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Opinión

7 de Septiembre de 2015

El regreso de Marcel Claude: “Toda esa gente que dice que soy chanta, que me lo demuestre”

Su carrera presidencial terminó de la manera más humillante: endeudado hasta las masas y con una orden de detención por dar cheques sin fondos. La mayoría de quienes lo acompañaron en su sueño de llegar “Todos a La Moneda”, lo dejaron botado y lo odian. Pero el economista no se da por vencido. Mañana lanza su nuevo referente, “Nuestra América”, y no descarta ser candidato nuevamente si la gente se lo pide. Claude está de vuelta.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

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Lo último que supimos de ti han sido puras malas noticias: deudas y órdenes de arraigo…
-De eso se alimenta la prensa, pero esas órdenes de detención y arraigo han sido exclusivamente por problemas administrativos. La primera vez fue porque yo había estado en Argentina y me llegó una notificación para presentarme a un juicio en un tribunal y no me enteré porque ni siquiera vivía en esa misma casa.

Lo que se entendió era casi que te habías arrancado de la justicia.
-Eso no es así. Nosotros hemos enfrentado todos los juicios habidos y por haber, y en eso estamos todavía.

¿Qué has hecho en este tiempo?
-Muchas cosas: consultorías, clases, aparte de enfrentar todo el descalabro que quedó, que requiere mucha energía, porque eran muchos juicios. Ir reduciendo, conversando con los acreedores, ver cómo se puede enfrentar eso.

¿Cómo es que llegaste a esto? ¿De dónde viene tan mal manejo?
-Todas las deudas por que he sido procesado son de gastos de campaña. No son personales, nunca esa plata entró a mi cuenta corriente. No fue para enriquecerme. Si hubiese sido para enriquecerme, entonces soy el peor de los giles porque quedé más pobre.

Algunos dicen que no tienes plata ni para el Transantiago.
-No es tan así. El tema es el siguiente: estas son candidaturas pobres, sin mucho capital, y lo que se hizo fue conseguir un crédito con el Banco del Estado, que prestó 110 millones y después 30 millones más. El banco firma un papel que los autoriza a recibir directamente del Servel la devolución. Y nosotros teníamos calculado gastar 250 millones, más o menos lo que se gastó. Bueno, toda la devolución del Servel que llegó al candidato se gastó, pero aquella que recibió el Partido Humanista no se gastó y se la guardó para sí mismo.

¿Te dejó muy endeudado el PH?
-Las deudas llegan a más de 100 millones de pesos.

¿Le debes a mucha gente?
-Básicamente, son más o menos cinco personas.

¿Y has podido pagar algo o no?
-Poco, pero algo. Estoy tratando de liquidar una propiedad que tengo para recuperar los fondos.
Estás haciendo un taller de liderazgo político en la Sech. Las malas lenguas dicen que es para saldar tus deudas.
-¿Crees que con un curso, que cuesta cincuenta mil pesos, para veinte personas voy a alcanzar a pagar 100 millones? ¿Es ridículo, no? Son cursos que prepara la fundación para financiarse.

EL REY DE CHILE

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Acusaste al Partido Humanista de usar boletas falsas para recuperar plata en el Servel por tu campaña.
-Exactamente. Fueron miembros del Partido Humanista que entregaron boletas en la rendición al Servel por servicios que nunca ejercieron. Este lunes interpusimos una querella en contra de todos aquellos que resulten responsables por apropiación indebida de fondos públicos, porque ellos justificaron 126 millones de pesos con boletas de honorarios de funcionarios del Partido Humanista, que no trabajaron en la campaña. Y me consta que no trabajaron. Eso es una grosería, una práctica absolutamente ilegal, ilegítima, inmoral. Son una asociación ilícita que se organiza para estafar y defraudar al fisco.

Piensas que mucha gente estuvo contigo, más por interés que por tu candidatura.
-Desgraciadamente así fue. Esto tiene que ver con la forma como está estructurado el financiamiento de campaña.

¿Quién te financió? ¿Recibiste platas de empresarios?
-No, no. Recibimos plata de mucha gente que ponía un millón, dos millones, una persona que puso 30 millones, otra que puso diez millones, cinco millones, mucha gente a la cual hay que devolverle esa plata. Y espero devolverla.

