La derecha se sigue frotando las manos con el Nueragate: Irán a la Contraloría y piden que se aclare si es una práctica habitual

Si el martes pasado fue totalmente negro para la derecha por los devastadores resultados que mostró la encuesta Adimark de enero, dando cuenta de un histórico rechazo ciudadano, este martes -una semana después- la oposición se frota las manos con los pormenores del “Nueragate” e insisten en el tráfico de influencias.

“Vamos a llevar dos hechos a corto plazo para ver la posibilidad de si hubo tráfico de influencias e información privilegiada en la compra de esos terrenos. Nosotros creemos que si bien hay un préstamo de un banco a una sociedad privada aquí el principal eje de la investigación tiene que ser el tráfico de influencias e información privilegiada”, señaló a CNN el diputado Diego Paulsen.

El parlamentario explicó que el asunto lo llevarán por dos aristas, “la primera es que Contraloría nos pueda determinar si hubo información privilegiada por parte de Sebastián Dávalos y su señora en la compra de estos terrenos”.

Además, agregó Paulsen, solicitarán una reunión con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, “para poder manifestar la preocupación. Para nosotros aquí claramente hay un tráfico de influencias (…) y puede haber una arista judicial que podríamos llevar a cabo”.

“Tenemos que tratar de llevar una investigación seria donde podamos demostrar el tráfico de influencias e información privilegiada. Aquí está clarísimo de que es una sociedad privada con un banco privado, pero lo que nosotros tenemos que dejar en claro aquí es que el hijo de la Presidenta que maneja más de 166 mil millones de pesos al año en el presupuesto de la cartera que él maneja, está influenciando y llevando a cabo hechos u ocupando su cargo público para conseguir negocios a costa del Estado chileno”, añadió Diego Paulsen.

Por su parte, su socio de Alianza, el secretario general de la UDI, Javier Macaya, sostuvo que las explicaciones llegadas desde el gobierno son insuficientes, no para ellos, sino que para la gente.

“La ciudadanía más allá de tener la duda y una indignación moral de que una pequeña y mediana empresa con un capital acotado, pueda haber tenido una reunión con un importante empresario de este país, el dueño del banco (…) hay una pregunta que no está siendo respondida es si estas reuniones son habituales, si es parte de la agenda permanente de los familiares de la Presidenta con importantes empresarios, para buscar la influencia pública en negocios privados”.

El diputado dijo además que lo “importante también es que se pueda despejar qué es lo que se vendió, llama la atención que en pocos meses el precio del terreno haya incrementado en forma significativa (…) la duda que a uno le cabe es que si lo que se vendió acá fue la promesa, la gestión por el cambio del plano regulador”.

“No basta con decir que está todo en regla, con que se trata de negocios privados, no basta con señalar así como se hizo en el caso de las famosas facturas de los publicistas, con el caso del yate que no se da ninguna explicación más que decir que está todo en orden y que se cumplieron con todos los estándares. Hoy se requieren respuestas a muchas preguntas que se han planteado, no por nosotros sino por la ciudadanía”.

Este martes, el gobierno insistió que todo estuvo en regla, pues se trató de un acuerdo entre privados. Además, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, aseguró que el propio Sebastián Dávalos se referirá públicamente al asunto.

Según La Segunda, este caso reveló la distancia que existe precisamente entre el secretario de Estado y el hijo de Bachelet. El vespertino recordó la entrevista que Dávalos dio un tiempo atrás a El Mercurio, donde le restaba méritos a Peñailillo para ser el sucesor de su madre. Además, dio cuenta de que en su círculo íntimo el director Sociocultural de La Moneda trata al jefe de gabinete “galán rural”.