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Poder

9 de Agosto de 2015

Melnick, acérrimo detractor de Bachelet, despedaza el cónclave de la Nueva Mayoría

"A estas alturas nadie entiende para qué fue el cónclave, salvo para que los presidentes de partido hicieran elocuentes y cínicas alabanzas sobre la extraordinaria capacidad de liderazgo de la Mandataria, que a estas alturas ya no son creíbles. Quintana, en la entrevista de CNN, reforzó la importancia de la retroexcavadora, de seguir con las reformas, y llegó a decir, probablemente en alguna forma de delirio, que la Mandataria tenía una enorme conexión con la ciudadanía. Al parecer el senador no lee las encuestas (y quizás ni los proyectos de ley) en que el 70% de la ciudadanía desaprueba su acción personal, y el 75% rechaza la acción de su gobierno. Aun así no reconocen error alguno en las reformas y la mala gestión".

Por

sergiomelnick

“Como casi todo lo que ocurre en este gobierno, se generó gran expectativa en relación al cónclave mágico. La realidad fue otra decepción más de la ciudadanía. No pasó nada relevante, nuevamente las vaguedades e improvisaciones, si no contradicciones”.

Quizás bastaría con quedarse sólo con esas línesa para entender que la columna que Sergio Melnick, analista y ex ministro de Pinochet, escribe para La Tercera no hace más que ahondar en sus críticas a la conducción de Michelle Bachelet, algo que vale decir ha hecho con entusiasmo desde el primer gobierno de la Mandataria.

Pues bien, sin mayores sorpresas sobre lo que podría exponer, Melnick opina que “a estas alturas nadie entiende para qué fue el cónclave, salvo para que los presidentes de partido hicieran elocuentes y cínicas alabanzas sobre la extraordinaria capacidad de liderazgo de la Mandataria, que a estas alturas ya no son creíbles. Quintana, en la entrevista de CNN, reforzó la importancia de la retroexcavadora, de seguir con las reformas, y llegó a decir, probablemente en alguna forma de delirio, que la Mandataria tenía una enorme conexión con la ciudadanía. Al parecer el senador no lee las encuestas (y quizás ni los proyectos de ley) en que el 70% de la ciudadanía desaprueba su acción personal, y el 75% rechaza la acción de su gobierno. Aun así no reconocen error alguno en las reformas y la mala gestión”.

Para el ingeniero, el escenario del cónclave presentaba dos opciones para Bachelet. Una alternativa era cambiar el rumbo del gobierno y el mito creado del programa, evitando el descalabro final de la economía, pero ello traería el quiebre de la Nueva Mayoría. La segunda opción era mantener el rumbo que la tiene con 70% de rechazo, evitando el desplome de la alianza oficialista, al costo de mantener la incertidumbre, terminar de colapsar la economía, y aumentar el desempleo”.  Según agrega, en su opinión ese es el camino que siguió la Mandataria.

“Hoy, post cónclave, que era la última opción real de rectificación, ya sabemos que la opción fue pan para hoy y hambre para mañana. Es el camino de reformas improvisadas e ideologizadas que son parte del populismo de la sociedad de derechos sin obligaciones, del crecimiento desproporcionado del Estado, y del camino inequívoco al control total del poder de la sociedad. Es decir, la tozudez, el voluntarismo, el ignorar la opinión de la ciudadanía que curiosamente dice escuchar. La aplanadora entonces seguirá igual. Ello va a aumentar la incertidumbre, la polarización y el complejo clima de convivencia nacional. Probablemente varias decenas más de militares serán condenados a prisión. Veremos renacer del bloque oficialista, y con especial fuerza, los temas de la dictadura, el 11 de septiembre y la acusación a la derecha de una campaña del terror. Seguiremos mirando el futuro por el retrovisor”.

 

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