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Opinión

12 de Junio de 2015

Ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz: “Esta crisis va a marcar el futuro de Chile”

Socialista desde los 16 años, Marcelo Díaz (44) llegó a la vocería del segundo gobierno de Bachelet sabiendo que venía hacerse cargo de una crisis. Lo que jamás imaginó es que uno de sus amigos y pilar de este gabinete, caería exactamente en lo mismo que querían evitar, el descrédito. Jorge Insunza duró apenas 28 días como ministro Secretario General de la Presidencia. Un nuevo golpe a este gabinete que arrancó con elogios, pero que una y otra vez se ve enfrentado a nuevos escollos. El actual ministro, asegura que lo que ha sucedido es producto no solo de esta nueva ciudadanía, que ya no se conforma con las explicaciones de antes, sino de los errores de la clase política. “No podemos echarle la culpa al empedrado”, dice. Dos veces diputado, gobernador de Elqui y ex embajador de Chile en Argentina, parece, hasta ahora, tener el cuero duro. Aquí habla de todo, su trabajo de seis meses en la empresa del ex ministro Insunza, de las oportunidades que esta crisis nos puede significar y que por más golpes que reciba, no se va a dejar abatir. De lo que no se le saca palabra es de lo que él llama “farándula”.

Andrea Moletto
Andrea Moletto
Por

Marcelo Díaz
-No le quiero hablar de farándula, pero sí de dos titulares que salieron posteriores a su nombramiento como ministro. Uno es de La Cuarta, “Se peina con el micrófono. Nuevo vocero tiene tremendo verso, se engrupió a Amalia Granata y ahora hace cuchi cuchi con Millaray Viera”. Y otro de El Mostrador “Trasnoche y mujeres guapas el estilo que trae Marcelo Díaz, el nuevo vocero de Bachelet”. ¿Esto es una campaña?
– No tengo ni una mirada conspirativa de la vida. Soy ministro político, me dedico a la política, soy político desde los 16 años y eso es lo relevante, lo que importa. Lo demás a nadie debiese importarle, pero además por un asunto de respeto. Tengo una familia, una mujer hermosa, una hija y una hijastra maravillosa y son cosas sagradas que merecen respeto.

-¿Le molesta, es una falta de respeto?
-Yo los respeto a ellos, por eso no hablo.

-¿Cómo está con la renuncia del ministro Insunza el domingo?
-Ha sido complejo. Jorge es un amigo de muchos años y sin duda siempre es difícil ver a un amigo enfrentarse a una situación como esta. Pero también creo que lo enfrentó con coraje, de frente. Enfrentó su error y lo asumió. Y eso habla bien de él, asumir su responsabilidad política de la forma que lo tiene que hacer alguien que está en política.

-Usted, antes de la renuncia de Insunza, dijo que los funcionarios de gobierno tenían una vida anterior, habló de la transparencia activa del ministro Insunza, etc. ¿cómo se relacionan sus dichos con lo que terminó sucediendo?
-De la misma forma que él lo señaló en su renuncia. Él no consideraba que esto fuera un impedimento, pero también asumió que la ciudadanía está exigiendo un estándar superior de quienes cumplen funciones públicas y que en ese contexto, ese dato de su actividad laboral consistía en un impedimento definitivo para ejercer el cargo. Dado su rol, lo único que había era dejar el cargo. Eso es efectivamente lo que tenía que hacer. Yo creo que efectivamente es así, y lo conversé con él, con esta transparencia y con esa claridad. Hoy día la exigencia de la sociedad es mucho más elevada. Me parece bien que además sea así, eso nos va a obligar a todos a provocar el cambio de fondo que hay que hacer, que tiene que ver con nuestra cultura política.

-¿Él le contó a la Presidenta de estas asesorías?
– No. Tal como él lo señaló, no fue un dato que él hubiese hecho presente a la Presidenta, porque ni siquiera él tenía – como lo dijo- conciencia de que este era un impedimento. Él lo asumió y también me parece correcto que lo haya hecho presente.

