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Mundo

16 de Diciembre de 2014

Las mujeres que se arrepintieron de operarse en una de las capitales de la cirugía estética

Esto no es un rostro humano es más repugnante que el de los monstruos o extraterrestres". Parte del problema es que la cirugía plástica es un negocio tan lucrativo que hay médicos no calificados. O mejor dicho, médicos calificados pero en otras áreas de la medicina. "Médicos Fantasmas" y negligencia se han convertido en la peor pesadilla para cientos de mujeres.

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En Seúl, en casi todos los lugares hay anuncios que instan a la gente a cambiar su físico a través de la cirugía plástica.

Ya sea en el tren o la calle, te dicen que puedes “reavivar tu cara”.

Hay ofertas para el “contorno facial”, “cirugía de mama”, “antienvejecimiento”, “contorno del cuerpo”. También para la “reducción de mandíbula” (sobre todo para los hombres). Y para transformar el rostro, sobre todo el de las mujeres.

Una conocida mía se queja de que le duele la barbilla cuando llueve. Y lo curioso es que fue al hospital para someterse a una cirugía de nariz pero fue persuadida -o se convenció a sí misma- que necesitaba cambiar el contorno de su barbilla.

El resultado: un mentón con más forma pero también más doloroso. A pesar de eso, está pensando aumentarse los senos.

En este país, los padres me dicen que les dan a sus hijas adolescentes un regalo que consiste en una cirugía llamada “la cirugía de párpados dobles”, que hace que los ojos se vean más pronunciados, menos asiáticos.

¿Por qué?, me pregunto, cuando los ojos coreanos son hermosos tal y como son.

El mensaje que resuena desde los anuncios en el tren es que “la confianza en la apariencia trae energía positiva que puede ser el fundamento de la felicidad”. “Felicidad: tan fácil de encontrar con la ayuda de un bisturí”.

Sólo que, por supuesto, no es verdad.

Negligencia

Hay casos judiciales en proceso donde los pacientes o víctimas están demandando a los médicos que transformaron sus rostros, pero no en el buen sentido.

Una de las víctimas dijo cuando le retiraron las vendas: “Esto no es un rostro humano es más repugnante que el de los monstruos o extraterrestres”.

Parte del problema es que la cirugía plástica es un negocio tan lucrativo que hay médicos no cualificados. O mejor dicho, médicos cualificados pero en otras áreas de la medicina muy diferentes.

Se alega que algunos procedimientos se han realizado por los que se llaman “doctores fantasmas”.

En un caso en la corte, se afirmó que el médico que iba a realizar la operación se retiró discretamente de la sala de operaciones una vez que el paciente se encontraba bajo anestesia y fue sustituido por otro cirujano que realizó un mal trabajo.

Además de eso, está comprobado que algunas fotos realizadas antes y después de la cirugía también han sido objetos de retoques.

El resultado es que la Asociación Coreana de Cirujanos Plásticos ha pedido normas más estrictas para los médicos y para los anunciantes. Temen que la mala publicidad esté dañando la reputación de una industria que en gran parte está bien dirigida.

Pero están luchando contra la corriente. La cirugía plástica es muy rentable, incluso con precios mucho más bajos que los de Estados Unidos y Europa.

Una de las grandes empresas en Gangnam, en Seúl, cobra por una corrección de la forma de los ojos 1,7 millones de won coreanos. Eso es alrededor de US$1.500 por 30 minutos de procedimiento simple.

El precio se eleva a 12 millones de won para un estiramiento completo facial con incisión, que son aproximadamente US$11.000.

Hay un gran mercado con un sentido de la vanidad similar al de Corea del Sur: China.

Según el diario Joongang, dos tercios de los extranjeros que vinieron a Corea del Sur para someterse a algún tipo de cirugía plástica el año pasado procedían de China, más de 16.000 clientes.
La prensa aquí dice que algunos de los procedimientos han sido tan radicales -con tanto éxito- que los oficiales de aduanas no creen que tienen delante a la misma persona que aparece en la fotografía del pasaporte.

Pero tal vez los chinos que aspiran a ser las estrellas de una película o los padres surcoreanos que creen que pueden mejorar el aspecto de sus hijas a través de bisturí deberían reflexionar sobre una historia de terror que pasó por los tribunales.

Una exreina de belleza se hizo un aumento de senos que salió horriblemente mal. Después de una serie de infecciones, terminó con un seno mucho más grande que el otro.
Ella culpa a los médicos por el fracaso médico, pero también a si misma por no decirse: “Mira, no necesitas esto”.

“La cirugía plástica es como una adicción”, dijo. “Si te retocas los ojos luego quieres hacerlo con la nariz”.

“Y los médicos no te dicen: ‘Eres lo suficientemente bonita tal y como eres'”.

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