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Cultura

8 de Mayo de 2015

El manifiesto de Marina Abramovic, una de las artistas performáticas más relevantes del último tiempo

Marina Abramovic, artista yugoslava, es una de las artistas que revolucionó el arte del performance en el siglo XX. Con brutales intervenciones como cuando quedó inconsciente al "meterse" en una estrella en llamas en rebeldía con el régimen totalitario de la ex Yugoslavia, Abramovic es, probablemente, el primer apellido en el arte performático del siglo pasado.

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marina abramovic LIBRE DE DERECHOS Manfred Werner  Tsui
Foto de Manfred Werner / Tsui, bajo la licencia libre CC BY-SA 3.0

En una conferencia entregada en la I Bienal de Performance celebrada en Buenos Aires, la artista entregó, casi como en una lista, los principios por los que se debe regir un artista, según publica la revista Ñ del país vecino.

Abramovic, enumeró ciertas aseveraciones como “la relación del artista con su vida amorosa: Un artista debe evitar enamorarse de otro artista. Un artista debe evitar enamorarse de otro artista. Un artista debe evitar enamorarse de otro artista”, repitió.

En cuanto a la relación del artista con el sufrimiento, Abramovic destacó que “un artista debe sufrir. Del sufrimiento surge el mejor trabajo. El sufrimiento trae transformación. A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu. A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu. A través del sufrimiento el artista trasciende su espíritu”, afirmó, ante la expectación de los asistentes.

La lista terminaba con “Diferentes escenarios para un funeral: Un artista debe dejar instrucciones antes de su funeral para que todo se haga según su voluntad. El funeral es la última obra de un artista antes de su partida. El funeral es la última obra de un artista antes de su partida. El funeral es la última obra de un artista antes de su partida”, culminó.

Según reseña la revista Ñ, Abramovic también abordó su trabajo Ritmo 75, cuando se metió en medio del fuego de una estrella prendida, tras lanzar sus uñas y su pelo. “Bueno, estamos hablando de la ex Yugoslavia, un régimen totalitario. De alguna manera me tenía que rebelar. Lo que hice fue una especie de sacrificio para empezar a sentirme libre”, recordó.

Cabe destacar que Abramovic, es protagonista de una performance que se difundió ampliamente por las redes sociales. Se trata de “La artista está presente”, inaugurada el 14 de marzo de 2010 en el MoMa de Nueva York. Abramovic se sentó en una silla con una mesa y otra silla enfrente: la invitación era a que el público se detuviera a mirarla a los ojos. La performance duró 716 horas y media, en las que estuvo sentada en el lugar.

Pero el momento que se difundió ampliamente fue cuando Ulay, el artista Uwe Laysiepen, con quien trabajó durante años y mantuvo una relación amorosa, se hizo presente en la instalación, desatando un emocionante momento que quedó registrado en una película sobre la instalación.

Con Ulay, Abramovic, tuvo una intensa relación humana y artística, generando diversos proyectos juntos. Uno de los más espectaculares y que selló su separación en 1988, fue cuando ambos caminaron por la Gran Muralla China, comenzando en los extremos opuestos, hasta encontrarse en el centro. Así, sellaban el fin de su relación. 23 años después, Olay aparecía en el MoMa.

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