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Opinión

15 de Julio de 2015

A exceso de realismo sin renuncia y falta de igualdad, buena es la marihuana

* La reciente aprobación por parte de la Cámara de Diputados, del proyecto de Ley que despenaliza el autocultivo de marihuana para el consumo privado, y que permite su uso medicinal y recreativo, constituye a mi juicio una señal equívoca de las prioridades que hoy debieran tener las agendas legislativa y gubernamental en Chile. Y […]

Tito Flores
Tito Flores
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La reciente aprobación por parte de la Cámara de Diputados, del proyecto de Ley que despenaliza el autocultivo de marihuana para el consumo privado, y que permite su uso medicinal y recreativo, constituye a mi juicio una señal equívoca de las prioridades que hoy debieran tener las agendas legislativa y gubernamental en Chile.

Y es que por mucho “Realismo sin Renuncia” que saque de la manga el Ejecutivo, para justificar lo que parece ser un escoramiento a favor de las corrientes conservadoras dentro de la Nueva Mayoría, la piedra angular del programa de la presidenta Bachelet es la Igualdad. Esa es la promesa por la que fue electa por la ciudadanía, y aquello, no lo puede olvidar ni el gobierno, ni los parlamentarios de la coalición gobernante.

Los esfuerzos realizados en materia educacional, cuya reforma es la madre de todas las batallas en pro de reducir las brechas sociales existentes en Chile; el foco puesto en el fortalecimiento de los derechos de los trabajadores/as y de la sindicalización, a través de la reforma laboral; y el impulso a la reforma tributaria como medida redistributiva esencial, no pueden ser relativizadas por eufemismos incrementalistas al estilo de “hacer las cosas en la medida de lo posible”, tal y como a principios de los noventa, ni tampoco invisibilizadas echando mano a medidas efectistas como la legalización de la marihuana u otras iniciativas en el campo de lo valórico o axiológico, que terminen desviando el foco ciudadano hacia temas sin duda importantes, pero que no tienen la trascendencia de la igualdad social.

Y no es que esté en desacuerdo con el proyecto en comento. En lo personal me parece que la despenalización de la marihuana, incidiría significativamente en la reducción del mercado negro de esta sustancia, y por añadidura, en la disminución de sus negativos efectos en términos delictivos. No estoy discutiendo aquello.

Mi punto de argumentación central, dice relación con lo poco pertinente que es discutir una medida como esta, en el actual momento político que vivimos en el país, si de verdad lo que se quiere es avanzar en la disminución de las brechas sociales. Por el contrario, si lo que se busca es distraer a la opinión pública, ahora que se terminó la Copa América, la marihuana y la discusión en torno a su consumo, podría ser un excelente sucedáneo del opio, que parafraseando a varios filósofos del siglo XIX, adormecerían cuerpos, mentes y corazones para que los ciudadanos y ciudadanas individual y organizadamente, olviden lo verdaderamente importante hoy en Chile: avanzar en las transformaciones profundas que requiere nuestra sociedad para alcanzar una verdadera igualdad.

Así que por favor, pido seriedad, coherencia y paciencia. La marihuana, y otros temas “accesorios” pueden aguardar su turno. Hoy es el momento histórico de avanzar decididamente en la igualdad. La gran mayoría de los chilenos y chilenas que apoyaron esta idea en las urnas esperan a que por fin, se cumpla esta promesa. Y no hay gradualidades, excusas ni llamados a la ética de la responsabilidad que justifiquen una postergación. Porque este no es un tema sólo de convicciones o dogmas, es ni más ni menos, que un tema esencial de ética social y política para la buena convivencia nacional.

*Tito Flores Cáceres es académico universitario. Doctor en Gobierno y Administración Pública. En twitter: @rincondeflores

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