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30 de Octubre de 2014

Pentagate: Carlos Eugenio Lavín se querelló contra su ex amigo Hugo Bravo por grabarlo sin autorización

En la acción legal a la que accedió The Clinic Online, Lavín reconoce encuentros -sin decir cuántos- en la casa del ex director del holding Hugo Bravo para darle "ánimo" por el mal momento que pasaba con la justicia, aun cuando lo habían despedido por su relación con el fraude al FUT. El libelo revela el conocimiento de ambos acerca del vínculo que tenía Bravo con el fallecido martillero Jorge Valdivia, hecho que aseguran no avalaban por el “bajo nivel educacional” de este último.

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Carlos-Eugenio-Lavín

Carlos Eugenio Lavín, uno de los dueños de Penta presentó una querella criminal ante el Cuarto Juzgado de Garantía, en contra de su ex amigo y director del grupo Hugo Bravo por obtención ilegal de imágenes y audio.

La acción legal de Lavín aparece luego que Bravo presentara una demanda laboral en contra de Lavín y Carlos Alberto “choclo” Délano, por despido injustificado, en la que solicita 2.300 millones. En ella, Bravo adjuntó la transcripción de un audio grabado en su propia casa, donde conversa con Lavín. En la charla, este último le indicaría que fuera cuidadoso en sus declaraciones ante el fiscal del “Pentagate”, Carlos Gajardo.

En el libelo al que accedió The Clinic Online, Lavín explica que Bravo renunció obligadamente al holding en julio, luego de conocerse que había recibido devoluciones ilegales del FUT y denunciado por el SII bajo la figura de delito tributario. Y además por su vínculo con el fallecido martillero con vínculos CNI, Jorge Valdivia.

“Mientras todo esto ocurría, nuestro representado (Lavín) se comunicó en más de una ocasión con don Hugo Bravo López para conocer de su situación personal e infundirle ánimo, en el entendido de que cualesquiera fueran los graves errores que hubiera cometido, se trataba de una persona con la cual había trabajado toda una vida y cuya situación no podía menos que lamentar”, señala la querella.

Según Lavín, mientras más se reunía con Bravo -luego que lo despidieran sin pagarle indemnización- este último “comenzó a formular de manera reiterativa exigencias económicas de la más variada índole, aduciendo en particular, que él creía tener derecho a una indemnización por años de servicio”.

En la querella Lavín asegura que en los mismos diálogos, sin indicar cuántos hubo, Bravo también le habría exigido que junto al “choclo” Délano “le ayudaran a financiar los gastos legales que implicaba su defensa, situación que se fue acrecentando”. Según la presentación ello ocurrió después que Bravo, en agosto y estando denunciado por el SII por recibir 260 millones ilegalmente del FUT, devolviera al Estado más de 1.200 millones de pesos, con el fin de aminorar su responsabilidad con el tata fisco.

Y los dos perros

Lo particular es que, pese a las exigencias “insólitas” -como las define Lavín- de todas formas siguió conversando con Bravo, ya que “históricamente” tuvieron una relación más cercana que con Délano, según el libelo.

“(Conversaba Lavín) cada cierto tiempo con aquél (Bravo), no sólo a objeto de confirmar que en sus acciones, el querellado no había involucrado en nada ilegal al Grupo Penta, sino también cómo estaba personalmente”, señala.

Pues bien, según la querella el 7 de septiembre pasado, Lavín concurrió a la casa de Bravo una vez más, pero junto a su hijo.

Allí estaba Bravo junto a dos perros. Dijo que estaba solo. Y se sentaron en el living. La visita duró casi media hora. Allí, dice Lavín, de nuevo le preguntó por su estado de salud y darle ánimo.

Sin embargo, todo cambió y la buena onda que supuestamente existía por Bravo se extinguió cuando el SII presentó una denuncia en contra de Lavín, Délano y sus esposas por boletas ideológicamente falsas, por trabajos que sus mujeres nunca realizaron.

Los dueños de Penta, señala la querella, llegaron a la convicción de que el libelo del SII, fue producto de la confesión de Bravo en la fiscalía, hecho que desató el llamado Pentagate.

A esta querella, se suma otra, presentada también por los dueños de Penta en contra del mismo Bravo, pero por el delito de amenazas en el Cuarto de Garantía.

Se trata de una carta y un llamado telefónico al ex senador UDI y asesor de Penta, Carlos Bombal, en donde le exigía la devolución de una dinero, a cambio de no “amarrarlos” con el fiscal.

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