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Opinión

8 de Septiembre de 2015

La estrategia conservadora para frenar las reformas

La derecha chilena es de un extremismo decimonónico. Actúan como dueños de fundo. Tú hablas con cualquier empresario europeo y se espanta. Ellos alientan la sindicalización, porque así negocian pensando en el país. ¿Por qué allá han tenido buena educación gratuita desde siempre? Porque no están pensando en el dominio de clase: están pensando en que, en el futuro de la empresa, la inteligencia es valor agregado.

Alejandro Goic
Alejandro Goic
Por

Segunda marcha por la educación

*

Leí un libro de Albert Hirschman, economista y politólogo, que habla de las retóricas de la reacción y sorprende porque parece estar escrito para la situación política actual chilena. El análisis va desde la Revolución Francesa: en los últimos 200 años, los conservadores han usado exactamente las mismas retóricas contra cualquier reforma o cambio progresivo y democrático. La primera es la de la perversión, que dice que cualquier cambio va a tener el efecto contrario a lo que proclama. La otra es del peligro, que pone en jaque cosas sustanciales del establishment. La última es la de la futilidad, que nada de lo esencial cambia. Los mismos argumentos que hoy se dan contra las reformas planteadas por la Presidenta: que son catalizadoras que van a generar caos.
Lo han llevado al extremo. Es tanto el delirio de generar una percepción caótica, de desgobierno, que lo llaman Estado fallido. Es peligrosa la estrategia que está jugando la derecha, y han hecho eco la Nueva Mayoría, los dirigentes, la prensa: darle como bombo en fiesta a Bachelet, a base de un tinglado completamente armado y premeditado, con fines políticos. Quieren generar una sensación que recuerde la crisis institucional previa al Golpe Militar.

Como diría Marx: la historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. Ahora como un remedo burdo de lo que fue. Es peligroso, pero no va a funcionar. Yo a los agoreros apocalípticos de la Nueva Mayoría y de la oposición les digo: va a salir bien parada la Presidenta. No con el programa total, imposible por diferencias dentro del sector, pero además por la oposición de la derecha, que está un poquito impotente y tiene que tomar viagra.

Hay que verlo así: son los mismos que intentaron exterminar a la izquierda chilena y a los demócratas, imponer a sangre y fuego su modelo neoliberal. Cómo no van a ser capaces de generar una crisis de tal envergadura si lo que está en juego es ese paradigma. Su último instrumento es la retórica: esto es el caos, es el fin. Además hablamos de reformas dentro del sistema capitalista, casi una modernización de las instituciones, de otorgarle mínimos derechos a los trabajadores, que son el factor principal en la creación de riquezas. La gran pichula de la dictadura es la idea de que el empresario es el héroe social. Eso es mentira: en esa dupla, el trabajo es lo esencial.

La derecha chilena es de un extremismo decimonónico. Actúan como dueños de fundo. Tú hablas con cualquier empresario europeo y se espanta. Ellos alientan la sindicalización, porque así negocian pensando en el país. ¿Por qué allá han tenido buena educación gratuita desde siempre? Porque no están pensando en el dominio de clase: están pensando en que, en el futuro de la empresa, la inteligencia es valor agregado.

Y creo también que los medios deberían parar el hueveo. Se han ensañado de forma perversa con la Presidenta. Está bien, la obra está mala, pero ella no es la única actriz. Y la infamia que leí en El Mostrador, lo digo: ese es un hijo de puta, que le ofrezco combos cuando quiera y donde quiera. Yo soy a la antigua: cuando quiera estoy disponible, porque lo encuentro completamente infame.
La crisis económica es un fenómeno mundial. El precio del cobre no se controla desde el ministerio de Hacienda. No sean frescos de raja. Dentro de una situación internacional compleja, Chile está relativamente bien parado. Pongo mis cocos en notaría, que pasado este momento las cosas se van a afirmar. No veo un futuro aciago como los que están presagiando un destino para el Gobierno. Estuve mucho tiempo en política y las cosas son pendulares. Vi a los que partieron a la lucha armada, pasar al aprecio de la vía neoliberal. Pasaron de revolucionarios que escupían balas, pólvora y prometían el infierno a la burguesía, a empresarios multimillonarios. Lo he visto todo.
Me declaro bacheletista. Ella tiene que llevar adelante lo que es: una mujer de izquierda, que está con los trabajadores y que debe protegerlos socialmente. A la gente frágil y desvalida que no tiene poder, a los ciudadanos más débiles, pero también a las capas medias, que lo está haciendo. Tiene que seguir adelante con sus reformas. Y creo que lo va a hacer.

*Actor.

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