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Mundo

14 de Mayo de 2015

Sigrid Bazán, la “Camila Vallejo” de Perú: Se crean universidades “como si fuera un restaurante”

A días de visitar Chile para participar en un taller sobre comunidades en conflicto por proyectos que amenazan el medioambiente, la ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica del Perú evita la comparación con la ahora diputada por La Florida y dice que los conflictos educacionales se comparten con los países de la región, aunque en el caso de Perú no son iguales. Además, destaca el proyecto de la Nueva Mayoría y señala que la relación Iglesia-Estado es mucho más cercana en su país. "Se acaba de inaugurar una capilla en nuestro Ministerio Público", dice.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Sigrid Bazán facebook

Fue dirigente estudiantil, es militante del PS peruano -que es más parecido al PC que al PS chileno-, defiende a las comunidades en conflicto ambientales, lideró movilizaciones por diversos demandas sociales en su país, conduce un programa de radio y es una de las posibles cartas de su partido para las próximas elecciones.

La ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica del Perú, Sigrid Bazán, aunque le haga el quite, tiene más puntos en común que diferencias con Camila Vallejo. Ad portas de una visita fugaz a Chile a participar en un taller sobre conflictos ambientales con comunidades campesinas e indígenas y a reunirse con movimientos chilenos como la JJCC y Revolución Democrática, la cientista política de 24 años dice que después de cuatro años como dirigente estudiantil está buscando un lugar para su militancia en el socialismo peruano.

Aunque dice no molestarle la comparación, si se apura en señalar que le parece bastante injusta. Dice que intentará juntarse este domingo con la diputada por La Florida y que aprovechará la instancia para visibilizar el conflicto ambiental que viven en la provincia de Islay, en la región Arequipa, donde Ollanta Humala reforzó la presencia policial ante los enfrentamientos en manifestaciones en contra del proyecto minero Tía María.

En Perú también hay un conflicto en educación, similar al del movimiento estudiantil chileno, como la regulación de la Educación Superior y el lucro, que está permitido desde los años 90.

Digamos que la problemática puede ser similar en varios países y Perú y Chile seguramente tienen eso en común. Pero, de nuevo, a lo que me refería con la diferencia con Camila (Vallejo) es que yo no creo que acá hayamos dado el gran salto de hablar de un terrible sistema educativo, permitimos el lucro y tenemos decretos legislativos que permiten que se creen universidades como empresas, con miles de sedes como si fuera un restaurante. Toda esa lucha de decir algo malo está en la educación, que tiene que ver con el tema de cambiar la Constitución, con derogar decretos, con que la economía tenga a la educación como pilar o como parte importante, etcétera, ese salto nunca se dio. Acá siempre fue ver la problemática específica de cada universidad y recién hace más o menos año y medio se reforma la ley universitaria, pero esa es una reforma que tampoco se da a punta de movilizaciones.

¿Es una reforma que proviene de la política?

Es a punta de negociación y, es en esa negociación que igual se dejaron de lado puntos de fondo, como es el lucro. O sea, se reformó la ley universitaria pero no se quitó el lucro. No se quitaron decretos que permiten que las universidades se abran casi una al día. Entonces, sigo sintiendo que la problemática es muy similar quizás, pero no se dio ese salto propositivo, de movilización muy fuerte que sí se dio de repente para otros temas, pero muy específicos y que no se articularon.

¿Crees que esa es la gran diferencia con el caso chileno, de no tener una movilización constante que critique el sistema educacional?

Es que creo que, algo que quizás tiene que ver con la historia de cada país, hay una especie de picos. La movilización social aquí es muy efervescente, se acumula una serie de cosas y en un momento determinado eso explota porque no hay más cosas que quepan en la botella, en el vaso que se derrama. Pero una vez que eso pasa, no es que esa movilización sea constante, tenga una agenda muy grande, que sí la tendrán los partidos, de repente los sindicatos. Pero el tema es que en cada movilización nueva que hay está un sector independiente, muy joven, que no pertenece a partidos políticos, que se está movilizando pero que se moviliza a veces de forma muy espontánea y muy inmediata. Ahorita nuestro trabajo es canalizar eso porque hay muchas cosas que hacen que, como digo, se derramen los vasos muy seguido. Pero falta mucho trabajo por hacer. Falta articular este movimiento, ampliarlo para que sea más grande. Ahora que tenemos ese conflicto social bastante fuerte en sur (Arequipa) y hace poco hemos tenido movilizaciones por un tema en la gestión en Lima y en otras regiones contra una ley laboral juvenil. Entonces, hemos tenido movilización tras movilización pero sin encontrar ese nexo común, que yo creo que los partidos podrían ayudar. Porque yo soy una persona pro partido, cosa que no es muy común, y bueno, ahí puede estar la diferencia. Como te digo, no es que por ahí tengamos sistemas distintos o problemáticas distintas, pero la movilización social se compone distinto y tiene otros actores.

