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Poder

12 de Diciembre de 2014

Bachelet se sincera: “No es fácil impulsar transformaciones que recién serán visibles cuando ya no sea presidenta”

"Creo que hay ciertas transformaciones ineludibles para hacernos cargo de déficit estructurales que tenemos como país. Mi gobierno dura cuatro años, por suerte dirán algunos, y hay cosas para las que no se ven resultados inmediatos. Sin embargo, hay que partir por algo", dice la Jefa de Estado al hacer frente a la coyuntura en que se están tramitando las reformas, con su nivel de apoyo muy deteriorado, y una desaceleración económica más profunda de lo que se había advertido.

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“Toda decisión tiene efectos positivos y efectos complejos y, por lo tanto, lo que uno finalmente hace es ver cuál va a ser el costo de una u otra, esencialmente para el país y la gente”, dice la Presidenta Michelle Bachelet en entrevista con la revista Capital, donde aborda el escenario que enfrenta en su segundo mandato, con una abrupta caída en su popularidad y con las reformas estructurales que impulsa su gobierno, en materia de impuestos y educación, esta última, quizá la más importante en el país desde el retorno a la democracia.

En ese sentido, y pese a las piedras que han ido apareciendo en el camino, la Mandataria sostiene que “vamos a seguir haciendo las cosas, porque tenemos una convicción muy profunda de que los chilenos, no sólo esta presidenta, quieren vivir en una sociedad mejor para todos”.

Para eso, apunta la Jefa de Estado tal como lo planteó en el encuentro ENADE 2014, Chile tiene desafíos estructurales y que no nos van a permitir seguir avanzando si no nos hacemos cargo de ellos.

“Todo el mundo coincide, y esto lo decían informes del FMI antes de que yo fuera candidata, que Chile hizo cosas muy buenas en la economía, pero que sin embargo, no nos podíamos dormir en los laureles por el viento a favor. Qué quería decir viento a favor, quería decir precios del cobre y auge de la minería. Que una vez que el viento fuera en contra, si no hacíamos reformas estructurales íbamos a tener problemas. Y eso es lo que estamos viviendo. Cuáles eran aquellos temas, esencialmente una productividad más baja de la que debiéramos tener. A mi juicio, hay dos elementos fundamentales en esa baja de productividad. Primero el capital humano y, segundo, una energía cara y no siempre segura.
En ese contexto, dijimos que el capital humano es lo más rico que tenemos y la educación es clave. Por eso, una reforma que busca educación de calidad para todas y todas. No es sólo un factor ético, moral y de justicia, sino que también económico”.

Confiesa, al referirse a la dificultades que ha enfrentado la tramitación de la reforma educacional, “que yo sabía que esto era una dificultad y tuve muchas reuniones con los ministros de cómo vamos a lograrlo. Claro que me pregunté cómo vamos a lograr que se vea la calidad, cuando los proyectos más explícitos de calidad van a entrar a tramitación después. Mi primer sentido fue partamos por la educación pública mientras vamos haciendo los otros avances. Ahora estamos haciendo todo aquello que no requiere ley. Desde mejoras de infraestructura hasta capacitación para profesores. Es decir, hay muchas cosas en las que estamos trabajando, porque queremos que los padres tengan verdadera libertad de elegir y puedan hacerlo entre el sector privado o el sector público”.

¿Cuánto pesan las encuestas?

Después del impacto que tuvo en el oficialismo, los malos resultados que arrojaron los sondeos Adimark, CEP y esta semana Cadem, dando cuenta que el apoyo a Bachelet se encuentra en mínimos históricos para una Mandataria que precisamente se destaca por la simpatía que despierta en la gente, la Jefa de Estado admite que igual éstas (encuestas) no pesan tanto…”Obviamente uno lee las encuestas, pero lo que quiero decir es que uno siempre está evaluando. Es una decisión humanamente difícil (cambio de gabinete), porque uno siempre sabe que las personas hacen lo mejor posible, pero si en algún momento es necesario, lo haré. Es decir, siempre tomó decisiones por duras y dolorosas que puedan ser en lo humano si estoy convencida de que ha llegado la hora”.

Lo que sí admite es que “no es fácil impulsar transformaciones que recién serán visibles al cabo de un tiempo y cuando ya no sea presidenta. Es por eso que pondré mi liderazgo en función de ese objetivo, porque ésos son los cambios que tenemos que hacer y éste, el momento oportuno”, dice en relación con la frase que ella misma esbozo en el sentido de poner su capital político en función de los objetivos.

Al ser consultada por si su labor, en medio de las reformas es histórica, dice “no soy mesiánica. Sin embargo, creo que hay ciertas transformaciones ineludibles para hacernos cargo de déficit estructurales que tenemos como país. Mi gobierno dura cuatro años, por suerte dirán algunos, y hay cosas para las que no se ven resultados inmediatos. Sin embargo, hay que partir por algo”.

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