-Hay cosas que sorprenden de las declaraciones del ex ministro Insunza, cuando habla de “la ceguera”. ¿Cómo la gente que está en el parlamento está tan perdida? Hay cosas que son conflictos de intereses naturales que a cualquier persona le parecerían obvias, ¿por qué a él no le parecen? ¿cuál es esta “ceguera”?.
-Yo no puedo hablar por él, me remito a sus declaraciones. Él señaló que su propia libertad de juicio no se vería influida por lo que estaba haciendo y eso le impidió tomar conciencia respecto de lo que significaba esta situación de ser diputado miembro de una comisión de minería y al mismo tiempo estar proporcionando informes de análisis político a una empresa del sector.

– ¿Y a usted, en lo personal, qué le parece ese doble trabajo?
– Creo que es mejor no hacerlo, que no corresponde. Yo soy de aquellos que sostuvo en un debate en el 2006 en la Cámara de Diputados, que creía que la dedicación exclusiva es lo que justifica el alto nivel de ingreso de los diputados. Pero sobre eso efectivamente no había una prohibición legal. Ese es el punto relevante hoy día, cosas que hace diez o quince años atrás parecían normales, hoy ya no lo son. Yo recuerdo haber sido parte de un debate en la Cámara de Diputados que terminó prohibiendo a los abogados litigar, pero hasta antes de esa discusión, muchos parlamentarios que eran abogados como yo, litigaban. Yo fui partidario de que no hubiese autorización para litigar. La dedicación exclusiva parlamentaria es un debate que habrá que dar, en las reuniones que hemos tenido estos días con los líderes de los partidos de la Nueva Mayoría, la mayoría sostiene que debiésemos avanzar y legislar sobre esta materia y eso refleja lo que te estoy diciendo, que ha habido un cambio cultural que ha venido de la mano de esta exigencia de mayor transparencia, de mayor separación entre lo público y lo privado, que han sido los ciudadanos los que lo han impuesto, lo que es un dato bien importante.

– Y si la legitimidad debe ir por sobre la legalidad, que es finalmente lo que pasó con el ex ministro Insunza, ¿usted cree que podría haber más renuncias en el gobierno?
– Claramente espero que no. Más que quedarnos en el caso, tenemos que avanzar en el fondo que es lo que dijo la Presidenta. Hoy día tenemos un tremendo desafío, recuperar la confianza de la gente y no va a ser el resultado de un acto mágico, va a ser un proceso duro, porque además lo hacemos en un clima de desconfianza generalizado, acompañado de una suerte de estado de sospecha en el que cualquier vínculo de cualquier persona con lo que sea puede ser objeto de dudas. Lo que no podemos hacer es perder el foco respecto del desafío que tenemos por delante, que no son solo los casos puntuales las irregularidades y las denuncias, sino que para la prosperidad de Chile, el desafío es contar con instituciones sólidas, solventes, probas y transparentes y que sean capaces de recuperar la confianza de la gente.

– Usted trabajó en Sistemas Consultores Ltda. en el 2001 por seis meses, que es una de las empresas del ex ministro Insunza que prestaron servicios a Codelco ¿Cuál es la relación laboral que usted tuvo ahí?
– Fui un asesor. Eso ocurrió cuando llegué de España en el 2001, luego de estar viviendo casi cinco años en Madrid. Trabajé en un proyecto de modernización de la salud pública. Y me acuerdo siempre de una anécdota que me sucedió ahí, porque yo estaba en el San Juan de Dios, haciendo una encuesta de usuarios, en reuniones con directivos del hospital determinando la relación usuario – servicio público, justo el 11 de septiembre de 2001. Me acuerdo que estábamos tomando un cafecito cuando vimos la imagen de las Torres Gemelas derrumbarse. Yo había llegado a Chile justo el 21 de mayo y estuve ahí seis meses, por media jornada, porque en la otra media jornada hacía mi práctica laboral para titularme de abogado y en diciembre me proponen ser gobernador y asumí el 2 de enero en Coquimbo y ahí deje la asesoría.

– ¿Quién lo contrató?
– Jorge Insunza me invitó a trabajar ahí.

-¿Usted estuvo seis meses contratado o boleteando?
-Boleteando. No formé parte de la empresa, era un asesor externo, ayudaba a la elaboración de informes, trabajaba en el proyecto de salud del San Juan de Dios, básicamente eso.

