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Opinión

23 de Agosto de 2015

Zoilo Gerónimo Escalante (67), indígena colla: “Me reconozco contrabandista, artesano, clandestino y cuatrero”

Es de los últimos collas de la precordillera atacameña que conoce a fondo su cultura ancestral. Esto le vale ser músico, curandero (yatiri), arriero y, últimamente, traficante de mensajes. Declarado “Tesoro Humano Vivo” por el CNCA, es el protagonista de Soy Colla, documental que se presenta el jueves 27 en el Cine Arte Alameda como parte de la muestra “América Indígena”. Aquí explica por qué los recientes aluviones en la zona, para su pueblo, son una bendición: “Tenemos una gran fiesta con esto que está ocurriendo”.

Daniel Hopenhayn
Daniel Hopenhayn
Por

Zoilo-Gerónimo-Escalante---Francisco-Espinoza-y-Juan-Pablo-Zurita-(Archivo-Patrimonio-Cultural-Inmaterial,-CNCA)
“Yo soy Zoilo Gerónimo Escalante y soy originario indígena colla. Del pueblo colla, no de las comunidades, porque el pueblo colla es internacional, yo lo recorro en toda América. Entonces el que dice ‘yo soy colla de tal comunidad’ puede ser descendiente, pero no colla del pueblo.

Soy reconocido como gestor cultural de las herencias ancestrales y me parece muy bien, aunque apoyo hay poco. Ese reconocimiento es por mis locuras, por lo que hago toda la vida, recorriendo, comentando, dando a entender qué es lo que son los territorios, qué es lo que son las aguadas, qué es la zona nativa y sus recursos materiales y espirituales. Rindiéndole tributo en los tiempos precisos a todo lo que es la naturaleza, a las energías tal como el viento, el agua, la tierra, el lucero, la luna, todos esos elementos que son el nido real de la vida. Y damos muchas gracias a la Pachamama porque todas las invasiones que hicieron, lo único que lograron fue acabar con todas las ramas, pero hasta hoy día con las raíces no han podido. Y con eso nosotros vivimos tranquilos. Estamos bien arraigados en la tierra y tenemos la bandera muy alta.

¿Cómo es el pueblo colla? Muy fácil. El pueblo colla es una faena de seres humanos que apenas poblaron la tierra empezaron a trabajar el tema de los contactos y el intercambio de recursos. Así que después de un tiempo era una faena muy grande, ya no era un poblado, sino que era una familia trashumante que entre caminata y cabalgata pasaban las fronteras y hacían intercambios de recursos y de mensajes. Y también trasladaban pasajeros. Entonces ahí le ponen “colla”, que significa ser heredero de todos los espacios sociales originarios.

Para mí fue muy fácil, porque afortunadamente tengo de por vida un premio que no cualquiera lo tiene. Yo nací envuelto en mi familia, y ellos practicaban todos los días la herencia ancestral, porque eran territoriales, vivían en los territorios. Y también eran muy querendones, y dueños de los caminos internacionales. Y esa riqueza, esa caloría, esa energía divina, me forjó tanto, que yo fui creciendo y nunca dejé de hacer lo que hago. Hoy todavía pasamos los caminos fronterizos, hacemos tributos, hacemos intercambios, trabajamos todos los días en eso. Hay muchas cosas que ya no se pueden hacer a la buena, pero las hacemos como siempre las hicimos: con respeto a la naturaleza solamente. Como pueblo no reconocemos las fronteras, porque reconocer las fronteras es matar la cultura, matar todas las visiones importantes. Para nosotros es interesante mantener la red muy viva, y practicando los contactos.

Yo soy contrabandista. Cuando menos quiero estoy contrabandeando. Por último paso las fronteras de noche, porque si voy en mi burro de día no me dejan pasar. Entonces obligado a pasar por los caminos alternativos, y hacer lo que tenemos que hacer. Me reconozco como contrabandista y como artesano y como clandestino y como cuatrero. ¿Qué acarreo? Lo que haya que acarrear, pues. Mensajes por último. Lo más que ando traficando ahora son mensajes. Mensajes de que tomemos aire, que respiremos.

Ahora ya hacen dos años que me dediqué al rezo. Solo, con gente, eso es relativo, pero lo practico a diario. La Pachamama como tema religioso es todo-todo, material y espiritual, llámese santos, vírgenes, creencias, ideologías, contactos, canales. Por eso pacha-mama, papá y mamá, el verdadero santuario. La iglesia, los curas, los sacristanes y todos los santos están en la naturaleza, en el cordón montañoso”.

