La versión del síndico que le vendió los terrenos a la nuera de Bachelet

“Estoy tranquilo, porque todo fue transparente”, dice el síndico de quiebras Herman Chadwick Larraín, el hombre que le vendió a la nuera de Bachelet, Natalia Compagnon, las 44 hectáreas en Machalí con las que la mujer se forró, metiéndose al bolsillo 2.500 millones de pesos tras venderlas a un empresario de la zona.

Según recoge La Segunda, Chadwick quiere desmarcarse del asunto, sobre todo por el hecho de que se trata de algo que ocurrió hace un año. Su intención, como plantea en entrevista con el vespertino, es dejar establecido que la operación fue transparente y que cumplió su papel: conseguir el mejor precio posible para pagar a los acreedores del empresario frutícola Patricio Wiesner, propietario original de las polémicas tierras que parecen valer oro.

“Tuve solo dos ofertas por escrito. Una oferta de 0,58 (UF el metro cuadrado), sujeta a la condición del cambio del uso del suelo, que incluso Wiesner llegó a aceptar. Caval ofreció 0,5 al principio y por una negociación la subimos a 0,6… fue un negocio muy normal”, explica.

Si este terreno se vendía como agrícola no pasaba de los 30 millones

Chadwick agrega que el mejor precio fue ese. Cuenta que “un tiempo antes, rematé la parte de atrás, que era agrícola, en $23 millones, mucho más barato. Si este terreno se vendía como agrícola no pasaba los $30 millones”.

Precisamente el cambio en el uso del suelo, que aún no se realiza, pero que en perspectiva de futuro es una de las polémicas del caso por el eventual tráfico de influencias y uso de información privilegiada, como apunta la derecha.

El síndico sostiene que el terreno “todavía es agrícola, pero con aptitud urbana. Frente a un Club de Polo, tiene un semáforo…cualquier inmobiliaria proyecta Machalí hacia allá. Además, el convenio judicial que se publicó en el Diario Oficial dice expresamente que había que gestionar un cambio en el plano regulador para obtener mayor valor de los terrenos para pagarse a todos los acreedores. La cuestión es súper transparente”.

Respecto de las suspicacias, responde que ” ¿Cuántas inmobiliarias compran áreas verdes, terrenos sobre la cota mil, etc.? Todo los días hay transacciones así”.

“Si tengo una oferta por escrito a 0,58 (UF) con la condición expresa de que el terreno debe cambiar a urbano y esa condición no se logra, y luego aparece una oferta escrita de Caval, por 0,6 sin esa condición. Obviamente me inclino por esta. Y era absolutamente el valor de mercado”, subraya.

Por otro lado, asegura que él no se lo ofreció a Caval. “Caval llegó a mí. Me pidió una hora el señor Valero y me dijo que estaba interesado y empezó a sondear el terreno en abril del 2013. Firmamos una promesa (de compraventa) en septiembre de 2013”.

En relación con las repercusiones que ha tenido el caso, que implicó la renuncia de Sebastián Dávalos a la dirección sociocultural de La Moneda, toma distancia del asunto.

“Para mí el negocio con Caval terminó el día de la firma de la escritura en enero del año pasado y mi misión con el convenio terminó cuando le repartí el 100% a todos los acreedores y un vuelto a Wiesner de $2 mil millones.

Como es sabido por todos, Natalia Compagnon consiguió a fines de 2013, en pleno periodo de campaña presidencial, un crédito con el Banco de Chile por 6.500 millones de pesos. Se reunió con el dueño del banco, Andrónico Luksic, cita en la que estuvo su marido Sebastián Dávalos.

Este año, Compagnon concretó la venta de los terrenos por 9.500 millones de pesos, lo que le dejó una ganacia de 2.500 millones. En entrevista con El Mercurio, Dávalos negó que él y su mujer hayan ganado plata por la venta, asegurando que primero hay que hacer el ejercicio financiero de la empresa.