-¿Y esos informes eran para qué clientes?
-Para la consultora.

-Y con respecto a su actual jefe de gabinete, Mauricio Bugueño, su relación con Sistemas Consultores Ltda. es de más larga data.
-Sí. Él llevaba, no me acuerdo cuántos años, pero muchos años ahí. Es un amigo mío de los tiempos de la Juventud Socialista, un gran colaborador que asume aquí como mi Jefe de Gabinete por petición mía, previo a eso dejó Sistemas Consultores, incluso renunció a su parte en la sociedad. A pesar de que no hay ninguna obligación legal, fue parte de los acuerdos que yo hice con él. Le dije, ‘Mira, quiero que te vengas acá, pero que te desvincules de cualquier otro tipo de trabajo, que te dediques de manera exclusiva a esto’.

-Y con respecto a su relación con Sistemas Consultores Ltda., ¿cree que en este momento pueda ser complicado?
-Pero no debería serlo, uno tiene que tener el temple de no caer en la desesperación ni en la neurosis, y a pesar de que la ley no le exige, lo que acordé yo con él fue precisamente que se desprendiera de su parte de la sociedad, cosa que él hizo. No me parecería justo que yo le haga un reproche por algo que en realidad no tiene anormalidad, por el contrario está más allá de las exigencias de lo formal.

-El ex ministro Insunza dijo en El Mercurio que había un clima muy agrio, una histeria colectiva, ¿usted coincide con él?
-Concuerdo con él. Y creo que no es gratuito, eso ha ocurrido como consecuencia de hechos que han generado una crisis de confianza.

-Parece que estuviésemos responsabilizando a la ciudadanía de su reacciones, pero la verdad es que la relación entre un parlamentario, que es presidente de una comisión de minería, y una minera me parece por decir lo menos, inadecuado.
– La responsabilidad primera es de la política, de nuestras actuaciones, de nuestros yerros y en consecuencia, eso significa que en primera persona tenemos que asumir la responsabilidad. No podemos echarle la culpa al empedrado. Ahora que eso extrema el clima y que establece un manto de sospecha, sin duda, pero nosotros tenemos que tener la serenidad para poder tomar las decisiones que tenemos que tomar, no pensando en nosotros mismos sino que pensando en lo que tenemos que hacer para provocar la inflexión que permita iniciar ese proceso de recuperación de confianza.

¿Cómo va a ser esa inflexión? Porque la verdad es que la instalación del nuevo gabinete, que tiene como una de las grandes misiones, recuperar la confianza, una tras otra ha sido golpeado por sucesos como por ejemplo, el tema de la precampaña, los conflictos con el ex ministro Peñailillo, el SII, la salida de Insunza…
-Mira nosotros llegamos en un escenario de crisis. No llegamos a un campo de miel sobre hojuelas y por tanto nos hacemos cargo de lo que nos ha tocado, la responsabilidad de cumplir una función de gobierno.

-Los llamaron para esto digamos.
-Exactamente y yo creo que aquí hay tres ejes rectores. Primero, mucho diálogo y me refiero a un diálogo transversal, este gobierno tiene que estar mucho en terreno y hacer mucho esfuerzo en esa conversación cotidiana. Segundo, la agenda de probidad y transparencia, esa es una clave crítica y tenemos que dar señales contundentes de que hay un aprendizaje respecto a lo que ha ocurrido y que estamos dispuestos a hacer transformaciones en las instituciones para poder asegurar que esos estándares que la sociedad está demandando se cumplan porque se requiere cambiar pautas de conducta que parecían correctas o normales y que, sin embargo, hoy día a ojos de la ciudadanía no solamente no son normales sino que son objeto de un reproche. Tercero, la gestión de gobierno. Tenemos que movilizar al gobierno para que cumpla con su mandato y su mandato es súper claro: mejorar la calidad de vida de los chilenos, no a veinte años plazo.

