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Opinión

14 de Enero de 2015

Maryam (28), chilena-musulmana: “El Islam no es machista”

Mónica de la Cerda Flores fue católica, se convirtió al Islam hace tres años, y desde entonces asumió el nombre de Maryam. Dice que adoptó la religión porque era lo que quería para su vida y que en su comuna, Quintero, debe ser la única musulmana. Sobre Francis Peña, la chilena detenida en España por reclutar a jóvenes para incorporarse al Estado Islámico, asegura que “no responden al Islam, porque ocupan como excusa el nombre de Alá para matar”.

Diego Bravo
Diego Bravo
Por

Maryam[1]

“Este proceso comenzó el 2007. Conversando a través de las redes sociales con musulmanes de países árabes, les pregunté qué era el Islam. Luego tuve la suerte de encontrar en Viña del Mar a una persona, hoy hermano, que me llevó libros introductorios al Islam y, a finales de 2010, me invitó a la Mussala (casa habilitada para la oración) de Viña del Mar. Me gustó mucho lo que allí vi, porque se parecía mucho al estilo de vida que he llevado, ya que no tomo, no fumo y soy más casera. Era lo que quería para mi vida. Al principio fue una batalla, porque antes participé mucho en la iglesia católica, desde actividades sociales hasta ayudar en las misas. Sentí que traicionaba al catolicismo por entrar al Islam, pero mi papá me apoyó y eso me relajó. Gracias a eso tomé la decisión el 2011 de convertirme formalmente al Islam, en la ceremonia de Shahada (Testimonio de fe). Soy musulmana sunita, de los que siguen las “sunnas”, las prácticas del profeta Mohammad.

Creo que en Quintero soy la única musulmana. Por ser un pueblo chico, te miran mucho, se acercan a preguntarte de qué religión eres e incluso de dónde vengo, ya que siempre ando con el hiyab (velo). En cambio, en Viña me han gritado “por qué andái tan tapada, si hace tanto calor”. El uso del hiyab es una orden de Alá que le dio al profeta, indicando que la mujer se cubriera para que no fuera observada. En el fondo, lo que se busca es que la mujer se vista con decencia, que sean respetadas y que se las valore más por sus palabras que el físico. Esto también corre para los hombres. En todo caso, los musulmanes en Chile no estamos obligados a usar estas vestimentas, considerando los tiempos actuales y que es difícil encontrar ropa como la que hay en Oriente. Podemos ocupar las ropas que se usan acá, pero siempre tratando que no estén apretados, que no sea transparente y cubriendo la parte trasera.

A pesar de los comentarios que indican lo contrario, en el Islam a la mujer se la trata muy bien, se la protege y se la cuida mucho. La mujer va al lado del hombre, no detrás. El Islam no es una cultura machista, porque la mujer es libre de poder trabajar, estudiar y tener sus propios ingresos. A veces nos acostumbramos a criticar lo de afuera, pero no nos damos cuenta que Chile es un país machista. Aquí nos inflamos el pecho cuando hablamos “de la mujer emprendedora”, cuando en el Islam está definido hace rato que la mujer puede tener negocios. Eso sí, nuestro Islam es occidental y existen muchísimas interpretaciones propias de la cultura de cada país. Por ejemplo, en Afganistán las mujeres están obligadas a usar burka (vestimenta que cubre completamente el cuerpo) y están obligadas a quedarse en la casa. La mujer musulmana en Chile no puede ser fundamentalista, tiene que adaptarse a la sociedad. Sería absurdo que nos juntáramos únicamente con musulmanes. Yo no tengo problemas de salir con amigos y amigas, pero en algunos países de Medio Oriente es mal visto que una mujer vaya a comprar a la esquina con otro hombre que no sea el esposo o un familiar hombre.

Desde que soy musulmana aprendí a respetarme, me siento más natural, me gusto más. Me deshice de todas las cadenas que te exige la sociedad para pertenecer a un cierto grupo. Incluso, ahora tengo más amigos y amigas que antes. El Islam me ha dado independencia y libertad como mujer, de ser tomada en serio y no como un objeto sexual. Sólo se aconseja que la mujer se quede cuidando el hogar y que el hombre salga a buscar el sustento, lo cual no dista mucho del resto de la sociedad chilena. Sin embargo, yo no tengo ningún problema con salir a trabajar. En el caso de la mujer, sus ganancias las puede guardar u ocuparlas para sí misma si es que quiere, a diferencia del hombre, cuyo deber es colocar el sustento para el hogar.

El Islam respeta a las mujeres más que otras religiones. En el catolicismo, hay escritos de Pablo que dicen que la mujer trajo el pecado al mundo. Tengo entendido que en el judaísmo hay un rezo que dice “gracias Señor por no hacerme mujer”. Si estas cosas entraran en el debate dentro de estas religiones, mucha gente dejaría esos credos. En cambio, el Corán ni siquiera habla de culpas de la mujer, reconocen que ambos tienen responsabilidades en el pecado pero que pueden remendarlo. De todos modos, no te niego que hay países musulmanes donde se cometen atrocidades hacia las mujeres.

Al ser tan pocos musulmanes en Chile, la fe se me hace más fuerte, porque mi intención es dar a conocer el Islam y que la gente no se guíe por lo que se muestra en la televisión, que aprendan que no tiene que ver con el terrorismo. El Estado Islámico, a pesar de que sean musulmanes, no responde a lo que es el Islam, porque ocupan como excusa el nombre de Alá para matar. La misma palabra ‘Islam’ significa paz.

Las mujeres que reclutan a otras al Estado Islámico argumentan que tienen que ir a luchar por “la crisis de valores que hay en Occidente”, pero esa crisis se vive en todo el mundo. Las mujeres que viajan desde Occidente para ser esposas de los guerrilleros los ven como defensores de la causa de Alá y creen que su fe es tan grande que las van a llevar al paraíso. Este fenómeno se está dando también porque muchos de los occidentales que van, como las mujeres, al estar vacías de sentido por la vida, se suman al Estado Islámico para encontrar una causa por la cual seguir viviendo. Esto no tiene nada que ver con la fe. Lo de esta chica chilena no es común porque, de ser así, todas las musulmanas de Chile estaríamos viajando para Irak. Lo que debió haber pasado es que Francis Peña se enamoró de alguien del Estado Islámico y le lavaron el cerebro, al igual que muchos jóvenes que ya han reclutado”.

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