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Cultura

22 de Diciembre de 2015

Los Tigres del Norte, reyes del corrido mexicano: “Trump tiene una ideología que quiere bajar a nuestra raza”

Son la banda de rancheras más importante de México y una de las pioneras en popularizar los corridos que cantan a amores bandidos, desamores y uno que otro narco. Con más de veinte discos y cientos de hits como “Contrabando y traición” y “Golpes en el corazón”, los “Jefes de Jefes” –que ahora luchan por no ser tratados como Los Capos del corrido– anduvieron en Chile en una mini gira por Talca, Rancagua y Santiago. Conversamos con los hermanos Hernández, mientras tomaban tecito en el lobby del hotel, sobre rancheras y la realidad mexicana.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

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¿Les gusta Chile?
Jorge Hernández: No más venimos, tocamos y nos vamos. No lo conocemos mucho.

¿Qué nociones de Chile tienen?
J.H.: Nos platican mucho de la parte norte que está pegada a Perú, que es muy desértico, ¿no? Algo así. Pues es interesante, porque también tenemos en nuestro norte de México una parte desértica. Y nos parece muy interesante esta situación geográfica. Y el sur pues, Punta Arenas, allá abajo, el último rinconcito del mundo, vacacionando me tocó conocer por allá.

Muy distinto a México.
J.H.: Sí, bastante. El paisaje y el clima de ustedes es muy diferente a nuestra república mexicana.

¿Les llama la atención que en Chile se escuche tanto corrido?
J.H.: Nuestras historias, nuestros corridos, son las problemáticas que nuestra nación tiene en diferentes zonas. Nos apoderamos mucho de esas historias de cada Estado, cada municipio. Somos como ustedes los periodistas: estamos redactando todo lo que sucede. Lo hacemos como cronistas de la música popular y del género de nosotros.

¿Cómo se nutren de estas historias? ¿Leen periódicos, les mandan cartas?
Luis Hernández: Es lo que pasa día a día en nuestra sociedad, lo que va corriendo la voz. De repente el compositor también llega con cosas que están sucediendo en cierta comunidad o sector de nuestra república, y ahí es donde nosotros vemos si esa historia puede caer dentro del concepto que queremos darle a un disco y también si es digerible para el público. Porque la gente se ve reflejada en nosotros de muchas maneras, entonces también tenemos que ser muy cuidadosos.

¿Cuándo empezaron a ser cronistas de la música?
Hernán Hernández: Empezamos el 68. Y a principios del 73 sacamos un corrido que se llama “Camelia la Tejana”. Se le hacía raro al público porque nadie grababa ese tipo de corridos, pero en México el corrido se ha mantenido desde tiempos de la Revolución, cuando se empezó a escribir sobre lo que acontecía con la política, con los héroes de la Revolución, con Zapata, con Villa. Se empezaron a escribir versos que cantaban los mismos que acompañaban a las tropas de la Revolución. Pero después ha ido evolucionando, pues ahora se vive diferente. Ahora el corrido suele asociarse a la gente que se dedica a ciertas actividades ilícitas, pero el corrido de los Tigres del Norte siempre ha sido más limpio, más objetivo.

Ustedes tienen muy poco de narcocorridos.
H.H.: Nosotros de principio no estábamos de acuerdo con el título de narcocorridos. El fin de los Tigres del Norte es que se tome conciencia de que un corrido no está únicamente ilustrando o enalteciendo a un narcotraficante.

A la gente le debe costar hacer esta distinción.
H.H.: Sí, pues, a raíz de los nuevos intérpretes que están cantando corridos más directos o personalizados para ciertos narcotraficantes. El corrido de los Tigres del Norte no está personificado para alguien. Nuestros corridos son en plural. Le pueden llegar a toda la gente.
J.H.: Cuando en el 73 hacemos “Contrabando y traición”, nuestra primera historia, nunca pensamos que era una historia de narcocorridos. Era una historia de amor. La verdad no estamos muy ligados con esa corriente del corrido actual que canta cosas ficticias. Lo que nosotros hacemos es la historia, pero la historia original, la historia verdadera que ocurre en cada rincón.

