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Cultura

1 de Julio de 2015

Vuelve el Comandante Clomro: “Vamos directo al colapso catastrófico”

En 1998, entrevistado por Julio Videla, protagonizó uno de los momentos más bizarros de la televisión chilena. Ahora confiesa que en verdad no es un extraterrestre, pero que estos existen y no tienen buenas intenciones. El encapuchado más freak de la galaxia habla además de sus planes con Xuxa para llevar a la pantalla el libro “Ami, el niño de las estrellas”, de cómo se adelantó a “Matrix” y de la inminente proximidad del fin: “Tal vez la humanidad ya se rindió”.

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Si tuviésemos que elegir los momentos más chantas en la historia de la televisión chilena no podríamos dejar fuera la entrevista que, en el año 1998, Julio Videla le hizo al Comandante Clomro para el programa “Juntémonos”, de Megavisión. Fue un encuentro insólito, agravado por la seriedad solemne del animador y la hilarante suspicacia que generaba el entrevistado, un argentino enmascarado que aseguraba ser un extraterrestre en el cuerpo de un humano. Vestía una chaqueta militar –supuestamente heredada de un héroe de Las Malvinas– y se hacía acompañar por una novia alienígena llamada Rodcla que volvía todo más ridículo. Para consumar el delirio, mientras el invitado hablaba, el GC de la transmisión (la huincha del texto en la parte inferior de la pantalla) lo describía literalmente como “Extraterrestre argentino”. Esa noche el rating reventó y, según las malas lenguas, Videla terminó de perder la credibilidad que le quedaba.

Clomro, por su parte, siguió ofreciendo el mismo show mediático en el resto del continente hasta que, entre burlas y críticas de ufólogos, ya no pudo sostenerlo. Podríamos interpretarlo como el fin de una estafa, pero para él fue solamente el fracaso de una estrategia comunicacional encomendada a un propósito mayor, urgente, trascendental: alertar a la humanidad sobre el peligro que la envuelve.

“La idea nació en 1987 al considerar que un personaje de ficción podría llamar más la atención y ser más efectivo para transmitir un mensaje que un conferencista. Al ensayarlo primero en radio en 1989, se comprobó la hipótesis”, confiesa Clomro sobre su impúdico montaje. Y sí, ahora admite lo que todos sabíamos: no es un extraterrestre. Pero asegura conocer de cerca a seres de otros planetas. “Los reptilianos o insectoides son más frecuentes desde las últimas décadas”, certifica desde Monterrey, donde reside actualmente siguiendo su “admiración por la Revolución Zapatista”. Allá continúa con sus investigaciones sobre el fenómeno OVNI. Y lo que tiene que decirnos no es demasiado alentador.

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Una red mundial de rebeldes

Clomro, menos conocido como Claudio Omar Rodríguez, comenzó a interesarse en la ufología siendo un adolescente. Les interesaban particularmente las teorías del controversial escritor suizo Erich von Däniken –autor del best seller mundial “Recuerdos del Futuro” (1968)–, quien sostiene que el cristianismo le fue revelado a los hombres por extraterrestres (célebre es su interpretación del Libro de Ezequiel como la crónica detallada de un aterrizaje alienígena). Motivado por dar a conocer ésta y otras teorías, Rodríguez estudió Periodismo y en 1983 ingresó a un grupo contactista argentino-brasileño conocido como Lineamiento Universal Superior (LUS). Junto a ellos habría experimentado una situación mística, una transmisión de mensajes cósmicos que cambiaría su vida para siempre.
“Cuando me uní a este grupo perdió relevancia para mí hacer periodismo, porque dejé de creer que la prensa podría contribuir a la concientización de la gente y a propiciar que hubiese algún contacto masivo”, explica.

A partir de sus experiencias, Clomro cree en la existencia de extraterrestres negativos que buscan la degradación de los seres humanos con miras a sustraerles energía. Su método consistiría en alterar directamente nuestras conciencias y construir una escala de valores y creencias cuyo único fin es la manipulación. Incluso la aparición de espíritus no sería más que uno de los tantos recursos que usan para confundirnos. “Engañan a la gente suplantando a las personas que vivieron entre ellos”, asegura el hombre que embaucó a Julio Videla. Y esto ocurriría en todo orden de cosas: “Lo que uno cree que es verdad es como la sombra de los objetos sobre las cavernas que describía Platón. La humanidad vivió engañada durante toda su historia creyendo que estamos en un mundo hecho para la evolución, que estamos acá porque Dios quiso que evolucionáramos. Este es un mundo involutivo”, advierte.

Además, la calidad de vida que llevamos y los líderes que escogemos nos distanciarían cada vez más de la posibilidad de una insurrección contra el mal que provocan nuestros enemigos, es decir, contra los dogmas religiosos y las trampas económicas que impiden la evolución planetaria.