ALUVIONES BENDITOS
“Hoy defiendo la biodiversidad porque sin ella no va a haber vida. Ahora yo no veo ecosistema. El valle está todo muerto, porque están trabajando pura uva. ¿Qué hacen los animales que viven donde pasa el agua, si la tienen entubada? La tierra tiene muchas semillas, pero necesita el agua. De hecho ahora nosotros, como pueblo originario a nivel de toda América, tenemos una gran fiesta con esto que está ocurriendo, los aluviones y todo eso, para nosotros es una bendición. He sido criticado cuando hago estas expresiones, porque dicen que no es bendición, que hay una catástrofe de agua, un catastro muy grande que ha hecho daño, pero para nosotros no es un daño, es una bendición. Culpa no tiene el agua, culpa no tiene la naturaleza si nosotros acampamos donde corre agua, ese es otro tema. Yo la estoy defendiendo del destrozo, del maltrato, de la falta de respeto, del mal manejo de los recursos. Y la única que puede parar estas irregularidades es la madre naturaleza. Así que hoy día estamos rezando para eso.

No sacamos nada con desvelarnos y andar peleando a nivel gubernamental. Nada tiene remedio porque los convenios y los negocios son internacionales. La minera no puede cambiar su sistema, porque dejaría de producir. Así que mejor rezar y estar conectado para que la madre naturaleza haga lo que tiene hacer, sea un temblor, un aluvión. Ahora está golpeando bien fuerte, está componiendo cosas. Los aluviones son para componer.

Por suerte nos quedan muchos avales. Todo lo que se puede manipular, como el agua y la tierra, está muy maltratado, pero lo demás no está tan maltratado porque no está al alcance de nuestras manos, llámese el viento, el sol, esas cosas no se alcanzan. Y también tenemos a favor los centinelas, tenemos a favor los grandes guardianes: los cerros sagrados, los glaciares –que son frigoríficos de agua para no se sabe cuándo– y los volcanes. A los volcanes todavía no les podemos sacar provecho, no los podemos destruir. Así que como persona, y por mis herencias, estoy muy contento con esos avales”.

BUROCRACIA Y MUNDO URBANO
“Yo nací en la cordillera de Diego de Almagro, de Chañaral, aunque ahora vivo en todos lados. Acampo en la orilla del mar, acampo en el mundo urbano y acampo en la cordillera. Pero el mundo urbano no es para vivir, es para sobrevivir. En el mundo urbano si no tengo 10 pesos no salgo a la calle. Y en mi mundo, en mi espacio, con plata o sin plata vivo igual. Si no tengo recursos míos, la flora nativa tiene. Tiene comida, remedio, vestuario, tiene de todo, tiene manjares, tiene de todo la flora nativa. Pero este fenómeno que se llama educación no es educación, es formación, y eso lograron las invasiones: formar la sociedad. Y hoy día nos tienen como estamos: formados. Nuestra descendencia está sin vuelta.

El mensaje sería que ojalá no solamente los collas, sino todos los originarios, una vez en la vida fuésemos respetados. Los hermanos que están en Bolivia, en Argentina, tienen más conciencia, están muy ricos en cultura. Aquí en Chile está medio pobre por la burocracia, que nos tiene a todos en el mismo saco. Yo he trabajado gratis en los colegios, en la región, fuera de la región, en esa me la juego. Pero hasta hoy día no tengo un espacio para decir ahí voy a habitar, ahí voy a transmitir, ahí voy a brindar lo que hay para brindarle a la sociedad. Para tener eso necesito el puro respeto, que me regularicen los territorios donde yo pueda habitar. Tiene que haber agua y tiene que haber flora nativa. A nivel mundial hay una ley de que a las comunidades les dan un territorio a título gratuito para que hagan uso de ella. Pero si no es comunidad, las personas individuales estamos botados igual que cualquier zorro. No se nos respeta porque andamos individual, dicen que estamos informales.

Pero yo tengo mi aval, estoy bien seguro yo, tengo mi buen arraigo. No tengo raíces porque yo soy móvil, pero tengo arraigo, que son unas raíces que hay que hacerlas con la práctica. Y tengo 67 años, estoy recién viviendo, no voy a parar. Ya ofrendé ya, estoy ofrendado a la Pachamama. Ofrendé mi talento y mi físico”.

SOY COLLA
Dirección: Rodrigo Hernández.
Jueves 27 de agosto, 21 hrs, Cine Arte Alameda.
Más información: www.americaindigena.cl

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