adjudicó el bombazo en el Subcentro de la Escuela Militar?
Yo desconozco todos los grupos que se denominan anarquistas. Sí te puedo decir que los anarquistas hemos estado en nuestras organizaciones y espacios sociales y culturales. Es una ficción este misterio de dónde están los anarquistas, que somos clandestinos. No somos unos bichos raros. Pero desde el anonimato cualquiera puede decir cosas. Una declaración que sale en un medio y se cae a los minutos no es suficiente. Lo de los bombazos no le queda claro a nadie.

¿Estas células autodenominadas anarquistas rompen con el anarquismo chileno de tradición social?
En primer lugar, el lenguaje de las “células” se ha vuelto popular en los medios, y suena fascinante para los que buscan “enemigos internos”. Hasta ahora sólo hemos visto que la prensa y el gobierno le atribuyen el nombre de “célula anarquista” a los imputados en casos judiciales que apenas se sostienen en términos jurídicos. Por ello creo que es un lenguaje impropio y tendencioso que tiene como finalidad hacer conexiones fáciles entre el “terrorismo” y los sectores populares que se organizan y protestan por demandas de justicia y dignidad.

¿Cómo se articulan estos grupos?
Esta ficción de que el anarquismo es una organización muy conectada a nivel internacional tiene solo sentido si pensamos a quién le conviene que sea así. Yo opino que a nivel mundial hay un discurso insurreccional que no es anarquista. Si uno revisa la historia del anarquismo y no declaraciones de grupos que duran cinco minutos en la web, te das cuenta que el anarquismo es un movimiento de clase trabajadora que tiene un proyecto de transformación de la sociedad y que nunca ha optado por la violencia contra la sociedad civil. El anarquismo siempre ha contribuido a la construcción de organizaciones sociales masivas y no a destruirse a sí mismo. No lo está haciendo ahora tampoco. Si uno cree que puede identificar una tradición política en posteos anónimos que duran minutos está siendo muy poco riguroso.

¿Quién saca provecho de esto, entonces?
Piénsalo así: Melissa Sepúlveda es presidenta de la FECH y políticos decían que la anarquista iba a destruirlo todo. Luego, los portuarios se levantaron y la prensa empezó a decir que eran controlados por anarquistas. Entonces si los estudiantes y los portuarios son anarquistas y los terroristas de los bombazos son anarquistas, la conexión es uno más uno, igual dos. Eso no quiere decir que haya una gran conspiración contra nosotros porque eso es caer en paranoia. Pero sin duda a alguien le conviene esto. Hay que mirar a quién le conviene aplicar la ley antiterrorista, que empecemos a hablar de seguridad y de una red organizada. Aquí hay una operación de criminalización con perfiles reducidos que buscan mostrar quién es el malo de la película.

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