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Poder

15 de Febrero de 2015

La mirada de Insulza sobre el Caso Dávalos: “Qué bueno que haya renunciado, debería haber ocurrido antes”

"No tenían por qué ser ocho días, habría bastado con dos días para pensarlo y hacerlo", dijo Insulza, quien aseguró que la Presidenta es una víctima en el asunto.

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jose miguel insulza

“No tenían por qué pasar ocho días, habría bastado con dos para pensarlo y hacerlo”, dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, respecto del caso Dávalos, que remeció al Gobierno durante la semana luego de que se supiera que el hijo de la Presidenta gestionó personalmente un crédito junto a su mujer con el dueño del Banco de Chile, Andrónico Luksic, por 10 millones de dólares y en pleno periodo de la campaña presidencial 2013.

Para el ex ministro, Bachelet “ha sido víctima de estos hechos y yo solidarizo con ella por el muy mal rato que ha pasado, y la molestia y la tristeza que debe sentir. Pero la responsabilidad por lo que ella ha pasado les cabe a los que realizaron este asunto. La renuncia se ha producido y es un buen paso. Ahora, habrá otros temas que se podrán plantear y aclarar, pero de esa manera esto se ha cerrado y creo que ahora ella va a enfrentar este tema con la entereza que siempre ha expresado”, recoge El Mercurio.

Insulza apoya sus dichos en el hecho que a nadie le gusta, cuando se están haciendo las cosas bien, que las conexiones familiares o asuntos de familia le produzcan un problema. Ha sido un grave error de sus dos familiares desde el principio y tienen que corregirlo de la mejor manera, pero la responsabilidad recae sobre ellos y no sobre la Presidenta Bachelet”, insiste.

Agrega que las lecciones que pueden sacarse son que “las personas que están vinculadas familiarmente con figuras públicas o con la Presidenta tienen limitaciones y no pueden actuar dejando de lado esa realidad. Los familiares de una Presidenta no pueden en ningún caso sacarle provecho a esa relación, esa es la lección. Para cualquiera que tenga una función pública del nivel de la Presidenta de la República no solo se les impone determinadas conductas a ellos, sino a sus familiares más cercanos también”.

“Siempre he pensado que los negocios y la política deben ir por carriles separados. Eso no obliga a los familiares y a los amigos, pero estos familiares deben analizar si en algún momento con sus conductas pueden dañar a las personas que son figuras públicas. Acá el tema no es si él era funcionario público o no, sino que él era el hijo de la Presidenta”, apunta.

Se demoró mucho

Finalmente y haciendo de quienes dicen que la renuncia debió llega antes, asegura estar de “acuerdo con que no tenían por qué ser ocho días, habría bastado con dos días para pensarlo y hacerlo, se lo digo con toda claridad. Qué bueno que haya renunciado, debería haber ocurrido antes. Naturalmente, cualquier gobierno cuando ocurren cosas así tiene un autorreflejo que es defensivo, pero el Gobierno luego asumió bien el tema. Después del primer surgimiento de los asuntos los ministros a cargo dijeron: “Miren, él es el que tiene que dar las explicaciones, porque él es el responsable”. Y eso fue lo que abrió camino a que otros empezaran a decir, dentro de la Nueva Mayoría, que tenía que renunciar; se armó cierto consenso y eso produjo una renuncia. Ojalá hubiera ocurrido antes, por cierto, pues finalmente el problema era el impacto que esto crea en la opinión pública, que realmente ha estado preocupada y molesta con esto”.

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