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14 de Agosto de 2015

La emotiva carta con la que José Luis Villanueva anunció que cuelga los botines para siempre

El delantero de 33 años estuvo en más de una decena de equipos, entre los que destaca el equipo de sus amores, Universidad Católica, además de Cobreloa, Racing, Vasco da Gama (con Romario), e incluso llegó a formar parte de la Selección Chilena.

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villa

El ex seleccionado nacional y ex jugador de la UC, José Luis Villanueva, publicó a través del CDF una emotiva carta con la que puso fin a una carrera como futbolista de 16 años y anunció su adiós al fútbol.

El delantero de 33 años estuvo en más de una decena de equipos, entre los que destaca el equipo de sus amores, Universidad Católica, además de Cobreloa, Racing, Vasco da Gama (con Romario), e incluso llegó a formar parte de la Selección Chilena.

Pues bien, a continuación te dejamos la carta de despedida de Villanueva, de manera íntegra:

“Soy hijo de José Luis y padre de José Luis, Asunción, Augusto y Pedro. Casado con Fernanda a quien le debo toda mi adultez.

La gente que no me conoce en general me quiere y admira. Y la que me conoce se divide en un 80% que no y un 20% que si. Los que me quieren me defienden y los que no, me destrozan. No paso piola. Lo anterior me importa lo que me tiene que importar, aunque no voy a negar que me encantaría que me quisieran todos.

Y tal vez por eso me hice futbolista.

En unas vacaciones juveniles a los 16 años, en la casa prestada de la señora de un tío a mi familia, en el balneario de Las Cruces, todo el país estaba pendiente del abierto de Australia, en donde Marcelo Ríos derribaba pailones con su zurdita mágica pero antojadiza.

Con mi amigo Jesús salíamos todas las noches, pero llegábamos puntualmente a ver cada partido. Era lo que un buen hincha del deporte debía hacer. Y como buen hincha del deporte, sufrimos al ver los saltitos de Petr Korda. Ahí perdí mi primera final.

Pero no es por esto que recuerdo mis vacaciones, sino que por un partido entre la sub 17 de Colo Colo y la de Universidad Católica en la final de la Copa Kairos en La Serena.
Ahí vi por televisión como Braulio Leal, Miguel Riffo y Mario Cáceres entre otros, todos ex compañeros míos en las inferiores de Colo Colo desde el año 92, disputaban un torneo para todo el país.

Me había salido de Colo Colo el año 1994, cuando ya no podía soportar los viajes desde Buin al Monumental y después al Instituto Nacional. Salía a las siete de la mañana y volvía las diez y media de la noche a mi casa. Con doce años.

Ahí decidí partir de cero. No solo me fui de Colo Colo, sino que también me salí del colegio que todo niño mateo como yo quería estar y volví a mi Liceo A 131 de Buin. El mismo del capitán campeón por Chile, Claudio Bravo y Mauricio Isla.

No jugué más fútbol durante un año. Después jugaba de repente. Y el 98, gracias a mis ex compañeros, sin que ellos se dieran cuenta, decidí que yo quería ser ese al que la gente admirara.

Tenía 16 años y salía a correr por las calles de Buin, jugaba cuanta pichanga hubiera, incluso competía con los colectiveros que manejaban sus autos por la calle Errázuriz, camino a mi casa en Villaseca. Todo esfuerzo valía la pena para llegar donde los otros estaban. Y superarlos.

Me probé en Palestino y ahí empecé a cumplir mi sueño. Conocí a la persona que más me ha querido en el fútbol, Jaime Escobar.

El resto de la historia la deben conocer….

El fútbol exige sacrificios que hoy no estoy dispuesto a hacer. Ya luché contra todo y todos. Ya disfruté más de lo que creí que iba a disfrutar, conocí más de lo que jamás imaginé. Compartí con tres campeones del mundo, dos balones de oro, con campeones europeos y leyendas del fútbol que tan sólo unos años atrás colgaban en las murallas de mi pieza.

Lloré cuando sentí llorar y la risa explotó cuando tuvo que hacerlo. Me equivoqué feo cuando dije que en la UC no mirábamos la tabla hacia abajo y en la final la U nos rompió la puerta en la cara. Esa es la segunda final que perdí. Y la que más me dolió. Era mi título. El que más quería. En el equipo que quería…

Me podría retirar sin escribir esta carta, principalmente porque hace tiempo dejé de tener “actitud de futbolista”. No me refiero a esa mezcla de irreverencia, humildad y choreza de barrio que hay que tener para jugar al fútbol. Me refiero a esas ganas de reconocimiento público que todos tienen.

No lo digo como algo malo ya que esa actitud mueve a muchos jugadores y está bien que la tengan. Solamente que conmigo ya no funciona. La perdí.

Me voy pero no necesito partidos de despedida ni homenajes. No me creo ni espero un trato especial.

Estoy seguro que más de alguno de ustedes me ha visto tomando el mismo vagón del metro, cruzando la misma calle o comprando el mismo pan que cualquiera. Yo escribo esto porque ustedes, los hinchas de diferentes equipos se lo merecen. Esta carta es la devolución del aplauso que alguna vez ustedes me dieron.

No soy vendedor de pomadas y la gran cantidad de gente que no me quiere lo demuestra. Yo tomé el camino difícil que es diferenciarme. Ser igual es simple. Yo no quiero lo simple, yo quiero lo que cuesta, el premio mayor. Entonces cada cosa que me vieron hacer lo hice sincera y bien intencionadamente. Me equivoqué también, como cuando ofendí a unos hinchas de Unión La Calera en San Carlos de Apoquindo el 2011. Mis disculpas para ustedes.

Hoy cualquiera puede dar su opinión y espero que los que me la hagan llegar, entiendan que no quiero leer si fui bueno o malo, exitoso o fracasado. Yo me siento un ganador porque sigo intentando.

Entiendan que hoy 14 de agosto se acaba una vida que atesoraré siempre y empieza otra que tengo muchas ganas de vivir.

Gracias a ustedes, gracias al fútbol queme permitió conocer el mundo. Y gracias a la vida que me tocó vivir”.

José Luis Villanueva.

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