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Nacional

26 de Octubre de 2015

Oftalmólogo Carlos Schiappacasse analiza su “torpe” agresión: “Tengo que manejar la impulsividad”

Hace un par de semanas el médico fue grabado atacando a una asesora del hogar y a una perrita lazarillo al interior de un ascensor en Valparaíso. El hecho le valió recibir una lluvia de críticas por parte de todo el mundo. Hoy habló en profundidad de un montón de cosas, entre ellas que su consulta bajó en un 80% y que "me demoré 20 años en construir mi carrera y en un segundo se destruyó".

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El médico oftalmólogo Carlos Schiappacasse aún no supera las consecuencias que dejó su agresión a una asesora del hogar y a un perro lazarillo al interior de un ascensor en Valparaíso.

Y es que tras la masacre que recibió por redes sociales debido a su impresentable actuar, le profesional confesó que sus consultas cayeron en un 80%. Todo debido a un acto “torpe”, afirmó.

En entrevista con el diario La Tercera, Schiappacasse reveló que se encuentra en una terapia sicológica para manejar mejor su “mal carácter”: “Si bien soy mal genio, nunca he sido así de agresivo. Tuve un descontrol, fue irracional y me di cuenta, porque el mismo día ofrecí disculpas”.

Al ser consultado por la denuncia que recibió por parte de una paciente discapacitada, precisó que aquello “es distinto. Lo que pasó con esa niña es que mis equipos no permitían atenderla, no era porque no quería. Pero sí influyó mi carácter, me faltó empatía, ser más cuidadoso en la manera de decírselo, yo pude haber hecho el contacto con otro colega, me faltaron detalles para que ella no se sintiera mal”.

En otros pasajes de la conversación con el matutino, el oftalmólogo contó que el viaje que realizó a Miami tras el cagazo en el ascensor “estaba programado desde hace tiempo, era mi décimo aniversario de matrimonio, ese sábado fue mi cumpleaños, pero llegando allá supe lo que estaba pasando, por los improperios y amenazas en redes sociales. De celebración no tuve nada, me devolví antes, no lo pasamos bien”.

Fuera de todo eso, Schiappacasse aseguró que el momento más terrible que dejó este hecho fue “cuando el Sename anunció una investigación para ver la situación sicológica de mis hijas. Se me apretó el estómago, me descompensé. Cuando volvimos una de mis hijas me contó que vio el video”.

Así que ante tal afirmación no le quedó otra que contarle a la pequeña que “le dije que la señora Patricia (la asesora) no me había perdonado por lo que hice, y que estaba haciendo cosas para tratar de revertir la situación, como apadrinar perritos y atender a asesoras de casa sin costo”.

Sobre el video el hombre confesó que ha visto más de 30 veces la grabación y que al fin de cuentas “me da pena, porque me veo haciendo algo que no está bien. No me reconozco, yo no soy así. Por querer proteger a mi hija, que gritó cuando vio al perrito, me porté mal. Se me mezcló miedo, impotencia y frustración de no controlar a mi hija. Me puse muy nervioso. Me di cuenta también que a ella la tenemos que tratar para superar su fobia”.

Pese a todo precisó que no considera que haya discriminado a la asesora del hogar ni a la perrita, ya que “en ningún momento le dije que se bajara ni que no era su lugar. Mi problema fue con el perrito que estaba sin bozal y me asusté. Si hubiera sido un vecino habría reaccionado igual”.

Añadió que su trato hacia la mascota fue “totalmente” injusto, y “no sólo lo traté mal a él, sino que me di cuenta, con todos los twitter, que había dañado a quienes quieren a los animales; por eso es que ahora soy padrino de una casa de acogida de perritos, asegurándoles comida mensual”.

Su lado profesional

Sobre su pega de médico oftalmólogo, Schiappacasse lamentó que “me demoré 20 años en construir mi carrera y en un segundo se destruyó… manché la imagen que la gente tiene del médico y de los oftalmólogos”.

Agregó que “el primer martes que volví a trabajar tenía un 80% de las consultas canceladas, incluso cirugías Auge. El linchamiento virtual no es menos doloroso que el legal, porque mi actitud pasó a ser más importante que lo profesional. Espero que de a poco pueda revertirlo. Estoy trabajando en eso. Tengo sensibilidad social, sólo que tengo que manejar la impulsividad, pero no soy una mala persona”.

En esa línea reflexionó que “me di cuenta de mi error, me arrepentí y consideré hacer algo más. Somos cerca de 100 especialistas en la zona y soy el único que opera en hospital público, así es que buscaré bajar lista de espera de cirugías no Auge. Hay gente que espera desde 2011. Trabajaré todos los lunes en ello”.

Sobre la lluvia de puteadas y críticas que recibió por Twitter o Facebook manifestó que “nunca imaginé el poder de las redes sociales, pero es la realidad y hay que aceptarlo. Ahora uno no puede cometer errores, nadie perdona y hay que asumirlo. Sólo que no me parece que se enjuicie a mi señora, hijas y cercanos”.

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