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Mundo

24 de Octubre de 2015

El Sínodo del Vaticano aprueba el documento final que incluye la apertura a divorciados

Los 265 padres sinodales, los cardenales y obispos con derecho a voto aprobaron, como aparece en el punto 84 del documento final, que los divorciados y casados en segundas nupcias "no sólo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia sintiéndola como una madre que les acoge".

Por

Sínodo Vaticano

Los participantes del Sínodo de la familia aprobaron hoy por mayoría de dos tercios los 94 puntos de su documento final, que abre la vía a estudiar caso por caso el acceso a los sacramentos de los divorciados que se han vuelto a casar.

En 3 de esos 94 puntos -los que más votos negativos tuvieron- se aborda esta cuestión y se explica que los “bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar deben ser más integrados en las comunidades cristianas de las diferentes maneras posibles, pero evitando en cualquier caso causar escándalo”.

También se invita a utilizar al respecto el método del “discernimiento”, la valoración caso por caso, por parte de los sacerdotes durante la confesión.

Los padres sinodales aseguran que, para la comunidad cristiana, “hacerse cargo de estar personas no es una debilidad de la propia fe o de la indisolubilidad del matrimonio, sino que así la Iglesia expresa su caridad”.

En el punto 85, el que más votos en contra tuvo (80 frente a 178 a favor), se recuerda que Juan Pablo II (en su exhortación apostólica “Familiaris consortio” de 1981) ya ofreció el criterio de la valoración caso por caso de los divorciados católicos y vueltos a casar para su acceso a los sacramentos, como la eucaristía.

“Es por tanto deber de los presbíteros acompañar a las personas en el camino del discernimiento, según las enseñanzas de la Iglesia y las orientaciones del obispo”, se apunta.

Se estudiarán los casos y otras circunstancias como el comportamiento hacia los hijos durante el divorcio, si ha habido intentos de reconciliación, la situación del otro cónyuge y las consecuencias de la nueva relación para el resto de la familia, entre otras.

El documento añade que “el coloquio con el sacerdote, en foro interno (en confesión), sirve a la formación de un juicio correcto de lo que obstaculiza la posibilidad de una plena participación en la vida de la Iglesia (del divorciado) y sobre los pasos para favorecerla y hacerla crecer”.

El texto incluye, por ejemplo, la necesidad de que “sea mejorada la catequesis prematrimonial” para evitar los divorcios.

Pide que la Iglesia dé apoyo a las parejas, jóvenes y adolescentes en el tema de la “sexualidad”, al considerar que “la familia, aunque es el lugar pedagógico principal, no puede ser el único lugar en el que se aborde la educación sexual”.

En el documento también se reitera la atención a casos de violencia familiar y, sobre todo, “promover la protección de los menores del abuso sexual”.

“La Iglesia reitera su tolerancia cero en estos casos” y el “acompañamiento de las familias”, afirma al respecto.

Los obispos indican que entregan este documento al papa Francisco y que esperan que éste sirva para que él escriba un documento sobre el tema.

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