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Opinión

18 de Marzo de 2015

Habla un médico que hace abortos en Chile: Las mujeres “no lo hacen por deporte, como dicen por ahí. Es un drama”

Se considera "pro mujer" y atiende una consulta en la Región Metropolitana. Dice que la mujer tiene derecho a decidir y no se le puede abandonar. Ante los médicos que están contra el aborto es claro: "Para opinar estas cosas tienes que haber vivido en lugares difíciles. Los gallos que no han vivido la vida difícil tienen otra opinión. Nunca han sentido frío. Nunca han sentido hambre. Nunca han vivido lo que significa ser expulsado de un hogar, de una pensión, de que falte la plata, de tener que llegar a comer al hospital, de subirse colgando a la micro, tomando dos micros, todas esas cosas”.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
Por

aborto legal

Esta entrevista empieza con una historia como todas o casi todas las historias de aborto en Chile, donde toda interrupción voluntaria del embarazo es ilegal. Empieza con una mujer desesperada, asustada, pero decidida preguntando en chats privados, con la esperanza de encontrar un vendedor o vendedora honesta, que no sea un sapo y que venda Misotrol y no cualquier otra cosa. Se inicia consultando a amigas que han abortado o han ayudado a otras amigas a hacerlo: ¿Cómo compraste? ¿Dónde? ¿A quién? ¿A cuánto? Así llega un mensaje que alumbra un poco la oscuridad de la clandestinidad: “Este loco le hizo un aborto a una amiga hace tres meses. Cuesta 380 lucas. Te pone una inyección en la consulta y seis días después te pone misotrol vaginal y además te da uno sublingual para la casa. Sólo hay que pedir hora, obviamente sin decir pa qué, y llegar y decirle directamente al doctor”.

Puede que este doctor atienda en Santiago centro, en Recoleta, en Providencia, en Las Condes o en Vitacura. Puede que lleve 10, 20 o 30 años ejerciendo la Medicina. Puede incluso que sea hombre o mujer, aunque lo tratemos de “él”. Todo eso es irrelevante para esta historia. Lo que quizás importa es que estudió en un colegio fiscal y fue becado en una de las mejores universidades del país: “Uno es hijo de la educación. Soy un agradecido porque nunca supe lo que era estar pagando. Si tú estudiabas y tenías buena conducta, tenías todo el apoyo del Estado. Y había que sacrificarse, obviamente, si nada es regalado. Pero si tú cumplías con el Estado, el Estado te premiaba 100%. Mano a mano”, cuenta.

Lo dice al hablar de los médicos que, como el rector de la UC Ignacio Sánchez, están en contra de legislar sobre el aborto y abogan por imponer una objeción de conciencia institucional. Porque dice que él es “pro mujer”, que a la mujer no se le puede abandonar y tiene derecho a decidir, y que “para opinar estas cosas tienes que haber vivido en lugares difíciles. Los gallos que no han vivido la vida difícil tienen otra opinión. Nunca han sentido frío. Nunca han sentido hambre. Nunca han vivido lo que significa ser expulsado de un hogar, de una pensión, de que falte la plata, de tener que llegar a comer al hospital, de subirse colgando a la micro, tomando dos micros, todas esas cosas”.

Cuenta que han sido esas experiencias las que lo han llevado a pensar como piensa y hacer lo que hace: “Y conocer la vida de otras personas que están en difícil situación. Haber hecho turno en las noches en las postas más violentas, en el Barros Luco, en la Posta 3, viendo el dolor humano, ver la marginalidad en carne propia. El llanto de la madre ante la muerte de un hijo, no tener dinero para comprar dipirona. Eso lo forma a uno en la vida. Y sabe comprender más a una mujer que otros que lo ven solamente por libros. La vida se vive, entre llantos y lágrimas y sangre. Vi morir mujeres en horas y yo sin poder hacer nada. Un shock séptico irreversible con daño renal, por la prohibición. Son varias las mujeres que he visto morir, en el sur, en las provincias”.

