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Mundo

28 de Abril de 2015

La historia de los ocho fusilados en Indonesia por tráfico de drogas

Las ejecuciones se llevaron a cabo en la prisión de Besi, en la isla de Nusakambangan, en la mañana de este martes. Antes, a varios familiares se les permitió ver a los reos por última vez.

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Ejecución Filipinas EFE

Entre los ejecutados se encuentran ciudadanos de Australia, Brasil, Nigeria e Indonesia.

Las ejecuciones se llevaron a cabo en la prisión de Besi, en la isla de Nusakambangan, en la mañana del martes.

Antes, a varios familiares se les permitió ver a los reos por última vez.

Indonesia tiene una de las legislaciones antidroga más duras del mundo. En 2013 finalizó una moratoria de cuatro años a las ejecuciones.

Salvada en el último minuto

Australia había solicitado que se aplazaran las ejecuciones, alegando supuestos fallos en el proceso.

Tampoco sirvió que manifestantes indonesios salieran a las calles de Jakarta y realizaran una campaña para presionar al gobierno.

Una mujer filipina, Mary Jane Fiesta Veloso, también iba a ser fusilada pero en el último minuto se le concedió el perdón.

Para salvar su vida intercedió el presidente filipino, según le dijo un portavoz de la oficina del fiscal general a la BBC.

La solicitud se produjo después de que un individuo que supuestamente la engañó para que portara heroina a Indonesia se entregara a las autoridades de Filipinas, según el portavoz.

Un francés, condenado por narcotráfico, Serge Areski Atlaoui, también ha sido sentenciado a morir pero aún debe ser resuelto un recurso de apelación que presentó.

Ejecutado tras 10 años en el corredor de la muerte

El brasileño Rodrigo Gularte, de 42 años, había sido condenado a muerte en 2005 y desde entonces su familia había estado en una carrera contra reloj para revertir su condena.

Pero hasta el último momento, el brasileño aseguraba que las aseveraciones de que iba a ser ajusticiado eran mentiras.

En los meses previos a su ejecución, desconfiaba de lo que leía y de lo que le decían parientes y conocidos, y aseguraba que su pena no sería cumplida.

Son indicios, según sus familiares, del perfil psicológico que de alguna manera lo caracterizó desde sus años de adolescencia.

El año pasado, el brasileño fue diagnosticado con esquizofrenia paranoica, pero su madre dijo a la BBC que desde muy joven mostró tendencias a la depresión.

Gularte fue detenido en el aeropuerto de Yakarta en 2004 junto con otros dos hombres.

Sus familiares dicen que se echó toda la culpa de las drogas escondidas dentro de las tablas de surf que llevaba, lo que permitió que los otros dos quedaran en libertad.

Su viaje a Indonesia en julio de 2004 “fue una trageria”, dice su madre.

Muxfeldt dice que su primo “no estaba plenamente consciente de lo que estaba haciendo”.

“Creemos que fue acosado por los traficantes internacionales debido a su estado mental”, asegura.

“Este viaje fue su error más grande”, añade.

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