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Cultura

19 de Enero de 2016

“Aquí no ha pasado nada”: Así es la película basada en el caso de Martín Larraín

En diciembre de 2014 la justicia chilena resolvió absolver a Martín Larraín, hijo del exsenador de RN, Carlos Larraín, por el atropello que terminó con la vida de Hernán Canales Canales en Curanipe. Por esos mismos días, el cineasta Alejandro Fernández Almendras, (Huacho, Matar a un Hombre), decidió hacer una película sobre el caso. Sin un gran presupuesto montó el proyecto en un par de meses y filmó en once días, sin sueldos para buena parte del equipo. Ahora, “Aquí no ha pasado nada”, está a días de competir en Sundance, el festival de cine independiente más importante de Estados Unidos. Aquí, algunos detalles de la producción a estrenarse entre abril y mayo en los cines de nuestro país.

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El cineasta Alejandro Fernández Almendras (Huacho, Matar a un Hombre) está a sólo días de viajar al festival de Sundance para presentar “Aquí no ha pasado nada”, la cinta basada en el caso del fatal atropello de Hernán Canales Canales a manos de Martín Larraín, hijo del exsenador de Renovación Nacional, Carlos Larraín. A partir del 23 de enero tiene programadas cinco funciones en el certamen y compite en la sección ‘World Dramatic’ (drama de cine extranjero) donde su anterior película, ‘Matar un Hombre’, se llevó el premio a mejor cinta el año 2014.

La película no reproduce exactamente el caso de Martín Larraín, sin embargo, está basada en él. El personaje principal es Vicente Maldonado (Agustín Silva), un joven de corta edad que en una noche de juerga viaja en un jeep que termina con la vida de un hombre, en una carretera en el sector de Cachagua y Zapallar. Él no tiene la culpa; el auto es manejado por Manuel Larrea, el “Martín Larraín” de la ficción. Como el joven de la realidad también es hijo de un senador y mantiene sus iniciales, M.L. “Es un clásico de la literatura. Cuando tienes que referirte a alguien de manera bastante evidente pero no literal, uno mantiene la similitud de los nombres y por lo menos las iniciales. En House of Cards por ejemplo, el presidente de Rusia se llama Viktor Petrov y su parecido con Vladimir Putin es evidente. Uno juega con eso”, explica el cineasta entre risas.

La cinta, que se estrenará en Chile a finales de abril o principios de mayo y será distribuidad por BF, aborda los vicios de la justicia chilena a través de la batalla legal que se libra entre los pasajeros del auto por no ser condenados, bajo la sombra de la influencia política de la familia Larrea.

Vicente, que no recordaba nada del accidente por su estado de ebriedad, se convierte rápidamente en uno de los blancos de la defensa del hijo del senador para que así se zafe de su responsabilidad. “Vicente, a pesar de tener dinero y todo, es visto como un outsider de esa clase social que veranea en Cachagua y tiene apellidos con abolengo. Cuando hay que echarle la culpa a alguien para que se salve el otro cabro (Manuel Larrea), se la echan a él”, cuenta la ganadora del Oso de Plata de Berlín, la actriz Paulina García, que interpreta a la madre del joven.

En los hechos reales, Martín Larraín fue absuelto de toda responsabilidad por el fatal accidente que terminó la vida de Hernán Canales Canales. En cambio, dos de sus amigos que iban sobre el vehículo –Sofía Gaete y Sebastián Edwards– sí fueron condenados por obstrucción a la justicia y quedaron como los únicos imputados culpables en la causa.

Much Ado About Nothing still 4

Cuando se difundió la absolución de Martín Larraín, en diciembre de 2014, Alejandro Fernández Almendras decidió inmediatamente hacer una película sobre el caso. Indignado, como medio Chile, contactó al guionista Jerónimo Rodríguez y juntos decidieron situar la historia en la vivencia de un amigo del conductor responsable del atropello para así alejarse un poco del caso específico de Larraín. “Si contábamos todo tal cual, teníamos que terminar consignando que al rato después de lo ocurrido se promulgó la Ley Emilia, dando la idea de que las cosas estaban mejorando en términos de la aplicación de la justicia. No es necesariamente así y no era nuestra idea generar esa visión”, explica el cineasta.

Además de no ocupar los nombres reales hay circunstancias y lugares que no son los mismos. De hecho, la situación ficticia transcurre cuando Vicente Maldonado está de vacaciones de verano en el sector de Zapallar y Cachagua mientras que el atropello de Hernán Canales Canales ocurrió en Curanipe, balneario de la región del Maule, durante las celebraciones de las Fiestas Patrias.

Si bien no querían contar exactamente la historia de Martín Larraín, sí pretendían que la historia fuera verosímil legalmente. Para eso, a partir de enero de 2015, mientras el director y el guionista escribían el texto final, se reunieron con varios abogados para tener claro el escenario. “La pregunta era: si el caso Larraín fuera hoy día, bajo la actual Ley Emilia, ¿qué tendría que hacer para zafar de una condena? Preguntamos mucho, nos costó un montón llegar a una versión de caso que fuera plausible”, explica Alejandro Fernández.

ENTRE CACHAGUA Y ZAPALLAR SIN DINERO

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Con eso solucionado, en las productoras Jirafa y Brisa Films, a cargo del proyecto, todo comenzó a organizarse para la filmación, que se concretó en abril del año pasado. Pero el presupuesto no daba para mucho. A pesar de la trayectoria del director, no ganaron el Fondo Audiovisual para producir la cinta, por lo que recurrieron al aporte de quienes estuvieran interesados, vía la página de crowdfunding Indie Go Go. De esa forma, lograron recolectar cerca de 17 millones de pesos con los que financiaron la filmación.