LOS MOJADOS Y TRUMP

¿Crecieron escuchando corridos?
H.H.: No, para nada. Escogimos esta música porque la escuchábamos en una radio en la noche que nomás se agarraba desde el sur de Tejas.

Vienen de una familia de peluqueros. ¿Cómo se hicieron músicos?
H.H.: En nuestra familia nuestro abuelo era el que tenía un acordeón, pero en realidad no lo tocaba él, sino unos sobrinos de un primo de él. Y un hermano de mi compadre Óscar también tocaba la guitarra, y así fue como nació el gusanito de la música.

De niños se fueron a Estados Unidos a probar suerte.
J.H.: Sí. Nos salimos del rancho en el año 67 y nos fuimos a Baja California y a Mexicali. Desde Mexicali nos tocó la suerte de ir a Estados Unidos con una caravana a cantar a una prisión de un lugar llamado Soledad, California. Ahí empieza nuestra carrera.

Pero no pensaban quedarse allá…
J H: Íbamos con la misión de dar nuestro trabajo a los presos. No cantábamos todavía historias, sino que canciones populares. Cantábamos en las mesas, en los bares, en los restaurantes. Empezábamos a ver qué canciones eran las más populares y la gente nos pagaba por canción. Ahí es donde vemos el termómetro de qué tema podemos cantar. Y bueno, todo es como una gran suerte, como un gran accidente. Llegamos a una ciudad que se llama San José, California, y nos toca la dicha de conocer a un personaje de Manchester, Inglaterra. Un señor inglés que no hablaba español, y nosotros no hablábamos inglés, entonces nos conocimos. Le gustó lo que hacíamos y nos invitó a grabar. Y de repente salió esta canción que se llama “Contrabando y Traición” y el público nos empezó a conocer.

Tengo entendido que entraron ilegales a Estados Unidos.
J.H.: Entramos no ilegales, sino con un permiso para ir a cantar a la prisión. Y el señor con la caravana que íbamos, nos consiguió pasaportes y nos dieron las visas. Pero la historia es que cuando estábamos en San José, se fueron sin despedir y se llevaron toda nuestra documentación y quedamos como ilegales. Y como A. Walker (el inglés) nos había ofrecido grabar, teníamos que quedarnos. No teníamos otra alternativa y no conocíamos a nadie.

Fueron difíciles los primeros años…
J.H.: Muy difíciles. Por muchos motivos: la legalización, nuestros padres… Añorábamos un montón de cosas. Sobre todo nuestras costumbres mexicanas. No había nada de lo que comíamos. Fue un aprendizaje que hizo que estemos aquí.

De ahí viene su rescate de la voz de los inmigrantes.
H.H.: Una canción para los migrantes también puede ser un corrido. Hay uno que se llama “Vivan los mojados”, una historia de la gente que se va de ilegal a Estados Unidos, que luego se casan y luego hacen los trabajos más difíciles, que los que ya están legales no quieren hacer. Ahí empezamos con canciones que les dieran un aliento, porque de repente un corrido te puede traer recuerdos, te alegra la vida.

Ahora están haciendo un llamado a no votar por Donald Trump
L.H.: Hicimos un llamado a no votar por el racismo, eso es lo importante. Nos referimos a ese personaje porque ha hecho comentarios racistas y porque tiene una ideología que quiere bajar a nuestra raza, a nuestra gente inmigrante en Estados Unidos. Queremos que la gente salga a votar, que haga valer su voto, porque entre las minorías en Estados Unidos la latina es la más grande. Y muchos de esos latinos no salen a votar.

¿Y por qué los gringos apoyan tanto a Trump?
L.H.: Tal vez es el primer personaje que se atreve a decir cosas tan crudas. Nadie había tenido el valor para hacerlo.

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