¿Esa gente te anda cobrando la plata?
-No, muy poca gente me ha cobrado la plata. Pero la gran mayoría, que son amigos, me dijeron “olvídate, no me la pagues nunca más”. Porque esto no era una campaña mía, no se trataba de hacer de Marcel Claude el rey de Chile, era un proyecto político. El proyecto no era que Marcel Claude fuera presidente.

¿Se formó una idea de que querías ser el rey de Chile? ¿O de verdad querías ser el rey de Chile?
-Todos esos son pelambres y de esos pelambres prefiero no hablar. Lo que vi durante la candidatura es que todos querían subirse a los escenarios, salir en la foto. Tomás Hirsch a codazo limpio, se abría paso para salir al lado mío, y después se bajaron también a codazo limpio y no encontraron mejor estrategia que desprestigiar, cosa que me parece de muy baja calidad humana.

Tomás Hirsch, refiriéndose a ti, dijo que no había que desgastarse en esta persona.
-Sí, pero eso tiene que ver con cómo han decidido ellos ser como personas y la forma en que se paran. No estoy en política ni para ser presidente de Chile ni para ser figura pública.

Pero quisiste en un momento ser presidente.
-No.

Pero fuiste candidato presidencial.
-O sea, estuve dispuesto, que no es lo mismo que yo quiera. Como un bombero en un incendio que está dispuesto a entrar a sacar a la gente que se está quemando adentro.

Lo que me estás diciendo suena casi como querer salvar Chile…
-No, no, no. No es salvar Chile. Estás en una posición donde te tocó hacer algo que correspondía.

¿Por qué crees que te tocó a ti esa misión y no a otro?
-Por lo que te decía. Esto es como un grupo de amigos que deciden irse a la selva amazónica, llegan a un río que hay que atravesar y el único que sabe hacer puentes eres tú.

O sea, Marcel Claude…
-“¿Has hecho puentes?” “Sí, yo he hecho puentes” “Tienes que hacer un puente”. Porque te tocó estar ahí no más, en la posición de hacer algo que lo exigen los procesos políticos. Yo lo entiendo así. Para mí la cuestión política es un deber, una obligación, un compromiso. No lo entiendo como una carrera. Entiendo que la política no es ser presidente, ni parlamentario.

¿Si no qué?
-Entiendo que la política es un proyecto, una idea colectiva, no es que a mí se me ocurra o yo quiera ser: la política es el ejercicio del poder en función del sentido público y colectivo que existe, y en consecuencia a mí la política me interesa. Y me voy a involucrar siempre en política. Donde haya que involucrarse en política, me voy a involucrar.

Te sientes hoy un cadáver político…
-Mira, nadie es cadáver político. Mientras tengas vida eres un ser político. Candidato a presidente, candidato a senador o por último nada: un intelectual escribiendo libros es también un rol político.

MARCEL PITONISO
Marcel Claude 01

Mañana lanzas un nuevo frente político. ¿De qué se trata?
-Una cosa muy sencilla. Es una fundación. No es más que eso, pero que tiene como todas las cosas de la vida un sentido político de percibir que en Chile hay un grupo importante de personas que quieren cambiar este país.

¿Quiénes te están apoyando en la Fundación?
-Los que armamos esta fundación somos cuatro o cinco personas que hemos ido confluyendo.

¿Y vienen de algún partido?
-No, han estado vinculados a lo que se fue constituyendo en este movimiento “Todos a La Moneda”. Lo que voy a hacer es convocar, invitar, motivar a que en Chile se constituya un frente político amplio, porque Chile no necesita candidatos.

¿Por qué no los necesitamos?
-Estamos en la hoguera de las vanidades: el señor Piñera, Lagos apareció de nuevo, Tarud también dijo que todo el mundo en la calle le pedía que fuera candidato, MEO, Parisi también ha mandado mensajitos, la hija de Salvador Allende también dice que le piden que sea candidata. Chile necesita cambios políticos, pero no vienen porque tengamos un candidato, sino por una orgánica política, un poder político, capaz de enfrentarlos. Y en Chile hay mucha gente que quiere terminar con las AFP y el negocio de la salud, una asamblea constituyente, una nueva Constitución democrática verdadera, nacionalizar el cobre y todos los recursos naturales. Yo he luchado con esa gente, a lo largo de 30 años, por esos objetivos, pero falta que toda esa gente se reúna en torno a este proyecto.