Pero aún así, el dinero escaseaba. Varios de los actores y parte del equipo técnico, incluido el director, participaron del proyecto sin remuneración. “Le dijimos a la gente que no teníamos, porque esa era la realidad. Decidieron cobrarnos nada o muy poco en esta primera etapa y nos comprometimos a pagarles cuando empecemos a recibir plata. Hicimos trueque con otros, canjes por asesorías de guión o videoclips con algunos músicos. Todo lo hicimos con un afán de salirse de la idea de que todo tiene que tener un precio”, explica Alejandro.

Esos días transcurrieron entre Cachagua, Zapallar y La Ligua, con el pequeño equipo integrado por los actores Agustín Silva, Luis Gnecco, Alejandro Goic, Paulina García, Daniel Alcaíno, entre otros, y el destacado director de fotografía Inti Briones, asiduo colaborador de Fernández Almendras. Sin permisos municipales ni muchas locaciones aseguradas previamente, la producción tuvo que sortear algunos obstáculos como la constante presencia de Carabineros durante sus filmaciones en Zapallar.

“Varias veces nos encontraban y nos decían que no podíamos filmar. Algunos vecinos, que sabían que estábamos filmando la película sobre el caso de Larraín, llamaban a la policía para que nos echaran”, cuenta Alejandro.

En esa constante escapatoria, más de alguna vez simularon estar filmando en un lugar cuando en realidad lo estaban haciendo en otro. En otra oportunidad, el equipo ingresó furtivamente a un condominio luego de conseguirse la clave de ingreso con amigos. “Subimos al sector alto, grabamos y salimos rápidamente”, cuenta el cineasta.

Bajo esa sensación de urgencia, después de diez días y medio de filmación, la película quedó lista para el montaje, a cargo de Fernández Almendras y Soledad Salfate, también montajista de ‘Matar a un Hombre’. La cinta terminó su proceso de posproducción en los primeros días de enero y fue enviada por correo al festival de Sundance a pocos días del cierre del plazo.

LA JUSTICIA DE LOS RICOS

Para Alejandro Fernández Almendras la justicia es un tema recurrente. Ya había incursionado en él en ‘Matar un Hombre’ donde un padre se toma venganza por el asesinato de su hijo en una población del sur de Chile. “Si esa era una cinta sobre la justicia de los pobres, esta es sobre la de los ricos”, explica Fernández, que está escribiendo ‘Hierro’, tercera película sobre la justicia, pero esta vez sobre las corporaciones cruzada por el tema ambiental.

“’Aquí no ha pasado nada’ nace en torno a la reflexión de cómo funciona el sistema judicial chileno y cómo las leyes no ayudan a clarificar para llegar a una verdad real sino que entrega herramientas para que la gente manipule el sistema completo y mientras tengas plata puedas moverlo a tu favor”, cuenta el productor Augusto Matte.

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Sin embargo, Fernández Almendras aclara que su intención no es hacer una especie de “juicio a posteriori” de Martín Larraín. “En este caso no hubo justicia, si la hubiera habido esta película no existiría. Pero tampoco la idea es poner a los personajes de la película como los malos en blanco y negro. Para cualquier persona una situación así sería horrible, incluso para él. No creo que Larraín haya salido de su casa con ganas de matar a alguien”, dice.

“Me parece que allí donde falla la justicia, el arte debe generar reflexión. Yo creo que la película no hace una condena tan fuerte, es más reflexiva para poner el tema en el tapete y que busquemos formas de que este tipo de injusticias no vuelvan a ocurrir”, relata.

Buena parte de la trama narra la batalla legal que administran los abogados de los involucrados en el accidente: Luis Gnecco, como defensor de Larrea, y Alejandro Goic, como el abogado de Vicente Maldonado. Poco a poco, a medida que avanza la historia, Vicente aparece como uno de los posibles culpables, restándole responsabilidad al “Martín Larraín” de la ficción. “Lo que pasa es que si tienes un buen abogado y los recursos suficientes, puedes llegar a cuestionar cosas que son las únicas que permiten declarar tu culpabilidad. Eso intentan hacer los abogados de Larrea, evidentemente no buscan la verdad. Buscan eso que dijo Carlos Larraín hace poco, “la verdad judicial””, indica Fernández Almendras.

En ese escenario, Vicente no contribuye mucho. Una persona maleable y con poco carácter, se ve consumido por la situación. Sin recordar lo que pasó, es manipulado por los abogados del hijo del senador. “Termina diciendo una verdad moldeada por los que lo manejaron”, explica Agustín Silva. En tanto, el destino del personaje de Larrea no dista del de Martín Larraín en la realidad.

La nueva película de Fernández Almendras apunta a llevar más público que sus otras cintas a las salas. “Si bien mantiene el discurso político de Alejandro que es muy claro en todas sus películas, el tratamiento de esta es mas dinámico. Nos propusimos hacer que llegase a un publico mayor, es más rockera”, comenta Augusto Matte. Para ello usaron música chilena de grupos como Denver, Tiro de Gracia, Macarroni, Me llamo Sebastián, Anita Tijoux, entre otros.

A Sundance viajarán Augusto Matte, Alejandro Fernández Almendras, Agustín Silva y allí se encontrarán con Paulina García, que estará presentando en Estados Unidos ‘Little Men’. Todos a la espera de repetir el triunfo que en 2014 consiguiera ‘Matar a un Hombre’. “Uno nunca sabe. Yo esa vez fui con pocas expectativas y a la película le fue increíble. Ahora no sé, sólo espero que tenga una buena bienvenida”, cuenta Alejandro.

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