-¿Qué pasa con las reformas en este escenario?
– Este es un país de U$25.000 per cápita y que tiene la obligación de hacerse cargo de distribuir de manera más equitativa los beneficios del desarrollo y del crecimiento económico. La mayor amenaza para el futuro de Chile está precisamente en la brecha de desigualdad, las reformas tienen ese propósito, sentar las bases de un nuevo ciclo de desarrollo para Chile fundado en mayores niveles de cohesión social. Y hoy le agrego otro elemento más, una nueva etapa de confianza en Chile.

-Yo le creo todas las buenas intenciones, ministro, pero es un hecho que la legitimidad del gobierno ha ido disminuyendo estrepitosamente y no sé cómo eso se puede recuperar para poder seguir avanzando con la otra agenda que instaló la presidenta Bachelet en La Moneda.
– Si uno mira la corta historia de Chile, desde la recuperación de la democracia, todos los gobiernos han vivido momentos de complejidad.

-¿No le parece que históricamente este es un momento mucho más complejo?
-Sin duda. Hay dos puntos de inflexión en la historia reciente de Chile. El primero, las movilizaciones sociales, que fueron capaces de dar vuelta la agenda e instalar en el corazón del debate presidencial la provisión de bienes públicos, particularmente la educación. Y el segundo es esta crisis porque ataca el conjunto del sistema político. Cuando un gobierno se encuentra con esto tiene que hacerse cargo. No podemos esquivar la mirada con respecto a los problemas que están ocurriendo, porque es exactamente lo que los chilenos no esperan de nosotros, lo que esperan es que nos hagamos cargo. Y no ha sido fácil.

-Cómo la gente va a creer, si quien lideraba esta agenda de probidad no tenía claro -porque él lo dice- que existía un conflicto de interés en la forma que él se manejó durante su período en el parlamento.
-Y ahí tiene su respuesta. El ex ministro Insunza asume su responsabilidad y pagó con su cargo el error que cometió. Yo creo que la gente espera eso a que nos hagamos los lesos. Y así tiene que ser.

-Tengo la idea que el ex ministro Insunza se quiso hacer el leso, porque en la entrevista de El Mercurio dijo que esperó las reacciones, ¿reacciones de quiénes? Si hubiese pasado piola, él se queda.
-El estándar que los chilenos están pidiendo tiene que ser acompañado por gestos. Tal como dijo la Presidenta en la radio Cooperativa, esto no es pensando en uno, sino pensando que el legado de esta crisis sea algo positivo. Y que la gente diga, me parece que estamos teniendo cambios, que hay transformaciones, que quienes tienen funciones públicas están asumiendo sus errores y provocando transformaciones. No vamos a esconder los problemas bajo la alfombra, los vamos enfrentar. Y sabemos que no es fácil y es menos fácil cuando las encuestas no son favorables. Yo dije el otro día con franqueza, y a algunos quizás les moleste que yo haga tantos actos de contrición, pero cómo vamos a estar contento con las encuestas que nos dan baja aprobación. Yo no voy a contestar la frase rutinaria de que las encuestas las miramos, pero no las consideramos. Claro que las miramos, me gustaría que fueran distintas y esperamos que el trabajo que estamos emprendiendo con aciertos y con errores sea el camino que nos permita recuperar la confianza de la gente.

-¿Y qué pasó que estamos en esto?
-Somos herederos de lo que hicimos los últimos 25 años, de sus luces y de sombras. Chile es un país muy distinto de lo que era y es un país mejor. Pero en ese proceso hubo cambios y transformaciones que no hicimos, creo que hay un tipo de ciudadanía distinta, más empoderada, más consciente.

-¿Qué le pasó a la clase dirigente? Se acomodó, se enriqueció, creyó que haber recuperado la democracia era suficiente, no sé, quizás es que les gustó la plata…
No hubo una comprensión del tipo de ciudadanía y de las exigencias de lo que la ciudadanía estaba esperando de nosotros.

-¿Llegó como un pencazo todo esto?
– Veníamos con mayor transparencia, pero los cambios no se hicieron con el ritmo ni la intensidad acorde con esta nueva ciudadanía. Yo creo que esto es una oportunidad, por eso tengo puesta la mirada tanto en el futuro. Hay una oportunidad de transformación porque muchas cosas que antes eran resistidas, ahora son bien recibidas, como por ejemplo que las empresas no donen a campañas políticas.