Tú vendrías siendo la cabeza de este proyecto…
-No soy la cabeza ni el jefe, simplemente voy a promover esto. De alguna manera haber sido candidato me pone en una posición en donde puedo ir a conversar con mucha gente para decirle: “Mira, esta cuestión es importante”. Me interesa que eso se constituya, porque Chile nunca va a lograr superar la herencia de la dictadura, si no logramos en torno a estos objetivos constituir un gran referente político que pueda finalmente terminar con el duopolio, con este servilismo de la clase política al poder empresarial, porque esto de los camioneros el otro día fue una clara demostración de la sumisión que tiene la clase política y el gobierno de la señora Bachelet frente a los poderes económicos.

La derecha cree que estamos casi como en la UP…
-La derecha se quiere salvar, porque está derrotada por todos sus escándalos de corrupción, por amparar la violación de los DDHH, por esta completa disociación entre la moral pública y sus comportamientos privados. ¿Y cómo se salvan? Como lo hacen todos los sinvergüenzas: tú eres culpable, entonces levantan esta cosa del problema de la Araucanía, los caceroleos, la delincuencia, que son los grandes temas de la derecha, y arman todo un circo, con el apoyo de los medios de comunicación.

¿Y qué piensas del rol que ha tenido la DC, específicamente con Burgos en La Moneda?
-La DC, como el PC, es un partido instrumental simplemente. Estos partidos han traicionado el sentir profundo de su ser. Acá la política se convirtió en un espacio de desarrollo y enriquecimiento personal. Ellos son parte del statu quo. Porque, como lo dije el año 2012, SQM financiaba a todos los partidos. No es que yo haya sido adivino ni pitoniso, pero se sabía todo este escándalo de corrupción. A los que nos interesa la política, sabemos que todos los candidatos son financiados por las grandes empresas. Esa política tiene que cambiar, pero la única forma es que los chilenos entiendan que la política es una cuestión central y que tienen que constituirse en actores políticos, en un referente con una sola candidatura, una sola lista y un solo proyecto.

¿Eres de la idea de ir a primarias?
-Sí. Pero no me gusta el nombre de primarias, porque es un invento de los yanquis, reproducido sumisamente por la clase política chilena. Si este movimiento se constituye en un gran referente que presente lista, los candidatos tienen que ser elegidos por su trayectoria e historia y en un proceso democrático.

Si MEO fuera el candidato de la Nueva Mayoría, ¿lo apoyarías?
-Es como que si me dijeras que mañana va a venir una nave espacial y me va a llevar a Plutón. No hay ninguna nave que llegue a Plutón, MEO no es un candidato de izquierda, MEO es un candidato de derecha financiado por SQM, Penta y los grupos económicos. Ningún candidato financiado por los grupos económicos es un candidato de izquierda.

¿Qué te parece el regreso de Lagos?
-Bueno, es un salvador. Si alguien necesita ser salvado hoy día son los bancos, las AFP, las multinacionales, porque cada día hay más conciencia de que hay que nacionalizar el cobre, terminar con las AFP, regular al banco, nacionalizar el agua, tener una AC, ¿quién más que Ricardo Lagos puede salvar ese modelo? Él es el salvador por excelencia de la derecha, que está destruida. O sea si la derecha quiere gobernar, Lagos tiene que ser su candidato, porque es un hombre de derecha, que se entregó de cuerpo y alma al empresariado. Yo lo tengo en un libro que escribí, El retorno de Fausto.

¿Por qué comparas a Lagos con Fausto?
-Fausto es la figura de Goethe, del doctor que renuncia a su historia, a sus compromisos, a sus principios y vende su alma al diablo y eso es lo que hizo Ricardo Lagos. Vendió su alma al empresario, que son en Chile la encarnación satánica de los poderes oscuros del infinito infierno.

Otro que se anda candidateando es Ignacio Walker.
-Tarud, Walker, Isabel Allende, Lagos: todos dicen lo mismo: “En la calle me dicen y me paran para que sea candidato”. Pero nunca andan en la calle. Acá lo que se está tratando de hacer es salvar la situación de poder que tiene la clase política hoy día, para seguir instalados ahí, pero para eso necesitan encontrar por lo menos dos millones de personas que sigan creyendo en ellos y asegurarse esa permanencia.

¿La Nueva Mayoría está condenada al fracaso?
-Bueno, yo creo que MEO es la única alternativa que tiene para salvarse ese sector menos de derecha. Lo que pasa es que la Nueva Mayoría es una coalición de derecha, no hay que equivocarse con eso.

