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Poder

13 de Mayo de 2015

José Joaquín Brunner desmenuza segunda etapa de Gobierno tras cambio de ministros

El académico aclara que sabremos que estamos en una segunda etapa cuando se sienta “una decidida expresión de la voluntad presidencial. Un encuadre por parte de la Presidenta de su visión para lo que resta de su gobierno expresado en una agenda, metas y medios. Una manifestación de su voluntad de actuar articulando ideas e intereses antes que confrontándose con quienes no aplauden”. Este punto y el empoderamiento de los ministros clave, además del resto del gabinete, generará “superar la crisis de conducción de los últimos meses”.

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Este lunes la Presidenta Michelle Bachelet concretó el cambio de Gabinete que anunció el miércoles pasado a través de una entrevista con Mario Kreutzberger en Canal 13.

La renovación del comité político del Gobierno, hablan de fuertes cambios… de una segunda etapa. El académico José Joaquín Brunner, en una columna de opinión en el diario La Tercera, manifiesta que “el cambio de gabinete, se dice, inaugura una segunda etapa: moderada, se agrega, más hacia el centro. ¿Por qué sería así? Porque los ministros entrantes -especialmente los llamados a dirigir las carteras del Interior y de Hacienda- serían personas alejadas de los extremos, de talante tranquilo. Es decir, personas que se toman las cosas con tiempo, sin nerviosismos ni agobios. Habría una nueva oportunidad para acercar posiciones, articular intereses y lograr acuerdos.
¿Este es un buen análisis? No. No lo es”.

El investigador estima que “ni la política, como campo de fuerzas, ni las políticas públicas como intervenciones del Estado en la economía y la sociedad dependen del talante de las autoridades; ni siquiera de sus talentos únicamente”. Aclara que “no digo que sean ajenas a las intenciones, la psicología y el juego de personalidades… básicamente son de otra naturaleza”.

El intelectual explica que la política tiene relación con la voluntad de poder, con “los proyectos ideológicos, redes, equipos y liderazgo”. Aquí llegamos a un punto clave para Brunner, ya que según dice, sabremos que estamos en una segunda etapa cuando se sienta “una decidida expresión de la voluntad presidencial. Un encuadre por parte de la Presidenta de su visión para lo que resta de su gobierno expresado en una agenda, metas y medios. Una manifestación de su voluntad de actuar articulando ideas e intereses antes que confrontándose con quienes no aplauden”.

Este punto y el empoderamiento de los ministros claves, además del resto del gabinete claro, generará “superar la crisis de conducción de los últimos meses”, argumenta.

El asunto no se cierra sólo con eso, ya que para el consultor, las colectividades que forman la Nueva Mayoría también juegan un rol fundamental en esta etapa, puesto que “deben reclamar la rectificación y apoyarla. Deben dar respaldo al nuevo equipo y asegurar la gobernanza. Algunas señales iniciales son desalentadoras: de regreso a las querellas personales, los excesos retóricos, el comentario sibilino. Por esa vía los partidos estarían condenándose a permanecer en la irrelevancia y a alimentar la distancia de la opinión pública respecto de la política y el gobierno”.

Por eso es fundamental para Brunner que los partidos recuperen la capacidad de analizar y “den muestras de entender la crisis”. Advierte que “no pueden entregarse solamente a una racionalidad expresiva, a un juego de emociones, al espectáculo y la impotencia, reducidos a comentar los sucesos y a ser un eco de la opinión pública que ellos deberían orientar. Sobre todo, deben resolver sus cuitas internas, terminar con los comportamientos erráticos y dejar de transmitir una suerte de desconfianza en sus propias capacidades que les impide actuar con decisión”.

Para el intelectual, de no reunir todos estos requisitos, el gobierno de la Presidenta Bachelet “continuará dando vueltas sobre sí mismo y el nuevo equipo de ministros seguirá la suerte del anterior. La segunda etapa no pasaría entonces más allá de un wishful thinging, como llaman los ingleses al pensamiento ilusorio, sin base en un análisis racional”.

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