La declaración que vincula a Novoa con la solicitud de boletas para Soquimich

Por meses, la única trinchera en que se defendió la UDI en 2014, cuando aún no estallaba el Caso Caval ni se conocían los vínculos de la Nueva Mayoría con Soquimich, era que la investigación sobre las platas políticas negras de Penta eran un problema radicado en algunos parlamentarios y en ningún caso involucraban al partido como institución.

La versión, poco a poco, se fue desmoronando hasta que ayer la exjefa de prensa del partido, Lily Zúñiga, zanjó ante el fiscal Emiliano Arias el destino de la colectividad: en su declaración como imputada admitió que emitió dos boletas en octubre y noviembre de 2012 para Soquimich -solicitada la primera a través de la secretaria Marisol Cavieres para Jovino Novoa- por servicios que nunca prestó y cuyos recursos fueron a parar a la cuenta corriente de la colectividad.

El testimonio de Zúñiga, al que tuvo acceso The Clinic Online, se enmarca en la colaboración efectiva con el Ministerio Público, y es lapidario respecto de cómo operaba la máquina recaudadora gremialista, tienda que hoy, de hecho, está con problemas de caja tras el fin de los recursos irregulares.

El rol de Jovino

La periodista Lily Zúñiga ha estado vinculada al gremialismo desde 2005 primero como jefa de prensa de Zalaquett, posteriormente en el mismo rol en la campaña senatorial de Longueira, luego en la UDI y en 2013 en las presidenciales, primero con el exministro de Economía y posteriormente con Evelyn Mattehi.

Su testimonio no vincula ni a Longueira ni a Matthei en anomalías. Sí a Jovino.

“En octubre de 2012, Marisol Cavieres con quien yo era muy cercana me llama a su oficina a pedirme un favor. Me pregunta si yo podía prestarle una boleta a lo que dije que sí y le pregunté para qué. Ella me dice que es para Jovino Novoa y que él la necesitaba. Yo entendí que era para financiar campañas municipales por la fecha, pero no pregunté”, asegura.

Zúñiga afirma en su testimonio que “los datos para confeccionar la boleta me lo dio Marisol en un papelito de taco. Con esos datos yo hice la boleta por un monto de $3.888.889 y se la mandé a la dirección de correo de ella (…) Le pregunté cómo sería el tema del pago de la plata, pero me respondió que de eso se preocupaba ella y yo me despreocupé y nunca recibí el dinero”.

Dice que en noviembre de 2012 Cavieres vuelve a solicitar boletas “y yo no le pregunté más ni para qué ni quién era. Ella me entrega otro monto de tres millones y el monto de boleta. Ella me señalaba el monto la glosa y los datos de la empresa. De acuerdo a la glosa eran asesorías comunicacionales”.

Acota que asumió que era para Novoa porque “cuando Marisol Cavieres me solicitó una boleta supuestamente para Jovino Novoa yo le creí, porque ella fue desde el año 2007 en adelante secretaria de Jovino Novoa. Era la encargada de todas sus cosas y además Jovino Novoa tiene un control total de lo que ocurre en la UDI desde lo más básico hasta lo más complejo. Se decía que era uno de los que reclutaba financistas”.

El talonario en la oficina

Que a Zúñiga no le llamara la atención el que se le solicitaran documentos por servicios no prestados obedece, según ella misma explica en su testimonio, a la forma en que operaba la tienda: “Cuando llegué a la UDI en 2006, pude ver que había un talonario de Claudia Vera (encargada de prensa) en su oficina. Frente a eso le pregunté por qué estaba ahí porque era un lugar inseguro y ella me señaló que era habitual que se pidieran boletas por parte de algún político en el partido y que de seguro en algún momento me pedirían, por lo que era mejor tenerlos en la oficina que no tenerlos. Entendí que era algo beneficioso”.

Vera no era la única que prestaba sus boletas a la UDI. “Otras personas que también tenían talonarios eran Rosa María, secretaria de la UDI. Recuerdo haber hablado con ella y haber visto sus talonarios en la recepción. Entiendo que había dado y los talonarios en ese lugar para dar boletas cuando se le pidiera. Muchas personas más daban boletas. Los chicos de la juventud, Víctor Krefft, y Gustavo, estafeta de la UDI”.

Cavieres, a quien menciona Zúñiga como la persona que solicitaba los documentos, está siendo indagada por la Fiscalía porque emitió cinco boletas por 24 millones 555 mil 553 pesos desde 2009 a 2012, mientras que su esposo José Hormazábal López, emitió cuatro boletas dirigidas a SQM por 19 millones 222 mil 221 pesos el año 2012. Dos hijos de la pareja, José Hormazábal Cavieres y Matías Hormazábal Cavieres aparecen con 7 y 1 boletas respectivamente.

Víctor Krefft Marín está en la denuncia del SII como emisor de boletas para SQM por servicios no prestados. Y “Gustavo” es Carlos Gustavo Sepúlveda Espinoza, junior del partido, quien está siendo indagado por un total de 87 millones 277 mil 769 pesos.

Zúñiga relata que en la etapa en que estuvo en la UDI, entre 2006 y 2013, hubo diferentes directivas que trabajaron con Caviedes: “Cuando llegue en el año 2006, ella era secretaria de la presidencia, cuando era presidente Hernán Larrain y secretario Darío Paya, luego llega Juan Antonio Coloma a la presidencia del partido el año 2008 y allí ella, en razón de que él traía su secretaria, asume el tema administrativo de las platas. Luego en el año 2012, en junio, asume como presidente Patricio Melero y secretario José Antonio Kast.

“El asunto del financiamiento u obtención de dinero por medio de boletas por servicios no prestados, no era exclusivo para época de elecciones, sino que se mantenía todo el año (…) no creo que alguno de los presidentes de la UDI que me mencionado hayan desconocido esta forma de obtención de dinero, pues ellos mantenían una estrecha relación”.

Control de daños

Desde que estalló el caso Penta, en la UDI se ha intentado hacer un control de daños para evitar que el tema siga escalando.

Aún así, recalcan fuentes de la tienda, la arista SQM abrió un frente insospechado para la colectividad y en el partido sostienen que más allá de que se consiga, como es la estrategia, que Cavieres y otros funcionarios guarden silencio es claro que la Fiscalía puede configurar cómo se usaron boletas ideológicamente falsas para allegar fondos a la UDI.

Con todo, en el gremialismo aseguran que cualquier delito de financiamiento del partido ya está prescrito y que la Fiscalía tendría que buscar otra figura para buscar responsabilidades.