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Cultura

20 de Marzo de 2015

Condenan al anciano electricista que tenía 271 obras de Picasso escondidas en su garage

A 2 años de pena remitida por receptación condenaron en Francia a Pierre Le Guennec y a su esposa, quienes aseguran que el maestro les regaló las obras cuando el hombre trabajaba en su casa. Sin embargo, la familia del pintor reclamó que fueron robadas acusando además que atentaron "contra la humanidad" al privar de ellas al mundo durante 37 años.

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La Justicia francesa condenó a dos años de cárcel, exentos de cumplimiento, al que fuera electricista de Picasso, Pierre Le Guennec, y a su esposa Danielle, que durante 37 años conservaron en secreto 271 obras del maestro.

Los jueces, que consideraron probado el delito de receptación -beneficiarse de bienes robados a sabiendas de su origen ilícito- condenaron también a la pareja Le Guennec a la restitución de las obras, una cuestión que es objeto en paralelo de un procedimiento civil, explicaron a Efe los abogados de las partes.

La pena es inferior a la solicitada el pasado 12 de febrero durante el juicio por la Fiscalía, que había reclamado cinco años de cárcel, también exentos de cumplimiento, para los dos septuagenarios.

Las obras del artista que tuvieron en su garaje el electricista de Picasso y su mujer durante tres décadas largas hasta que intentaron conseguir un certificado de autenticidad en 2010 habían quedado con motivo de este proceso requisadas por la justicia. En virtud de la sentencia, debería ser Claude Ruiz Picasso, hijo del pintor, quien las recuperare.

El abogado de los Le Guennec Charles-Etienne Gudin consideró, por su parte, que “en el actual estado de la relación de fuerzas”, y en particular ante la utilización de “un ejército de expertos en arte” que estaban del lado de los Picasso, “no podía haber absolución”.

El representante de la defensa insistió en que no tienen “intención de ceder”, aunque no quiso confirmar el recurso -que suspendería la restitución de las obras a la familia del pintor- antes de estudiarlo en profundidad con sus clientes, que ya tienen una edad avanzada.

En el juicio, este abogado había tratado de convencer a los jueces de la ausencia de pruebas del origen fraudulento de las obras.

De hecho, el antiguo empleado del artista y su esposa afirmaron en la vista que la propia Jacqueline -última esposa del pintor (1927-1986)- regaló un día de parte de Picasso a su electricista una caja, que conservaron durante cuatro décadas en el garaje de su casa, convencidos de que dentro había sólo un conjunto de papeles sin gran valor artístico.

Lo cierto es que había dibujos, litografías, bocetos y algunos collages raros de gran valor, creados entre 1900 1932 y sin firmar, valorados actualmente en más 68,3 millones de dólares, por lo que los acusadores aseguraron que los ancianos cometieron un “crimen contra la humanidad” al privar al mundo de las obras.

Pierre y Danielle Le Guennec, para organizar la herencia de sus hijos, pidieron en 2010 autentificar las obras al único organismo habilitado para hacerlo, Picasso Administration -gestora de los derechos de autor- y fue entonces cuando la familia de Picasso presentó una denuncia contra ellos.

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