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Opinión

11 de Agosto de 2015

Columna: La bella Margot

Hace un mes o dos, la bella Margot se tendió a esperar su paso hacia una dimensión que desconocemos; ojalá un jardín de magnolias donde se desplazan los elegidos, sin prisa ni sobresaltos entre sonidos de arpa y campanas de cristal. Estaba preparada para llegar a ese Olimpo de los seres buenos, que han sembrado […]

Mario Rojas
Mario Rojas
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Margot Loyola A1
Hace un mes o dos, la bella Margot se tendió a esperar su paso hacia una dimensión que desconocemos; ojalá un jardín de magnolias donde se desplazan los elegidos, sin prisa ni sobresaltos entre sonidos de arpa y campanas de cristal. Estaba preparada para llegar a ese Olimpo de los seres buenos, que han sembrado sonrisas y canciones en el mundo material. Ahí se quedó tranquilita en su lecho, esperando el viaje, mientras los ciudadanos de esta patria esquiva y soberbia planificábamos monumentos, discursos, cartas notariales. Yo me pregunto ¿cuántos nativos de este pedazo de América, que nos esmeramos en llamar nación, comprenderán que el mapa quedó mejor dibujado luego de 96 años de la hermosa Margot entre nosotros?

Una vez leí en la revista de viajes del diario más importante de este país una nota firmada por un tal Paz (no el poeta mexicano, por cierto) acerca de Margot Loyola. El encabezado era una asociación arbitraria de lugares comunes como tikitití, huifa, empanadas y chicha, para referirse a esta artista que dedicó su vida a recopilar, documentar, codificar los sonidos y las danzas tradicionales del territorio donde vivimos. Recuerdo que pensé: ¿qué se habrá creído este pobre imbécil? Con el tiempo me reconcilié con el personaje y varios parecidos, que ven en el estudio y la difusión de ciertas tradiciones una especie de chiste.

Yo llevo en mi mente la foto de Margot bailando una cueca con Elías Lafferte en un Estadio Nacional de bote en bote (1950, creo), en el día que las fuerzas de izquierda la hicieron su abanderada (tikití!). Mi madre, que estuvo en ese evento, repetía siempre la historia. También la veo en el cortometraje La Cravate junto a Jodorowsky en 1957 (ulalá?). Hoy la veo caminando como en un sueño por el Olimpo de la gente buena que contribuyó a hacer de este país algo mejor, mucho mejor. ¿Cómo no estar agradecidos?

*Músico. Miembro fundador de
De Kiruza, creador
y director de www.cuecachilena.cl

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