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Poder

5 de Noviembre de 2015

La respuesta de Carlos Larraín a la abogada que tildó de infantil su defensa de Matte

"Debo contestar a Marta Salazar porque me ha dejado muy mal: como un crío soviético que usa argumentos tomistas para justificar la colusión monopolística", escribe el exsenador y expresidente de RN, hoy alejado de la contingencia política.

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Carlos Larraín 01

Una discusión dialéctica, del mismo que un jugador de fuste desafía ‘tus mil y mil más’, se armó tras la carta que el expresidente de RN, Carlos Larraín Peña, escribió el martes pasado en el Mercurio defendiendo la actitud “decente y humilde” de Eliodoro Matte al pedir perdón por la colusión en que participó la papelera de su familia en complicidad con SCA Chile.

Ayer, la abogada Marta Salazar, a través del mismo diario tildó de infantil el argumento esgrimido por Larraín, expresando textualmente que “me sorprende la carta de Carlos Larraín. Me sorprende porque recurre a la infantil retórica que los norteamericanos llaman del “what about”. Esta retórica fue usada abundantemente por la propaganda soviética durante los años de la Guerra Fría, y consistía en que siempre que se expresaba una crítica a una conducta soviética, sus defensores, en vez de responder a esa situación concreta, formulaban una contracrítica sobre algún otro problema existente en los EE.UU., sin referirse al problema concreto de que se trata”.

La tesis de la jurista recibió este jueves la réplica del aludido, quien contraatacó con una antítesis ocupando el espacio del mismo medio de circulación nacional.

“Debo contestar a Marta Salazar porque me ha dejado muy mal: como un crío soviético que usa argumentos tomistas para justificar la colusión monopolística. Demasiado oprobio para un alma simple que solo ponderó la reacción viril y decente de Eliodoro Matte ante una conducta ilegal”, responde Larraín Peña, quien agrega que “a la vez hice una extrapolación con lo que está ocurriendo en el conjunto de nuestra sociedad: quienes más censuran y piden sanciones (antes que actúe la justicia) son los propios que están estructurando, paso a paso, una dictadura económica y administrativa. Estos han hecho del tissue el gran confort del Gobierno”.

El exalcalde también asegura que “no defiendo ninguna colusión, pero no me sumo a linchamientos glandulares y pienso que más grave que conductas aisladas es ser cómplice en la gestación de un ambiente parecido al que exaltaba la quema de las viudas en ciertas culturas. Los parientes debían aportar madera para la “ceremonia”, y si era sándalo, mejor. Todo lo que se aborda desde la asociatividad privada viene tarado por la codicia. Todo lo que aborda el Estado viene cubierto por el manto de la inmunidad”.

Finalmente, y para tratar de cerrar el intercambio epistolar de manera académica, Larraín Peña lanza un apotegma, “en latín escolar” como él dice: Quare fremuerunt gentes et populi meditati sunt inania?

Para quienes no dominan el latín escolar propuesto por el extimonel del partido socio de la UDI les dejamos la traducción: “¿Por qué se amotinaron las gentes y los pueblos tramaron cosas vanas?”

 

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