Columna: Jorge González superstar

Hace pocas semanas en la revista El Sábado la periodista Gabriela García escribió una crónica sobre el último concierto de Jorge González. Un texto brillante. Más que una crónica sobre su último recital en la localidad de Nacimiento, era una crónica de lo que es y ha sido González. Un tipo talentoso, incontrolable, obcecado y con una fuerza mental y física que ya quisiera uno.

Mientras muchos soñábamos cuando chicos con una banda de rock, Jorge González ya la había formado, escribía canciones y componía. Desafinado como siempre, con esos colores medios punk de su puesta en escena, de su estatus en el escenario. Todo acompañado de músicos menores, pero funcionales para su proyecto. Pese a la gravedad de lo que le pasó, un accidente cerebrovascular, la crónica hacía y hace imposible pensar que el vocalista de Los Prisioneros se apagará.

En el texto estaba retratado González a la perfección. Con fuentes directas, con sus cercanos, con todos los que ese día tuvieron la oportunidad de estar con él antes de que pasara lo que ya sabemos. González se sentía mal, estaba abrumado. Pero su amor por el escenario le impidió detenerse ese día. Gonzalo Yáñez, su guitarrista y amigo, lo explicaba. Si alguien creía que podía decirle a González que parara, que fuera al médico, se trataba de alguien que no lo conocía.

Cuando le ocurrió su accidente cerebrovascular, me acordé de la escritora chilena Eugenia Echeverría. De esa enfermedad de mierda e injusta que la atacó sin piedad en sus últimos años en un barrio de Ñuñoa de clase media. Me acordé porque Eugenia en sus últimos días dictó un libro de poemas, siguió creando, postrada en una cama y conectada a un tanque de oxígeno. Estaba tan débil físicamente que por las noches se ahogaba y apenas sonreía. Pero le gustaba recibir visitas, se alegraba mucho cuando el poeta Mauricio Redolés pasaba una tarde en su hogar mexicano. Gozaba cuando le recitaban textos, le leían cuentos y un par de amigos tocaban piano en el living de su casa. Cuando leí la historia de Gabriela García me emocioné tanto como ahora cuando escucho el homenaje de FE en youtube. Jorge González no sólo es un genio musical, en la crónica de Gabriela había un personaje que yo, al menos, no conocía. No el Jorge González malhumorado y testarudo que mostramos los medios de comunicación. Había otro González, era un retrato de un apasionado, alguien que amaba subir a un escenario, con toda esa rabia que le conocemos, con un infarto que fantaseaba aniquilarlo. Con la crónica me acordé cuando le hablaba a los “curitas” en horario prime en el Festival de Viña del Mar en Canal 13, en tiempos en que nadie se hubiese atrevido. No existían los valientes de twitter que hoy hacen gárgaras en columnas de diarios.

A mí ese González nunca me molestó. Es y siempre ha sido un provocador, un gran polemista. Un artista que se metió en la electrónica cuando nadie lo hacía, que tocó cumbias, que se convirtió en DJ, que ha hecho lo que ha querido con su bajo. Registros como el de FE deberían multiplicarse por montones, ojalá hagan mil homenajes en su nombre y conciertos y escuchemos a Jorge González hasta la eternidad. A todos nos viene bien un poco de rabia, de música y de show.

Video: El próximo 27 de noviembre se realizará “Nada es para siempre”, concierto homenaje y retorno a los escenarios del ex líder de Los Prisioneros, Jorge González. Y para adelantar este evento, unieron las voces de Álvaro Henríquez, Roberto Marquez de Illapu, Gepe, Gonzalo Yáñez, Javiera Mena, Pedropiedra y los músicos de Jorge, en un cover de “Fe”.