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Opinión

12 de Junio de 2015

Columna: ¿Es CHILE un país corrupto?

Fuerte ha sido el debate que se ha generado en las últimas semanas en el país producto de los hechos de corrupción empresarial y política que investiga el Ministerio Público, a raíz de los tan bullados casos Penta, Soquimich y ahora Corpesca. Empresarios defraudando al Estado para financiar ilegalmente campañas políticas y bajo ese mecanismo […]

Fidel Espinoza
Fidel Espinoza
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senado 2

Fuerte ha sido el debate que se ha generado en las últimas semanas en el país producto de los hechos de corrupción empresarial y política que investiga el Ministerio Público, a raíz de los tan bullados casos Penta, Soquimich y ahora Corpesca.

Empresarios defraudando al Estado para financiar ilegalmente campañas políticas y bajo ese mecanismo lograr “espacios de influencia” en el Parlamento, es un acto tan condenable y repudiable, como el de aquellos “políticos” que mediante este mecanismo obtenían ilegítimas ventajas de cara a los comicios electorales, en desmedro de las diezmadas campañas de sus competidores. Por esto, ¿se puede considerar a Chile un país corrupto?

Si bien en las estadísticas dentro del concierto de América latina, Chile ocupa espacios privilegiados en los índices de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, no es un misterio que la corrupción ha crecido en diversas modalidades: fraudes, coimas, malversación de fondos públicos, triangulaciones, apropiación indebida y acceso a información privilegiada.

Pepe Mujica, el ex Presidente uruguayo señalaba en una frase que recorrió el mundo respecto a la corrupción, que “al que le guste mucho la plata, hay que meterlo en el comercio y no en la política”. Siglos atrás Voltaire acuñó una frase célebre cuando sostuvo que “quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”.

Y es así. En la región que represento en el Parlamento (Los Lagos), ni las emergencias que hemos tenido este año (sequía, erupción del volcán, inundaciones), han escapado de actos ilícitos que han empañado la labor del gobierno. A una fraudulenta y millonaria adjudicación de una propuesta entregada a una consultora por parte del Gore Regional en un convenio con Indap (propuesta de 180 millones de pesos, otorgada a una consultora que no debió siquiera haber pasado la admisibilidad) y que derivó, motivo de mi denuncia, en la anulación del proceso sin sancionados a la fecha; debemos sumar la serie de rumores que vinculan a funcionarios públicos cercanos al intendente en “eventuales negociaciones poco transparentes”, en la adquisición de insumos agrícolas, fundamentales para la emergencia y con costos millonarios para el Estado.

Aún el Gobierno en mi región, a casi 25 días de ocurridos los hechos, han sido incapaces de señalar por qué los jefes de gabinete de ambas personalidades almorzaban en un conocido restaurante de Puerto Montt con empresarios proveedores de insumos agrícolas, el pasado 7 de mayo a las 14 horas, sin inscribir dicha cita en la ya puesta en marcha nueva ley del lobby. ¿Hablaban de la Champion League? ¿Del reciente ascenso de Deportes Puerto Montt? Obviamente, que no.

Tanto la intendencia como la citada cartera ministerial de agricultura, han señalado que sus sumarios efectuados (enteramente direccionados), no arrojaron irregularidades, no obstante ello, al unísono, han informado a la opinión pública que ambos jefes de gabinete (Carlos Andrade y Mauricio Valenzuela), fueron desvinculados de sus puestos, al haber reconocido sus reuniones a espaldas de las autoridades, con proveedores de servicios para la emergencia.

Lo cierto es que algunos, pretendiendo eludir sus responsabilidades políticas, han querido “cortar el hilo por lo más delgado”, despidiendo extemporáneamente a estos funcionarios, pero exponiendo al Gobierno que la PDI allane las oficinas de la Intendencia regional, en un acto absolutamente evitable si se hubiera actuado con dureza y a tiempo, en una clara señal de combate a las malas prácticas y vicios en el servicio público.

Entendiendo que las leyes por sí solas no eliminan la corrupción es el momento de comenzar a preocuparnos por combatirla en todos sus ámbitos. El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva, es que “el fin justifica los medios” y, por ello, soy un convencido de que aún estamos a tiempo para salir de este lodazal en el que algunos han colocado a nuestras instituciones, que para gobernar bien y por el país, deben estar sanas. En el más amplio sentido de la palabra.

*Diputado por la Región de Los Lagos y presidente comisión investigadora caso Penta.

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