Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

27 de Noviembre de 2014

Columna: Pobre Nicolás

* Pobre Nicolás – el de la UDD, no el que tiene 2 papás – nunca se imaginó lo que le esperaba. Nicolás, el cuico naif. Nicolás, el que no tiene idea lo que pasa en el mundo fuera del suyo, ni siquiera tiene muy claro lo que pasa en su propio mundo. Él vive […]

Josefina Reutter
Josefina Reutter
Por

nicolásTW
*

Pobre Nicolás – el de la UDD, no el que tiene 2 papás – nunca se imaginó lo que le esperaba. Nicolás, el cuico naif. Nicolás, el que no tiene idea lo que pasa en el mundo fuera del suyo, ni siquiera tiene muy claro lo que pasa en su propio mundo. Él vive en un mundo de buena onda, de amistad y contactos. Nada de malas intenciones, nada de mala onda. Todo es amor y paz. Es la versión masculina de la cuica naif (recientemente publicado en mi blog). Él sólo quería hacer de su universidad (o de su facultad al menos) un lugar más entretenido, con más onda, con más “mística”, parecido a las universidades tradicionales y sus paseos a la playa, fiestas novatas, semanas universitarias y todo tipo de entretenciones. Si además en esa universidad (y facultad) igual son todos conocidos (a.k.a ABC1), entonces sólo hacía falta un “líder” que dirigiera los esfuerzos hacia la entretención, la “cultura”, las tocatas y “tirarse unos asados”. En el fondo él no dijo nada que no fuera verdad en su realidad. El problema fue que se filtró, chorreó como una cascada que baja desde San Carlos de Apoquindo, al resto de Chile (ya ok, de Santiago. Igual sabemos que Santiago es Chile). Y no solo al resto de Chile, incluso a otros ABC1 o cuicos que se sintieron profundamente “asorochados” con estas declaraciones que dejan tan mal a su “subespecie”, la que con tanto esfuerzo han tratado de reivindicar. No creo estar muy alejada de la realidad si pienso que fueron los mismos ABC1 los mayores detractores y “trolleadores” de los “desafortunados” dichos del pobre Nicolás. Porque los dejan mal, porque los dejan como chaleco de mono. O más bien como una “subespecie” maldita e indeseable que sería ideal erradicar. Y los pobres cuicos, que llevan años limpiando su imagen en los medios y las redes sociales. Que han votado por candidatos no tradicionales como Velasco, incluso como Sfeir. Que reciclan, que van a las marchas gay, que no quieren termoeléctricas, que discuten airadamente el aborto terapéutico (o a lo más se callan). Esos pobres cuicos que han hecho tanto, para que aparezca este niñito, este cuico naif, ingenuo, que tira por la borda todos esos esfuerzos y los deja a todos (a todos los cuicos, se entiende) nuevamente en foja cero.

Ahora de nuevo los cuicos son unos “idiotas”, son unos “huecos”, son unos “tarados”. O cualquier adjetivo de esa calaña que le hayan dicho al pobre Nicolás. Nicolás es la encarnación del cuico “indeseable” incluso para el mismo cuiquerío, ese que quieren eliminar de la imaginería popular. Y los tenían bien controlados allá en la cota mil, donde no molestan a nadie, donde se juntan entre ellos y después hacen emprendimientos que venden a los mismos cuicos, y todos contentos. Pero tenía que salir esa filtración.

Y los mató (mató su imagen, se entiende) a todos. Entonces obviamente el cuiquerío tiene que desmarcarse del pobre Nicolás, algo así como Plan Z: “Nooo, si nosotros (el resto de los cuicos), no somos como Nicolás, somos de OTRO tipo de cuicos, nada que ver con él, él es de los oootros”. ¿Y cómo lo hace? Siendo más papistas que el Papa. O sea, destruir a Nicolás. De hecho, el rumor es que fue una persona (cuica también) de la otra lista de candidatura la que filtró la grabación. Todo para desmarcarse, para decir “no somos todos iguales”. Y el pobre Nicolás, el cuico naif, cree todavía que en el mundo de los cuicos está a salvo. Pero no sabe que – salvo los cuicos naif como él – el cuiquerío está tratando de integrarse en esta sociedad moderna, al menos cuando se junta con esta sociedad moderna. En la intimidad de su círculo, pueden decir lo que quieran, probablemente piensan igual que el pobre Nicolás. Pero si hablan “en cuico”, se van a asegurar que no haya una grabación ni ningún tipo de evidencia que los pueda exponer ante la opinión pública. El pobre Nicolás pagó su noviciado. Esperemos que aprenda, por el bien del cuiquerío del futuro.

*Autora del blog Cuiquerías.

Notas relacionadas