MARCEL CANDIDATO

No sé si has puesto tu nombre en Google. La segunda opción dice “Marcel Claude es chanta”.
-No lo he visto. Pero cuando tú llenas el Caupolicán, y el PC hace mucho que no lo llena, les preocupa.

O sea, ¿crees que ese comentario viene del Partido Comunista?
-Viene de sectores de la Concertación, claramente. Porque los ataqué duramente, y esperaría que me contrarrestaran de la misma manera. A toda esa gente que dice que soy chanta, le digo, que me lo demuestren. A todos los que he atacado ha sido con documentos, argumentos, cifras, pero ellos la única respuesta que han tenido es la desacreditación, la deshonra. Porque cuando el ignorante, el estúpido, no tiene argumentos, recurre a la degradación. Yo, por lo menos, preparé esta entrevista.

¿Por qué crees que Marcel Claude genera tantos anticuerpos?
-Por lo mismo, no es solo Marcel Claude. Fidel Castro, Martin Luther King, Mandela, todas esas figuras. O sea, si ves lo que dicen de Fidel Castro o Salvador Allende, de gente que con esta mente, se propone y ha hecho un trabajo determinado con la voluntad y sigue su camino, la van a odiar y la van a amar. Pero no es problema mío, es de la gente que me odia.

En Facebook te preguntaron si volverías a ser candidato presidencial y respondiste que sí.
-Sí, pero todo dependerá de que tengamos esta plataforma política y una capacidad real de competir en el proceso electoral y tomar el poder. Yo seré candidato, de la misma manera como fui anteriormente, si efectivamente corresponde que lo sea y si efectivamente es una posibilidad. Pero si hay que ser candidato, lo seré, pero no tiene que ver con mi interés personal.

En tu candidatura te apoyaron muchos movimientos sociales, pero al final de la campaña te quitaron el apoyo.
-Que yo sepa, los únicos que me quitaron el apoyo fueron los humanistas, la izquierda unida, que hoy día es derecha unida, porque están trabajando con un diputado ex RN, Gaspar Rivas.

Ellos sienten que los defraudaste.
-¿Qué puedo decir de eso? Se dieron cuenta que los defraudé después de la candidatura, no antes.

Te trataron de caudillista.
-Era yo el que les decía que quería que en la mesa política estuvieran todas las organizaciones habidas y por haber, eran ellos (los humanistas y los izquierda unida) los que le cerraban la puerta a todo aquel que quería entrar. La cantidad de personas que después de la candidatura me dijo “mira, nosotros quisimos ser parte de esto y no nos dejaron entrar”. O sea, ¿Caudillista yo? Es ridículo. Los humanistas deberían por lo menos agradecer que les pinté la sede de su partido, porque ahora está pintadita y arregladita.

Entonces, por lo que me dices, no descartas ser candidato para el 2018.
-No es que lo descarte o no. Lo que quiero es cambiar Chile. Y te voy a decir algo: tiene sus cosas bonitas ser candidato y sus miserias, sus grandes miserias.

¿Cuáles son las grandes miserias?
-Bueno, la traición. El que estés recibiendo insultos, descalificaciones, que te metan en la farándula, una de las cosas más miserables.

Pero te vimos hasta tocando guitarra en la tele…
-Eso no lo hice por farándula. No canté ninguna canción farandulera, todas las canciones que canté fueron canciones que tenían sentido y razón política: “El Pueblo Unido”, “No se trata de cambiar un presidente”, “la poesía tiene sentido y razón”. Porque también la política son emociones, son sentires y la música ayuda mucho a eso.

¿Pero eso no es prestarse para el show? Golborne lo hizo también.
-Bueno, Chávez lo hacía, Rafael Correa lo hace. Me parece que es parte del trabajo político. Yo llegaba a una plaza después del discurso, venían los grupos musicales, tocaba la guitarra con ellos, cantaba y se producía una cosa súper especial. En Concepción cantamos una noche entera, en una peña que se hizo.

Pero el pueblo no necesita políticos cantantes.
-Un pueblo necesita cantar, un pueblo necesita emocionarse, un pueblo necesita trascender de su cotidianidad dura y difícil. La música es un gran mecanismo.

¿Por qué el pueblo no escuchó tu llamado en las elecciones?
-No lo escuchó, así de simple…

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