Dávalos tras su salida por el polémico crédito de su mujer: “No he ganado ni un peso y mi señora tampoco”

 

Cuando ya han pasado 48 horas de su bullada salida de la dirección sociocultural de La Moneda por el escándalo de lo 10 millones de dólares de crédito que consiguió en 2013, pleno periodo de campaña presidencial, para la pyme de su mujer, Sebastián Dávalos Bachelet abordó, en entrevista con El Mercurio, los pormenores de la semana que tuvo a La Moneda en vilo luego que se destapara el caso.

“No creo que haya sido imprudente por una razón súper sencilla: si yo trabajo en el mundo privado, como llevaba trabajando mucho tiempo, no puedo estar preocupado de lo que pasa en el Gobierno”, dijo el hijo de Bachelet, haciendo el quite al calificativo que llegó desde las filas del propio oficialismo.

En ese contexto, aseguró que el crédito, que le permitió a la pyme de su mujer, Natalia Compagnon, embolsarse 2.500 millones de pesos de ganancia en una pasada tras la venta de las famosas 44 hectáreas en Machalí, “se gestó en un marco entre privados, durante el gobierno de Sebastián Piñera, en una época en que yo trabajaba en el sector privado como trabajador dependiente de Caval Inversiones, esa es la verdad, la Presidenta no tiene nada que ver con esto y no tiene por qué estar al tanto, ni tiene por qué saber lo que hacen los privados”.

Otro de los asuntos que abordó el hijo de la Jefa de Estado fueron las críticas que dejó el asunto acerca de que a él le gustaba la plata fácil. Al respecto contestó que  “si yo quisiera hacer plata de manera fácil, me hubiese quedado trabajando en el sector privado o estaría ligado a la especulación de acciones”.

Las presiones de La Moneda y Peñailillo

Antes de anunciar su salida de Palacio, en el recordado punto de prensa en La Moneda, donde sólo estuvo flanqueado por su jefa de gabinete Erika Silva, mucho se habló sobre las presiones que llegaron hasta el Gobierno, no sólo de la derecha, sino que desde el propio bloque oficialista. De hecho el mismo viernes,  históricos de la Concertación como José Joaquín Brunner, Sergio Bitar y Camilo Escalona lo habían instado a dimitir, es más, ese día la revista Qué Pasa, el medio que destapó el caso, había publicado un artículo donde daba cuenta de la supuesta presión que la habría metido Peñailillo, a través de terceros.

En este punto, Dávalos aclaró que “yo fui el que puse mi cargo a disposición. Es más, me atrevo a decir que fue el miércoles a las tres de la tarde”.

El hijo de Bachelet insistió en que en su actuar no hubo nada de ilegal, y que pidió perdón “por el daño a la imagen que se le ha hecho al Gobierno.

“Se publicita como si aquí hubiese una cuestión extraña, delictiva, criminal, que no existe, que no es real, y entiendo que en ese contexto el Gobierno y la Presidenta pueden haber salido dañados de imagen, y mis disculpas son justamente a ella, porque lo que menos querría como funcionario del Gobierno es que el Gobierno quedara mal evaluado”, indicó.

Cómo vive

El caso también sirvió para abrir un flanco de especulaciones acerca de la forma que tiene de vivir y cómo se financia.

“Vivo de varias cosas. Era ad honorem , pero también he tenido carrera académica, no full time académico, pero eso también implica ingresos. También tenía mis ahorros guardados y si alguien pregunta si tengo más patrimonio ahora, tengo menos patrimonio que cuándo entré, porque me tuve que ir comiendo los ahorros, básicamente, vivía de eso”, aseguró.

Finalmente, el cientista político reconoció que “lo que más me afecta de dejar mi cargo es que es el trabajo que más me ha gustado en mi vida. Es el único trabajo que me ha gustado”.

La trama de salida

Dávalos contó a El Mercurio que desde que estalló el Caso estuvo en Caburgua, entre el viernes por la tarde y el miércoles en la tarde, cuando por iniciativa propia decide volver a Santiago. Ese mismo día le presentó su renuncia a su madre, la Presidenta de la República. Ella le dijo que “entendía que podía ser necesario y que me devolviera a Santiago a ver cómo íbamos a hacer la salida”.

Sobre el porqué de la demora en reaccionar, aseguró que fue “básicamente porque estábamos en Caburgua, en un sector bastante aislado y en los dos teléfonos que tengo, en ninguno de los dos tenía señal, y nos llegaba muy entrecortada la información, y hasta donde entendíamos estaba todo medianamente controlado, y recién fue el miércoles cuando la información que nos llega es que no estaba tan bien controlado, y ahí es cuando yo decido y prefiero devolverme a Santiago, a dar la cara y un paso al lado”.

“No he ganado un peso”

Otro asunto al que se refirió, y por le cual la derecha tiene lanzada toda una artillería pesada, son los 2.500 millones de pesos en ganancias que dejó el negocio.

Sostiene que no sabe “cuánto es el dinero, porque dejé de trabajar hace más de un año en Caval (…) Yo no he ganado ni un peso”, y ” mi señora tampoco”. “La empresa empresa Caval va a tener que pagar, seguramente, ingenieros, abogados, contadores, oficinas, etc.,  y después de todo eso, luego del ejercicio financiero va a poder ver cuánto generó de utilidad, si es que se generó”.