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Nacional

14 de Enero de 2015

El loco mundo de Gonzalo Rojas: Se queja del “control izquierdista de las comunicaciones” en columna de El Mercurio

El abogado analizó los diversos caminos que podría tomar la UDI frente a la crisis que le significa el Caso Penta, planteando la curiosa tesis de que, por el supuesto peso de los sectores de izquierda en los medios de comunicación, uno de ellos podría verse frustrado.

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Gonzalo Rojas, columnista insigne de El Mercurio, analizó en su publicación semanal el impacto del Caso Penta en la UDI, planteando que en la crisis que atraviesa el gremialismo los escenarios que se abren para su directiva, encabezada por Ernesto Silva, son tres.

Optimista, asegura que el primero de ellos es la posibilidad de sacar adelante un partido fortalecido. “Para lograrlo, no le sirve acusar a las restantes colectividades con los mismos argumentos de la ex ministra Helia Molina -‘todos sabemos que esto se hace’-, sino que necesita probar que el financiamiento de los concertados y de los comunistas ha seguido patrones de equivalente irregularidad”, expone.

Según Rojas, se necesita ademas “comunicar bien” lo anterior, tarea que considera “casi imposible” dado el supuesto “control izquierdista de las comunicaciones” que existiría en el país.

“El segundo escenario consiste en que Silva se resigne a administrar un partido devaluado, sin mística, sin recursos y en baja electoral, pero que logre pasar el chaparrón de las próximas consultas ciudadanas y resurja por un eventual apoyo al candidato triunfador en las presidenciales del 2017. Sería una UDI a lo radical, una pobre UDI”, añade Rojas.

“Una tercera opción pasa por la conciencia de Ernesto Silva. Hombre recto, seguramente está meditando la posibilidad de renunciar. Solo él sabe cuánto puede doler una decisión así, pero solo él sabe cuánto bien puede traer esa medida. Solo él lo sabe”, plantea en la publicación.

Si así sucediera, para Rojas se abrirían tres nuevas opciones, don malas y una buena pero improblable: que Silva fuese reemplazado por dirigentes “sin mayor fuerza ni convicciones”, que se hiciese cargo de la UDI alguien del “piñerismo” como Andrés Chadwick, o que los requerimientos converjan hacia un dirigente histórico, Pablo Longueira.

“Pero ¿está disponible? Quienes lo piden, saben que es el único que en la UDI tiene el carácter de acreedor, que es el único que tiene nada menos que a Lagos por deudor y que es el único que podría hacerle ver al ex presidente que sus temores sobre la aplanadora de concertados más comunistas solo puede ser contrapesada con una UDI fuerte. Lagos, dicen, podría devolverle la mano a Longueira”, concluye.

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