De hecho, curas que trabajan en poblaciones, como José Aldunate no son partidarios de prohibirlo.
Claro, porque conocen la vida. Leer un libro, ver una película, ayuda, sí. Pero vivir la realidad en carne propia es otra cosa. Ver en Urgencias la muerte de un padre desangrado, que sea tramitado, que no hay dinero para muchas cosas. ¿Cómo va a tener su hijo una mujer viuda que no tiene posibilidades de trabajo? ¿Qué posibilidades tiene? ¿Cómo la puedes castigar? No. O sea, la vida no es tan fácil como cree la gente que opina de lejos.

Pero hay muchos doctores que han hablado en contra del aborto, incluso terapéutico. ¿Usted siempre estuvo a favor de la libertad de la mujer?
La mujer es un mundo aparte, y cada mujer tiene sus vivencias, sus problemáticas psicológicas, religiosas, afectivas, material, laboral. Y esos factores influyen las decisiones que toman. La mujer en esta situación se siente sola, sin apoyo, tanto económico, social, familiar. Muchas veces criticada. Pero uno se encuentra no solamente ante un factor, son cientos de factores que a la mujer le hacen pensar antes de continuar un embarazo. No sólo problemas médicamente duros, como el riesgo de muerte de la mujer, que se pueden agravar algunas enfermedades, violaciones, fetos incompatibles con la vida, eso es médico puro. Pero hay otras situaciones también.

¿Por qué causales llegan las mujeres a consultar por un aborto?
Está bien dividido. Un tercio por violación, fracaso del tratamiento anticonceptivo, falta de apoyo psicológico y desconocimiento de su cuerpo, falta de estudios, de preparación en la sexualidad humana, en la formación de los colegios. Y mucha gente joven. Y un grupo de mujeres también que por razones laborales, afectivas, de pareja, conllevan a ello. Son problemas serios, no es que ellas deseen esto. Sino que les conllevan una serie de problemáticas difícil de solucionar en su vida. Sobre todo laboralmente, una mujer embarazada es otro tema. La mujer cuando llega con un certificado médico de embarazo, el medio laboral la castiga, la posterga, la humilla.

Si yo vengo acá y le digo que estoy decidida y necesito un procedimiento. ¿Cuáles son los pasos a seguir?
En primer lugar la mujer tiene que estar muy segura, muy concientizada. Y si uno ve que no te va a traer secuelas, que no tiene efectos secundarios, es probable que se pueda llegar a una conversación y a una solución. Porque si una mujer decide esto es por algo. No es un deporte. Muchas veces falla el dispositivo, yo lo he visto acá. Incluso la ligadura de las trompas. Falla el condón, las pastillas se olvidan y también tienen un porcentaje de fracaso aunque se las tome bien. Y están ciudándose, no son mujeres irresponsables,  no quiere tener guagua por el trabajo o porque son separadas o por cualquier cosa. Yo he visto dispositivos bien ubicados y tienen 7-8 semanas de embarazo.

¿Qué mecanismos se usan para terminar un embarazo?
Se puede hacer tratamiento médico, es generalmente el que más se usa. Se pueden usar drogas como la Prostaglandina E1 y la Prostaglandina F2 Alfa, y también RU 486, que son las drogas que se usan en Estados Unidos y Europa. Trabajo científico hecho en Estados Unidos, aprobados por la FDA (Food and Drug Administration). Y que tiene un éxito del 95% dependiendo del tiempo. Por ejemplo, una gestación de 45 días, un 100% de éxito. Una gestación hasta 63 días, un 95% de éxito con el tratamiento médico, incluso domiciliario. Depende del esquema y de la persona, pero la gran mayoría depende del tiempo. Hay un 5% que puede quedar con restos y se le repite la dosis, sin llegar al legrado, porque a mucha gente no le gusta el legrado. Cuando pasa las 12 semanas hay un mayor sangramiento, hay que controlarla más de cerca. Y la ecografía después del procedimiento es básica, para evaluar la gran complicación que son los restos.

