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Opinión

11 de Junio de 2015

Columna: El gabinete de la doctora Caligari

Se puede, siempre se ha podido, entrar por cualquier lado / faltan 6 minutos para los tallarines o verbigracia: la temblorosa banana / Años que no la veía, como 15, y con dolor de cabeza y una soledad que buscaba la Inmortalidad y el Yoga en un papiro de Mircea Eliade (fondo de cultura económica […]

Claudio Bertoni
Claudio Bertoni
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Claudio-Bertoni1[1]

Se puede, siempre se ha podido, entrar por cualquier lado / faltan 6 minutos para los tallarines o verbigracia: la temblorosa banana / Años que no la veía, como 15, y con dolor de cabeza y una soledad que buscaba la Inmortalidad y el Yoga en un papiro de Mircea Eliade (fondo de cultura económica con páginas en blanco de Jean Paul Sartre) / aunque DIOS sabe lo que sabe / Fueron tres horas de hilo francés bordado hasta la envidia / Exhausto me detengo, golpean la puerta, es una boleta ideológicamente mentirosa o esplendorosa y millonaria (faltan tres minutos para los tallarines de “onces almuerzo” más huevos omega tres y seis en la cazuela para vivir 100 años como el poeta Parra tuvo la amabilidad de visitarme hace un mes no hubo fotos pero guardé la taza en que tomó un café con leche todavía no me la creo) / ¿Cuánto aguantaré a esta velocidad? / Cada vez que salgo de la pieza y me desplazo hacia el living con guaifái o cuando me bajo de la micro y entro al mismo living o cuando estoy en el mismo living y pasan más de diez minutos abro el netbook para ver tus negras bragas (qué linda palabra si uno la compara con el horrible calzón chileno) y ver los trozos de muslo entre las medias negras también “y no quieras saber el resto”, como diría Cortázar / Dicho de otra manera, el ombligo medias negras y el corsé como dijiste se llamaba el trozo negro entre tus mechas y el cuello (ya volveré sobre tus mechas) me turban + y + y + / Todos los días desde hace 7 días es exactamente lo mismo parece que se trata de 15 días en mi caso a la semana quiero arrancarme a la montaña y comer raíces como Han Shan y bajar día por medio a conversar con el bibliotecario taoísta del monasterio al pie de la Montaña Fría pero a los 15 días ando como un zombi dando bote entre un labio tuyo de arriba y un labio tuyo de abajo usando el computador de la siguiente manera: toco la tableta negra inferior cuando el filo rectangular plateado avanza toda tu piel se acerca y crece y cuando retrocede, tu ombligo tu vientre hasta el calzón negro chiquitito –así de chico– tu pelo y tus muslos (como barquillos de helado vacíos) también retroceden / Un tercer intento nos trae una lengua áspera como de gato por el tabaco y las mechas de tu pelo que iba a decir eran como huiros pero qué idiotez la Susan Sontag tiene toda la razón en una entrevista a la revista Rolling Stone que publicó hace poco la UDP dice que las metáforas dejan la crema hay que hablar como Kafka y Beckett sin metáforas y como Beckett fue al comienzo una especie de secretario de James Joyce me acuerdo de unas cartas de James a su mujer más pornográficas que la cresta y que el Vicente publicó una vez en el Clinic hace mucho y nunca le pregunté de dónde las había sacado / me encantaría tener ese libro con las cartas donde Joyce le dice unas cochinadas enormes –escatológicas incluso– a su mujer la conoció en un pub o taberna donde servía y vivieron juntos el resto de sus vidas ¿existe algo mejor? / Y ahora tus pelos, la negra mata hirsuta ondulada de mujer loca como los labios de tu boca / Cuarto intento: Llego y me hago el leso y no llamo y compro una cajita que no declaro ni confieso de la pura y saltarina ansiedad que me produce tu mejor no lo digo, y sobre todo, tu menos todavía lo digo /

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