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Opinión

11 de Agosto de 2015

Columna: Paz no

El presidente Rivlin es un político de derecha, pero con sensibilidad civil. A los ojos de las bestias-tanque que conducen hoy día Israel, es un blando, y la blandura es de izquierda.

David Wapner, desde Arad, Israel.
David Wapner, desde Arad, Israel.
Por

Shira Banki EFE

El pasado 2 de agosto falleció la adolescente israelí Shira Banki, apuñalada por un terrorista judío ultraortodoxo el 30 de julio cuando participaba de la Marcha de Orgullo Gay en Jerusalén. Otros cinco jóvenes quedaron heridos. Al día siguiente, dos terroristas del bando de los colonos judíos en Cisjordania, incendiaron la casa de la familia Duabash, en la aldea palestina Duma, al sur de Shejem. El más pequeño, de un año y medio, murió en el acto, días después murió su padre, mientras que su hermano y su madre sufrieron graves quemaduras.

El sábado por la noche, se preguntaba Reubén Rivlin, presidente de Israel: “¿Qué hay en el ambiente público que permite que extremismos y extremistas circulen con plena seguridad por la arteria principal? ¿Cómo es que las malas hierbas amenazan la integridad de todo un lecho de flores?”. Hablaba a los manifestantes que exigían justicia en Plaza Sión, Jerusalén. Enseguida le llegaron todo tipo de amenazas, entre ellas las populares consignas de “traidor” y “terrorista” (léase “de ultraizquierda”). Riivlin es un político de derecha, veterano del Likud, el partido que lidera la coalición de gobierno, pero con sensibilidad civil, un paternalista con feeling comprensivo y moderno. A los ojos de las bestias-tanque que conducen hoy día Israel, Rivlin es un blando, y la blandura es de izquierda. En un medio en donde ser patriota, amar al ejército, a los aviones de caza y sus pilotos, a los soldados y su fuerza, es bueno, sano y judío, cualquier expresión que ponga en duda estos valores es ultraizquierda.

Por su parte, la izquierda parlamentaria judía-israelí efectivamente es blanda, y hoy está a punto de fenecer. ¿Por qué? Porque no confrontó esos prejuicios con verdaderas ideas-fuerza, y ello porque no supo resolver estos dilemas:

1. Es consciente de que las Fuerzas de Defensa de Israel son un ejército de ocupación en los territorios palestinos, pero, al mismo tiempo, es leal a ellas y sus hijos sirven en sus filas.
2. Intuye que la izquierda judía debe responder a los intereses de las bases, pero esas bases son fieles al ejército, se enrolan con gusto y honran a sus caídos en la lucha contra los “árabes”.
3. El sector más oprimido de la sociedad israelí es el árabe, pero la izquierda parlamentaria es sionista y los árabes no.
4. El sector más oprimido y rezagado entre los judíos-israelíes lo componen los sefardíes (descendientes expulsados por España en 1492), los mizrajim (judíos orientales, de los países árabes) y los etíopes. La izquierda parlamentaria judío-israelí es de origen europeo; a los sefardíes y orientales llegó a llamarlos brutos, ignorantes.
5. Apoyan el concepto de democracia judía, contradictorio con el de democracia para todos los ciudadanos.

La tontería suprema de la izquierda sionista es haber multiplicado un concepto vacío, la Paz, sobre el cual se montó el movimiento Paz Ya y el pacifismo israelí. Paz en Medio Oriente igual a Paz entre Judíos y Palestinos. ¿Qué paz? Con Egipto y Jordania hay tratados. Con Siria y Líbano, no. Pero, ¿mantiene Israel una guerra con los palestinos? No. Lo que hay es una ocupación militar, colonial de Cisjordania y un bloqueo-asfixia de Gaza. Tendría que haber sido Retirada Ya, Withdrawal Now, Nesigá Ajshav. Se equivocaron, la Paz le pertenece a los discursos del Poder: “Nosotros queremos paz, ellos guerra”, “Hay que defenderse de los agresores que perturban nuestra paz”, sostiene el Estado de Derecha, mientras su ejército del pueblo lo ratifica elección tras elección, y le pide más.
¿Es usted un “ultra”, presidente Rivlin? ¿Un “extremista”? Mmm… Alguien calculó que los así estigmatizados somos unos 5 mil, sobre una población de algo más de 8.300.000 habitantes. Pocos, poquísimos, pero ruidosos. Algunos valen oro y vale nombrarlos: Anarquistas Contra el Muro (unos 100 activistas que desde 2005, cada viernes, se concentran y se enfrentan a la policía y el ejército en la aldea Bilán, partida en dos por el muro entre Cisjordania e Israel); las organizaciones Breaking the Silence (ex-oficiales de las IDF que documentan crímenes de guerra); Be Tselem (ONG que denuncia violaciones a los DD.HH. en los territorios ocupados); Yesh Gvul (Hay un límite); los Rabinos por los Derechos Humanos; los periodistas del diario Haaretz Guidón Levi y Amira Hass; la cantante Ajinoam Nini (Noah, alabada en Europa, odiada en Israel); el escritor Etgar Keret; y los objetores de conciencia, que se niegan a ir al ejército y pasan buena parte de sus días en prisiones militares.

*Escritor argentino

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