Tú eras representante de la Universidad Católica de Perú y estuviste movilizada por un cambio de estatutos que le daba más facultades al cardenal Juan Luis Cipriani. Acá, por ejemplo, el Arzobispo de Santiago es el Gran Canciller de la Universidad Católica de Chile, y ha sido muy controvertido.

Lo que pasa es que aquí, en Lima, es distinto, porque hasta donde tengo entendido, ustedes allá (en Chile) los bienes de las universidades católicas son eclesiásticos, le pertenecen a la Iglesia. Acá no. Acá la Universidad Católica hereda sus bienes, su infraestructura, el terreno, de un laico que era muy cercano a una congregación pero no era sacerdote y que decide donar estos terrenos a la comunidad universitaria bajo ciertas condiciones. Pero ahora hay al menos unos cuatro juicios que están deliberando si son bienes eclesiásticos o no. Evidentemente nosotros creemos que no y para eso, la persona que hereda los bienes tiene varios testamentos y es un enredo de intepretación. Pero básicamente en nuestros estatutos sí hay un vínculo con la Iglesia Católica, hay representantes en la comunidad universitaria, pero el cardenal o la Iglesia no son dueños del campus. Y además, por un concordato que Perú firmó con el Vaticano y la Constitución misma, la autonomía de la universidad se basa de acuerdo a cómo la asamblea universitaria delibera.

¿La asamblea universitaria es la que decide?

Claro, temas de cátedra y de todo. El Consejo Universitario ve los temas de infraestructura, económicos y lo que haya que ver. Y lo bueno es que esa asamblea tiene representantes estudiantiles. Como tiene representantes de la Iglesia, pero ni un estudiante ni un cura es dueño de toda la universidad o puede tomar decisiones solo. No hay ahí ningún voto dirimente. Todo se decide en asamblea.

Te lo mencionaba porque en el último tiempo han surgido conflictos al interior de la UC, justamente por el actuar del Gran Canciller, que en este caso es el cardenal Ricardo Ezzati. Entonces, la influencia de la Iglesia sobre la universidad ha estado en entredicho en los últimos meses.

Claro. El tema acá es que la Iglesia también está ligada a un tema político muy fuerte. El cardenal Cipriani es muy cercano a partidos políticos en específico, se juega todo en las campañas electorales. Actualmente, te insisto con el tema, hay un conflicto en el sur, van ocho personas muertas y el cardenal sale a decir en su homilía del domingo que no hay que dialogar, que el diálogo es perder autoridad, que el Estado tiene que imponer autoridad. Entonces, básicamente lo que está haciendo, al menos lo que yo interpreto, es llamar a la violencia, que es lo que está dándose. Eso hace mucho daño y más allá que en la iglesia hayan corrientes y personas muy respetables y que le hacen muy bien, incluso a temas políticos, el abusar de la autoridad eclesiástica siempre ha sido un problema y hasta donde yo tengo entendido eso lo ha llevado a tener algunos conflictos en el mismo Vaticano. Es por eso que la PUCP continuaba con estos juicios, el cardenal quiso quitarle el título honorífico de Pontificia y casi lo logra, pero cuando entra el nuevo Papa, Francisco, las aguas se calman y queda todo en fojas cero. Lo complicado es el conflicto político-económico y la influencia del Opus Dei, al que pertenece el señor Cipriani, ha sido muy problemático y han tratado otras veces de sacar profesores por ser divorciados, gays y creo que eso le hace mucho daño a cualquier universidad cuyo propósito es generar conocimiento. No se puede generar conocimiento si se tienen dogmas. Yo no tengo problemas con que se llame Católica, pero no puedes producir conocimiento solo en base al catolicismo.

Eso ha revivido el debate también en Chile, junto con la reforma que impulsa el Gobierno. Justamente se discute la pertenencia de que instituciones así puedan recibir recursos del Estado si se oponen, por ejemplo, a proyectos de ley que como el de despenalización del aborto en tres causales.

Bueno, el mismo debate lo tenemos acá. Lo que pasa es que la universidad tiene representantes de la iglesia en la asamblea, pero estos nunca van. Nuestra pregunta siempre ha sido que si tienen quejas por cómo se maneja o creen que se está secularizando o creen que les falta celebrar más misas, qué se yo, bueno, asistan a las asambleas, den la propuesta y en conjunto con el debate quizás se aprueben esas cosas. Pero nunca asisten. Desde que salí de la universidad, cuando estuve y antes, menos. Entonces, la cosa es que ahí no hay una autoridad de la iglesia que desde la PUCP llame a posicionarse a favor o en contra. El rector actual, que ya tiene dos gestiones atrás, es un abogado bastante serio e independientemente que nos hayamos enfrentado y se sigan enfrentando dirigentes estudiantiles con él, no es una persona que salga a decir si está a favor o en contra con el aborto mediáticamente. La UC de acá ahorita no está jugando un papel en ese debate, pero de que es un debate fuertísimo lo es. Nosotros tenemos aborto terapéutico y ahora estamos en discusión solamente por el aborto por violación, que es un debate que no se ha pasado dos veces por la comisión de Justicia del Congreso. Hay congresistas que… mira, se acaba de inaugurar una capilla en nuestro Ministerio Público. Es terrible, ya te imaginarás como es el debate sobre este tema y otros.