-Ya, pero esto viene después del destape de los sistemas de financiamiento a la política donde, por ejemplo, SQM termina aportando incluso a una campaña de la Nueva Mayoría.
-Y ahí están las investigaciones en curso. Yo tampoco quiero pecar de optimismo y decir aquí está todo bien, pero también tengo que ser capaz como inistro de Estado, que tiene una responsabilidad en el gobierno de Chile, mirar cómo la crisis genera una oportunidad. La Presidenta lo ha dicho, no hay espacio para la impunidad. Los tribunales de justicia son los que determinan en última instancia si hubo o no irregularidades y qué responsabilidades habrá que asumir. Pero a partir de eso podemos hacer transformaciones para legarle al país otro estándar, acorde con lo que los ciudadanos están pidiendo. Esta crisis va a marcar el futuro de Chile.

-¿Cree que vaya a ser posible un futuro gobierno de la Nueva Mayoría?
-Soy vocero del gobierno y en consecuencia trato de no inmiscuirme en cosas que son cuestiones de los partidos, pero obviamente todo gobierno espera ser sucedido por un gobierno de su signo.

-¿No es parte de quienes, luego de una crisis como ésta, tenga temor que surja algún tipo de liderazgo individual?
-No lo sé. Los ciudadanos son quienes deciden y reitero que no quiero pecar de híper optimismo, pero mi responsabilidad como ministro obliga a ver los problemas, pero también las oportunidades. Nosotros tenemos un camino para hacer transformaciones que durante mucho tiempo quisimos hacer y no pudimos. Las hacemos por la crisis, sí, por la renuncia, sí, por los descubrimientos, sí, pero nosotros somos gobierno y tenemos que gobernar hasta el último día con toda nuestra energía para poder cumplirle al país con toda las cosas que propusimos. Sentar las bases de un mayor desarrollo equitativo en Chile y abrir un nuevo ciclo político fundado la recuperación de las confianzas. Y hablo de un proceso de recuperación de las confianzas, porque hay algunos que creen que es un acto mágico, que aprobando una, dos o cinco leyes en el parlamento, con eso, ‘ya listo’, esto se resolvió. Y esto no va a ser así. Claramente eso va a ser parte de nuestras deliberaciones en el proceso constituyente.

-Una nueva Constitución es relevante en este momento de crisis.
-Es una deuda que tenemos con Chile. No puede ser que Chile aún no tenga una Constitución sancionada por los chilenos, que no haya sido objeto de una elaboración participativa y que haya sido gestada en democracia. Todos los países encuentran en su Constitución una casa común. Nosotros en cambio tenemos una casa que nos divide. No es un punto de encuentro sino un punto de disenso.

-El ex ministro Insunza, en su renuncia, habló de la UDI y que existía detrás una suerte de vendetta por su negación a generar una ley que derivara en impunidad. ¿Usted sabía algo de eso?
-Nosotros no vamos a estar disponibles para ningún tipo de impunidad.

-Ha habido alguna gestión de la UDI para que eso suceda.
-No, conmigo no.

EL HIJO DE ENRIQUE CORREA
-¿Qué pasa con la Secom (Secretaría de Comunicaciones)?
-Estamos en un rediseño, no tiene director y vamos a buscar una nueva jefatura, pero en paralelo estamos trabajando en potenciar la comunicación en el gobierno, no solamente de este ministerio, sino del conjunto del accionar nacional del gobierno. Sensibilizar adecuadamente sobre lo que estamos haciendo, comunicar mejor nuestras políticas, nuestras acciones.

-Leí que se estaba inspirando en Eugenio Tironi, ex Secom.
-No. Estamos inspirándonos en lo que tenemos que hacer para comunicar bien las cosas. Uno mira todas las experiencias, no solamente las nacionales sino también las internacionales

-¿Cuánta gente tienes esa secretaria?
-Unas 60 o 70 personas.