¿Cuál sería, entonces, la solución? Clomro propone una “red mundial de libres rebeldes” para organizar una insubordinación al sistema. “Se requiere de un combate dentro del plano social contra objetivos y agentes situados en la Tierra, con acciones concretas para denunciar y resistirse a las influencias esclavizantes del sistema, cuyas vertientes políticas, económicas, militares y religiosas son proyecciones, hacia nuestro plano, del poder oscuro del cosmos”.

“Matrix” y la secta
Motivado por entregar este mensaje masivamente, surgió entonces la teatral idea de presentarse públicamente como un personaje ficticio: un extraterrestre disidente que, frente a las intenciones de los suyos, decide ayudar a la humanidad. Lo que nació como una idea loca en medio de una noche de borrachera a fines de los 80, terminó concretándose gracias a la ayuda de un productor.

“La estrategia tuvo ventajas y desventajas. Los medios me pusieron más atención que a alguien que apareciera con la cara descubierta y nombre y apellido. Pero también ocurrió que la mayoría de la gente no prestó atención al mensaje sino que al envoltorio”, analiza en retrospectiva el ex extraterrestre.

Rodríguez asegura que en esas apariciones televisivas incluso se adelantó a “Matrix” al advertir que estamos dominados por fuerzas malignas y embaucadoras. Aunque el filme no estuvo a la altura: “Cuando se estrenó pensé que iba a ser la película que liberaría a la gente, pero en el fondo transmite la idea de que no podemos hacer nada más que quedarnos sentados comiendo hamburguesas”.

Al explotar la idea de un contacto directo con los humanos, Clomro se desligaba también de los mediadores, especialmente de algunas sectas que en los 90 comenzaban a aparecer en las páginas policiales. Como LUS, la que lo acogió en un comienzo y ahora era blanco de polémicas: su líder, Valentina De Andrade, fue apuntada como responsable de castrar y asesinar a varios menores en rituales, basándose en una extraña teoría que revelaría que los niños son malignos. A pesar de la bulla que generó el caso, hoy la organización desmiente todo a través de su página web e informa que De Andrade se encuentra libre en su casa de Londrina, bajo atención médica como “consecuencia de los sufrimientos que ha padecido”.

Clomro coincide en que se trató de un montaje malintencionado y recuerda que “en medio de la persecución a las sectas, me invitaban a hablar por televisión para esclarecer el tema. Pero la prensa brasileña y argentina fueron quienes confundieron a la opinión pública en cuanto a que esta gente había sido inculpada en el asesinato de un niño. La justicia brasileña en ningún momento colocó en investigación a la secta en esta causa”.

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La película con Xuxa y el chileno Barrios

Por esos años, Rodríguez intentó también llevar al cine el libro “Ami, el niño de las estrellas”, escrito por el chileno Enrique Barrios y, curiosamente, material obligatorio de estudio en nuestra educación durante los 80. Xuxa, sí, la misma, sería la productora de una película que, fiel a la novela, entregaría un mensaje new age, relacionado con el poder cósmico del amor y la salvación de la humanidad.

“Estuvimos bastante cerca de realizarla pero todo quedó trunco porque ocurrió el incidente de las sectas justo en medio de las conversaciones, que ya incluían a la empresa Dreamvision”, revela Clomro. “Ahí Barrios prefirió alejarse de su actividad pública y de planes como la película, porque la prensa y las investigaciones de sectas lo estaban involucrando en cosas raras”.

Sin embargo, el comandante confiesa que dejó de estar en contacto con Barrios por otra razón: la obsesión que él comenzó a desarrollar por Xuxa. “Pretendió responsabilizarme por problemas personales que le ocasionó la proximidad que había establecido con ella por influencia mía. No me hago cargo de las consecuencias negativas de mis intenciones positivas. Con dos o tres movimientos me era simple ser facilitador de que el encuentro ocurriera. Ya ahí lo que pasara no es cosa mía. Así se lo dejé claro a Enrique en mi último mensaje hace más de una década. Y de él no tengo opinión que dar. Es un buen escritor que aprovechó el momento, pero su literatura es demasiado rosada, carente de toda referencia a conspiraciones cósmicas, como si el Universo no estuviera en guerra entre facciones y los malvados no existieran”.

–¿Tan mal está la cosa?
–Hay quiénes no ven que el estado del mundo es cada año peor, no leen los informes de la ONU o de movimientos ambientalistas y viven en una burbuja de irrealidad de shopping, donde todo hace parecer que la cosa está bien e incluso mejor cuantas más torres tenga Dubai. Vamos directo al colapso catastrófico y en 25 años nos quedaremos sin hielos polares y con todas las localidades costeras bajo el mar. Y esto sin considerar las cumbres nevadas que ya se perdieron casi totalmente, como la del Kilimanjaro, o las especies vivientes que se extinguen a diario. Creía que a estas alturas ya habríamos hecho algo para solucionar todo eso, pero nada se hizo. Tal vez la humanidad ya se rindió y espera su final, queriendo acelerarlo.

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