¿Qué te parece el proceso de reformas, con la educacional como punta de lanza, que impulsa este Gobierno y lidera Michelle Bachelet y el Partido Socialista; y el actual momento que vive?

Hay una diferencia, primero, entre el PS chileno y el peruano. El de allá es de una corriente cercana al Apra y nosotros somos de una muy contraria. Yo tengo algunos amigos ahí en el PS chileno, pero son cosas distintas y tenemos muchas diferencias. Dicho eso, el tema con lo del gabinete y las promesas y lo que está sucediendo allá, evidentemente mi opinión siempre va a tener que ver con lo que yo veo desde aquí. Acá las leyes son distintas, el sistema político es un tanto distinto. Cambios de gabinete hay como cambios de ropa interior, lo digo honestamente. Hemos tenido seis gabinetes mínimo en este gobierno y las seis se ha cambiado al Jefe del Consejo de ministros. Entonces acá han habido muchos cambios, pero finalmente siempre hay un continuismo, continuismo malo que se traspasa de gabinete en gabinete. No tengo todas las variables, pero sí me da la impresión de que ha habido mucha decepción en torno a lo que se esperaba con Bachelet en campaña y lo que se está dando ahora con Bachelet como presidenta. Eso no quita que sea importante, que se haya hecho un esfuerzo distinto con la Nueva Mayoría.

¿Qué es lo que valoras de eso?

Considero valiosa la unidad. No unidad por unidad, pero acá como izquierda se nos hace tan difícil unirnos bajo un proyecto concreto, un programa consensuado y electoralmente que se haya logrado allá es un hecho importante. Que se haya incluido al PC y otras fuerzas con las cuales nosotros nos sentimos muy cercanas. Pero es evidente que hay mucha crítica. Sí me parece que es muy positiva que esa crítica esté en el mismo grupo de gobierno. Es decir, acá si hay alianzas o alguna confluencia en torno al gobierno de turno, no hay críticas. La cosa está bien si es mi partido el que las está haciendo. No es un ‘oye, la cosa se puede hacer mejor’. Entonces, no sé qué ministros han entrado a qué carteras aún en el caso de ustedes, pero por lo que voy viendo creo que se puede dar la pelea internamente desde la Nueva Mayoría, con todas las críticas que entre ellas puedan hacerse. Acá es elegir entre lo malito y lo peorcito. Yo creo que allá había una buena opción programática, habían buenos puntos que todavía pueden explotarse. Otros que se han dado quizás no de la forma en que se esperaba y habrá que continuarlas, pero sí me parece que no había otra opción dentro de. Ahora, tengo entendido que sí hay opciones interesantes dentro del Parlamento, como la Izquierda Autónoma y Revolución Democrática, donde se puede consensuar algo porque las críticas que ellos tienen, que para ellos los alejan de la Nueva Mayoría, muchos integrantes de ella las mantienen. No quita que eso se pueda conversar.

La mayoría de ellos son nacidos de colectivos o fueras políticas universitarias.

Claro. Está el caso de Boric y Giorgio Jackson, también de Camila. Si es que hay tiempo sería bueno juntarnos con todos ellos. El día domingo estaré tratando de ir a La Florida para juntarme con Camila Vallejo a ver si podemos charlar en algún momento. Por ahí también estoy tratando de conversar con amigos míos de Revolución Democrática, que vinieron a Perú, y ahí estamos viendo la forma de juntarnos con Giorgio. Y si no, creo que también él ha sido invitado a un evento acá en Perú.

¿Has pensado, tal como Camila y los otros que hemos nombrado, seguir una carrera política con un cargo de representación popular en tu país?

Nosotros necesitamos una inscripción electoral para poder postular a la presidencia o al parlamento. No todos los partidos tienen una vigente o cumplen el resto de requisitos. Hay otros partidos que, digamos, dicen ser de centro cuando hay elecciones pero después hacen lo que se les da la gana. En la izquierda hay que encontrar el balance entre lo pragmático y los principios. Si esas dos cosas se juntan y nos permiten levantar algo con opción para el 2016, porque nuestras elecciones vienen ahorita casi, en buena hora yo cumpliré el rol que el partido elija que yo cumpla. Pero mientras no encontremos esa opción mi papel es construir desde abajo.

Has sido sindicada como la Camila Vallejo peruana. ¿Te molesta esa comparación?

Creo que sobretodo fue la prensa de aquí, pero más que gustarme o no gustarme me parece que es un tema fuera de lo relevante. Acá en la Católica tuvimos un tema de movimientos estudiantiles de varios años atrás y que haya salido a la luz o se haya mediatizado es porque el tema incluía a fuertes sectores de la Iglesia con vínculos en sectores políticos, fue sólo un punto entre todas las cosas que se venían tocando y tratando de hacer. Evidentemente en Chile la cosa era completamente distinta. El papel de Camila Vallejo y de todos los dirigentes, porque no sólo era ella, era completamente distinto”, dice.

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