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Deportes

15 de Octubre de 2015

El columnista peruano que no se cansa de alabar a Chile con artículos cargados de poesía

"Los vecinos viven en perenne festejo, con sus pasaportes repletos de sellos y nosotros allí tristes, estancados en el purgatorio de los eliminados eternos, mirando hacia el suelo y dando vueltas por los corredores del Estadio Nacional", escribió Pedro Canelo, quien ya había alabado a la Roja tras el debut en clasificatorias con triunfo por 2-0 sobre Brasil.

Por

rojas

Pedro Canelo tal vez sea de los pocos peruanos que públicamente se ha atrevido a destacar o más bien alabar a la selección chilena, no sólo por un situación puntual como fue el triunfo ante los del Rímac en Lima el martes pasado, sino por lo que se viene haciendo desde hace ya ocho años, primero de la mano de Marcelo Bielsa y ahora de su coterráneo Jorge Sampaoli.

Después de la victoria de la Roja por 2-0 sobre Brasil, Canelo había destacado el poderío de la oncena del casildense, advirtiendo de paso que la brega que se avecinaba sería de trámite complejo para su país. Este jueves, en una columna en el diario El Comercio titulada “Clásico es envidiarte”, el periodista no hace más que confirmar su planteamiento, analizando el asunto que para muchos tiene ribetes de conflicto bélico con una mirada de altura, cuando los ánimos están más calmos y la sangre que hervía dio paso a la cordura de la razón, a la perspectiva con que se miran los hechos a la distancia.

“La vida es eso que te sucede mientras Chile va a un Mundial y Perú no”, parte escribiendo Canelo, como parafraseando a Lennon cuando en la canción “Beautiful Boy”, que escribió para su hijo Sean, dice “Life is what happens while you are busy making other plans” (la vida es eso que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes).

“Hemos despedido a trece técnicos de selección desde 1997. En ese mismo tiempo los sureños han clasificado a tres Copas del Mundo. Botamos entrenadores, cuestionamos dirigentes, ampayamos futbolistas y, mientras tanto, ellos viajaron a Francia 98, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Los vecinos viven en perenne festejo, con sus pasaportes repletos de sellos y nosotros allí tristes, estancados en el purgatorio de los eliminados eternos, mirando hacia el suelo y dando vueltas por los corredores del Estadio Nacional”, afirma Canelo en su editorial.

En su opinión, “cada derrota de una selección peruana nos viste con un inoportuno traje de detective. Cual Sherlock Holmes futbolero, repetimos videos en el más doloroso de los automatismos para encontrar culpables (…) En paralelo, a solo cuatro mil kilómetros, Chile agasajaba a sus técnicos con largos contratos (Nelson Acosta estuvo cinco años y Bielsa cuatro) y adoptó un estilo de juego. No fueron perfectos, pero se equivocaron menos y no repitieron el error. Aprendieron”.

A ya casi 48 horas del 4-3 que le propinó la Roja a Perú en el apretado duelo en Lima, apunta que “de todo lo manifestado en caliente y en frío, una verdad que debemos escribir en paneles gigantes la ha escrito el arquero Claudio Bravo en sus redes sociales: “Para llegar a un Mundial hay que hablar menos y actuar más”. Toma, Perú (y sóbate). Lo dice un jugador que estuvo en Sudáfrica y hace poco en Brasil. Dedicado para los que quieren revivir la Batalla de Arica en cada partido con Chile, para los que gritaron afuera del hotel y durante los himnos pero que se entregaron al mutis cada vez que Eduardo Vargas llegaba con el balón al área de Gallese. Antes de alistar tomates para la próxima visita del capitán chileno, mejor escuchemos el consejo. Bravo, Claudio”.

“En este clásico del Pacífico el compadre exitoso es Chile. Medallistas olímpicos, campeones de la Copa América, solo uno de sus jugadores (Arturo Vidal) puede valer más que todo el once titular de Perú. Medirnos y compararnos con ellos es un ejercicio innecesario de autocompasión. Ya sabemos que en el fútbol ellos son mejores y que unos ladridos en la tribuna de un estadio no harán nunca que un balón entre al arco rival”, cierra.

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