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Nacional

4 de Diciembre de 2015

Demre y polémica con comunidad judía: función de la PSU “no es impartir el bien universal ni la justicia”

A pesar de disculparse con la comunidad, frente al reclamo de una pregunta en la última PSU de Historia, la directora del Demre, María Leonor Varas, dice que hay que aprovechar el conflicto para abrir un debate sobre cómo abordar problemas de este tipo con otros grupos que no tienen las redes ni pueden ejercer presión como los reclamantes. "¿Cómo abordamos la Guerra del Pacífico con escolares migrantes peruanos y bolivianos en nuestras salas?", dice.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
Por

PSU 2013

“Nuestra obligación es evaluar con la mayor precisión posible aquellas habilidades y conocimiento que predicen un buen comportamiento exitoso en la educación superior. Esa es nuestra tarea. No es impartir el bien universal ni la justicia en otros ámbitos”. Esa fue la respuesta a The Clinic Online de la directora del Demre, María Leonor Varas, ante la polémica generada por una pregunta incluida en la PSU de Historia, Geografía y Ciencias Sociales 2015, en que se aludía a la “ocupación” israelí en territorio de Palestina.

Tras los llamados y visitas de diversos académicos, diputados y abogados destacados de la plaza rechazando la pregunta aplicada en la prueba del pasado martes, el organismo que ella dirige se excusó públicamente con la comunidad judía, pero señaló que el contenido de la pregunta estaba ajustado al currículo escolar vigente y que los mapas que ocasionaron esa vulneración están disponibles en los mismos textos escolares ocupados en enseñanza media.

Disculpas que, según el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, servirá como oportunidad para revisar esos contenidos y su forma de preguntarlos, pero que además reveló la presión que genera la comunidad judía cuando ve lesionados sus intereses.

La presión de la comunidad judía

La historia partió el martes en la noche con una publicación en facebook de Raimundo Hinzpeter, hijo del exministro del Interior de Sebastián Piñera, Rodrigo Hinzpeter. Tras la “denuncia”, la Comunidad Judía de Chile activó sus redes y comenzó a pedir explicaciones a los supuestos responsables.

El miércoles en la mañana, pocas horas después que aterrizara su vuelo desde Auckland, la ministra de Educación Adriana Delpiano, recibió a los diputados Gabriel Silber y Daniel Farcas en su oficina del Ministerio de Educación.

Los parlamentarios llegaron a pedir explicaciones por la “lesión” que provocaba el contenido de la pregunta, pero se encontraron con un problema: el Mineduc no era responsable del proceso ni de la elaboración de la PSU, sino que esto radicaba directamente en el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre), dependiente de la Universidad de Chile.

Ante esta situación, la ministra Delpiano -de todas formas- se comprometió a interceder en el tema y pidió que se le informara sobre esta situación. El miércoles en la tarde recibió una minuta con la explicación del problema, donde se explicaba que la pregunta que rondaba en los medios no era exacta y que esta ni siquiera iba a ser considerada para calcular el puntaje de esa prueba.

En efecto, tal como explicó el Demre ayer a través de una declaración pública, la prueba de Historia, Geografía y Ciencias Sociales se compone de 80 preguntas, pero cinco de ellas son preguntas de “pilotaje”, de carácter experimental, lo que significa que no es parte de las preguntas que sí son ocupadas para calcular el puntaje.

“La pregunta de todas maneras no iba a contribuir con puntaje”, dijo Vivaldi ayer en una actividad de la Universidad de Chile, donde también reconoció haber conversado “reiteradamente” con representantes de la comunidad por esta situación.

Eso, a pesar de que el mismo miércoles el reclamo formal de la comunidad judía no había ingresado por los canales formales de impugnación que procesa el Demre.

