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Nacional

17 de Agosto de 2015

Caso Berríos: Detienen a uno de los dos exmilitares que permanecía prófugo

El exmilitar que permanecía prófugo, Jaime Torres Gacitúa, fue detenido esta tarde por la PDI, quienes trasladarán al mayor en retiro del Ejército hasta el penal Punta Peuco. Aquí, cumplirá una pena de 10 años y un día, por el secuestro y muerte del exquímico de la DINA Eugenio Berríos, y otros cinco por asociación ilícita, sin beneficios.

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berriosok

La PDI detuvo hoy a Jaime Torres Gacitúa, uno de los dos exmilitares condenados por el secuestro y muerte del exquímico de la DINA Eugenio Berríos, que hasta el momento no se había entregado a la justicia, confirmaron este lunes fuentes policiales a Efe.

“La Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones detuvo al mayor retirado, quien está siendo trasladado hasta el penal de Punta Peuco”, donde cumplirá una pena de 10 años y un día por secuestro y otros cinco por asociación ilícita, sin posibilidad de acceder a beneficios”, añadieron las fuentes.

En tanto, el exmayor del Ejército chileno Arturo Silva Valdés, que recibió la pena más alta al ser considerado por la Corte Suprema como el autor material del secuestro y el asesinato de Eugenio Berríos, ocurrido en Uruguay en 1995, sigue sin entregarse a las autoridades.

Según medios locales, el exmilitar, condenado el pasado martes a veinte años y un día de cárcel, avisó a su círculo más cercano de que no se entregaría a las autoridades.

Once de los militares condenados, entre ellos tres oficiales uruguayos, ya se encuentran en “Punta Peuco”, una prisión especial para violadores de derechos humanos situada a 35 kilómetros al norte de Santiago.

Los trámites de ingreso a la cárcel se aceleraron después de que el decimocuarto condenado, el general retirado Hernán Ramírez Rurange, se suicidara el pasado jueves.

Eugenio Berríos, químico de profesión y sindicado como fabricante del gas sarín en Chile, que la policía secreta de Augusto Pinochet usó para cometer varios asesinatos, fue llevado a Uruguay en noviembre de 1991 para evitar que declarara en el juicio por el asesinato del excanciller Orlando Letelier y su asistente Ronnie Moffit, perpetrado en Washington en 1976.

El químico se instaló en Montevideo bajo un nombre falso y fue visto por última vez en 1992, cuando se presentó en una comisaría para denunciar que era vigilado. Fue entregado a unos militares uruguayos y en abril de 1995 se descubrió su cadáver enterrado en una playa, atado y con disparos en el cráneo.

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