Hay mujeres que al hacerlo de forma clandestina sufren dolores terribles y otras no tanto ¿de qué depende eso?
Siempre depende. Si uno va con un procedimiento se le dan remedios antes, durante y después, no cuando apareció el dolor. La norma norteamericana habla de los antinflamatorios que son varios. Y durante puede ser dos o tres veces en el día. Y hay mujeres que tienen el umbral del dolor muy alto y no tienen grandes problemas, sienten el dolor de una regla fuerte.

¿Llegan muy asustadas?
Sí, todas. Drama. No lo hacen por deporte como dicen por ahí. Es un drama, causado por muchos factores. La pobreza motiva también a esto, hogares destruidos, los vicios. Mujeres jóvenes que son el resultado de una sociedad que no funciona bien. Y la mujer no tiene ninguna culpa de haber nacido en un hogar destruido, sin base, sin un objetivo claro en su vida. Que tiene que trabajar joven venga lo que venga, educación reguleque no más. La formación educativa, el hogar, si es que hay hogar.

El aborto terapéutico era legal hasta 1989 y ahora en 2015 estamos tratando de volver a eso, ¿cree que se ha avanzado en todo este tiempo?
¿En cuanto a solucionar problemas? Poco. Aquí el aborto, desde el punto de vista médico, antiguamente habían muchas razones para interrumpir el embarazo. Por ejemplo, ¿cuándo se llamaba aborto inevitable? Tres condiciones. Huevo roto, huevo infectado y huevo muerto. Pero, ¿si tenía latidos y estaba vivo? Igual se procedía. Si llegaba un huevo roto y con latidos, según la ley eso es un feto vivo, o sea, no se podría actuar. Desde el punto de vista médico, debe actuarse. Aunque tenga, una, dos, tres, cinco o menos de 20 o 21 semanas, se interrumpe el embarazo.

¿Por qué?
Porque está en riesgo a futuro, porque eso se infecta. Si se rompe la membrana, que es la que protege, a las horas ya empiezan a incubarse infecciones. Y si uno lo deja, va a terminar en aborto sí o sí. Pero se puede infectar. Por lo tanto hay que ayudarla a expulsar luego el embrión o el feto. Es un aborto inevitable que nos enseñaron en la escuela que había que interrumpirlo sí o sí. Porque hablan del aborto cuando se arriesgue la vida de la madre. No, no lleguemos a eso.

En el caso de la decisión de la mujer, donde no hay causales médicas, ¿cree que debe haber un límite?
Hablamos de 23 semanas, que pese menos de 500 gramos, que mida menos de 20-25 centímetros.

¿Por qué esos límites?
Porque después de las 23 semanas ya puede sobrevivir fuera del útero, salvo que tenga malformaciones incompatibles con la vida. Después de las 23 semanas en un embarazo normal, si tú haces una inducción, puede sobrevivir. Es diferente de cuando es incompatible con la vida, ahí en cualquier momento es solucionable. Y si no se ha hecho el diagnóstico previo y llegan las 22, 26 semanas, se hace.

¿Por cree que hay tantos doctores que han hablado contra este proyecto de ley?
No todos son iguales. Nosotros estamos hablando de la mujer y su problemática. Ante una situación así, las mujeres son todas iguales. Yo he visto doctores que dicen “yo no estoy de acuerdo con aborto de ningún tipo, pero mi hija tiene este problema”, o sea, el doble estándar. Son religiosos, pero cuando les llega el momento muy cercano, giran completamente. Es un doble estándar. Nosotros no mirábamos esas cosas. Yo creo que el médico tiene que mirar a la mujer con su integridad. La mujer nació para ser feliz, y con la persona que corresponda y el momento en que ella quiera y en circunstancias que ella quiera. Obvio. Si no la pueden obligar a que tienes que tenerlo. Es como que te obligaran que tienes que casarte con este tipo porque es rico y tiene plata, no. La mujer necesita ser feliz.

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