De todas formas, en el órgano técnico que aplica la PSU se dedicaron a contestar. Lo hicieron con los representantes de la comunidad judía y con algunos académicos y otras personas que reclamaron por el hecho. Ayer, finalmente, unas horas antes de hacer pública la declaración a los medios, se la hicieron llegar a la comunidad y les aseguraron que la pregunta no sería liberada, justamente para no seguir provocando un problema a quienes pudieran sentirse afectados.

“Nosotros decidimos que sea nunca porque si a esas personas les dijimos ‘disculpas, era difícil preguntar, pero no quisimos ofenderlos’. Así, una de las cosas que más le preocupaba es que casi 300 mil personas vieron esos mapas, que son mapas que, por cierto, también están en textos escolares. Pero que a ellos les resultaron muy ofensivos. Entonces, ¿cómo después de pedir disculpas los vamos a revelar a todo Chile? No corresponde. El primer motivo para retener la pregunta fue el comité, pero después fue eso”, explica Varas.

Aún así, la directora del Demre aprovechó de abrir un debate respecto a estos temas: ¿Cómo se abordan los conflictos actuales en pruebas y textos escolares, sin herir susceptibilidades en algunas comunidades? ¿Cómo se hace con comunidades más vulnerables, que no siempre actúan con redes para poder instalar sus reclamos?

Sesgo y pertinencia

Según Varas, hay grupos que no tienen la red de contactos que posee la comunidad judía y que podrían reclamar por la forma de enseñar ciertos contenidos. La doctora en Ciencias de la Ingeniería habla de los efectos de pasar la historia de la Guerra del Pacífico con escolares migrantes peruanos y bolivianos, ahondar sobre épocas como la UP y la dictadura de Pinochet en clases, y sobre el sesgo de género que se puede provocar en las salas de clases y en la misma PSU.

“Hay parte de ese curriculum que son más difíciles de preguntar. Por ejemplo, en Historia sobre todo, todas aquellas materias que están relacionadas con conflictos donde hay distintas visiones. Y tenemos que tratar de evitar que en la pregunta alguien se sienta aludido. Eso es muy difícil de hacer. Pero en realidad, al final, nos importa mucho hacerlo no por bondad, sino que porque eso podría alterar la precisión de nuestra medición. Es exclusivamente por eso”, dice.

La académica cuenta que visitaron justamente la nueva Vicerrectoría de Inclusión, Diversidad y Equidad de la Universidad de California, en Los Angeles, para instruirse en el tema. “Son materias donde queremos mejorar nuestra prueba. O sea, no es producto de una presión de un grupo en particular. Pero sí hay que aprovechar que esto puede poner en el tapete algo que es relativamente nuevo y que no todo el mundo está sensibilizado. Probablemente también en el curriculum”, señala.

-¿Eso opera también al pasar historia de la Unidad Popular y la dictadura de Pinochet?

-Sí, en ese tema es más obvio que tenemos preocupación. Pero en estos otros nuevos yo no creo que estemos tan conscientes. Y nosotros teníamos ya esa preocupación. En particular, yo soy mujer y soy matemática, entonces el sesgo de género en ese caso, si es que operan amenazas de estereotipo, podemos tomar medidas muy simples. Al distribuir los alumnos en las salas en las pruebas de matemáticas, tenemos que repartirlos, por ejemplo. Y esto nos mostró que efectivamente un grupo se podía ver perjudicado y este grupo se acercó rápidamente a las autoridades porque están bien instalados en la sociedad chilena.

De todas maneras, dice Varas, la pregunta probablemente no revelará un sesgo, aunque el reclamo ya realizado es una “voz de alerta”.

“Hay montones de otros sectores que no tienen esa capacidad de reacción. Los mapuche, que están en conflicto. O más simple: las mujeres al rendir pruebas de matemáticas. Hay evaluaciones internacionales que muestran que depende del porcentaje de mujeres que hay en una sala, en relación con un porcentaje de hombres, estas pueden verse muy perjudicadas porque opera la presión del estereotipo. Esas son preocupaciones nuestras, las tenemos de mucho antes del reclamo de la comunidad judía”, asegura.

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