-No le incomoda que quien está como Director Subrogante sea el hijo del ex ministro Enrique Correa y actual dueño de la empresa de lobby Imaginacción?
-No me incomoda. Él cumple una función. Lo hace bien y no veo por qué habría de incomodarme. Y a eso es lo que me refiero con el estado de sospecha. Nosotros tenemos que ser tan transparentes que ese tipo de cosas queden resueltas precisamente por la transparencia que hay.

-Es que una cosa es serlo y otra cosa es parecerlo. No será mejor evitar todo tipo de sospechas. Entiendo que el gobierno se mueve en una delgada línea entre no condenar de antemano a alguien, pero...
-… eso es justamente lo que ocurre pues…

-Claro, pero estamos en una situación de crisis.
-Pero también algo de esa crisis, y para hablar las cosas con franqueza, algún tipo de contribución hacen quienes actúan de manera descontrolada frente a las cosas. Cuando hay reproches y esos tienen fundamentos éticos e ilegales hay que actuar, pero en el resto uno tiene que actuar de manera muy estricta, apegada a la ley, pero con respeto las personas.

-Ya, pero usted hace un par de días atrás tuvo que salir a defender al entonces ministro Insunza y luego, dos o tres días después, toda esa defensa se cae. Y eso iba caer por su propio peso, era evidente.
-Porque yo soy el vocero de gobierno y esa es mi pega y lo voy hacer siempre con dos principios rectores. No voy a recurrir a frases clichés para no contestar las cosas. Que esta situación nos incomoda, por cierto que nos incomoda, que es difícil, sin duda, pero yo no estoy aquí para -y en esto parafraseo a la presidenta Bachelet- para quedarme en lamentos. Estoy aquí para trabajar, para que las cosas funcionen. Esa es mí responsabilidad.

-Se siente abatido, pucha viene uno y otro problema…
-Abatido no. Me gustaría que no existieran estos problemas, pero no por estar en Argentina no tenía conciencia de saber a lo que venía. Sé lo complejo que es.

-No lo trajeron engañado de Buenos Aires cuando era embajador…
-No, tengo total conciencia del momento en que estamos y la tarea que tenemos por delante. No nos podemos dejar abatir por la realidad. Todo lo contrario, lo que tenemos que poner es toda nuestra energía en transformarla.

-¿Cuando la Presidenta lo llama, le habla de la crisis?
-Ni siquiera a mi familia le conté lo que había hablado con la Presidenta y no será esta la ocasión en que lo haga. Las conversaciones con la Presidenta son reservadas y así van a ser para mí para siempre, antes, durante y después.

CANAL CULTURAL

-Usted tiene a su cargo el canal cultural, ¿para qué necesitamos un canal cultural en Chile?

Junto con el ministro de Cultura coordinamos una mesa pública para llevar adelante el proyecto. Esta semana tuvimos una reunión acá con el ministro de Cultura, la gente del Consejo Nacional de Televisión, el ministerio de Educación, el ministerio de Hacienda y Televisión Nacional de Chile. Estamos cerrando el debate técnico para poder poner en marcha esta iniciativa en un plazo razonable. Queremos que Chile cuente con un canal cultural educativo, de libre recepción y sin publicidad. Que sea una herramienta que ayude al desarrollo educativo de Chile, pero que también sea una ventana para la producción cultural chilena de Santiago y de regiones.

-Van a trasladar los fondos del CNTV a este canal cultural.
– Estamos trabajando en su diseño aún.

-¿Por qué es relevante tener un canal de gobierno?
-Es un canal cultural de Chile. Vamos a ser muy cuidadosos que no sea un canal de gobierno sino que sea un canal del Estado. Nosotros tenemos una producción cultural importante y un canal cultural es una buena ventana de difusión y también debiese ser algo que aumente el nivel de producción cultural de las regiones y mostrar a todo el país la diversidad de la creatividad que hay en Chile de mucha gente muy potente. La paradoja es que muchas veces ese trabajo se valora más fuera de nuestras fronteras y eso es porque falta una ventana. Otra de las cosas que tampoco hay en Chile, es que no existe oferta infantil si no es el cable y no todo el mundo tiene acceso al cable y ahí también hay una deuda y un déficit. Poner en marcha una estación educativa cultural que pueda masificar contenidos juveniles e infantiles es una tarea que vale la pena emprender.

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