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Cultura

19 de Enero de 2016

Tacos de alacrán y dormir en bencineras: La vida del chileno que recorre América en bicicleta

El puertovarino Christian Amigo lleva casi nueve meses recorriendo el continente sobre dos ruedas desde Canadá hasta Nicaragua, una travesía que inició sólo con la compañía de "una bicicleta rutera común y corriente", una carpa, un iPod "que está hecho bolsa" y mucha comida. Pero su viaje no termina hasta llegar a Punta Arenas, donde piensa planear su siguiente viaje en bicicleta a Asia.

Por

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Christian Amigo es de Puerto Varas, estudió ingeniería comercial, aunque nunca ejerció porque optó por ir a trabajar a Vancouver, Canadá, juntar plata y volver a Chile arriba de su bicicleta.

Emprendió el viaje el 14 de mayo del año pasado y su fin es llegar a Punta Arenas, esto sin una fecha establecida. “Lo que sí tengo son dos matrimonios, uno en septiembre y uno en octubre, y pretendo llegar”, dice el ciclista.

Desde Canadá ha pasado por Estados Unidos, México, Honduras, Bélice, Guatemala, Salvador y ahora se encuentra Nicaragua.

Más allá de los inconvenientes técnicos, como pinchazos de rueda y desgasto de la cadena, su bicicleta le ha permitido llevar a cabo tranquilamente esta travesía que ahora se encuentra a mitad de camino, y de la cual va dejando registro en su página de Facebook “Rueda al sur”. El viajero asegura que su transporte llegará hasta Chile: “voy a llegar en una sola pieza”.

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PEDALEO AL SUR

¿Cómo surgió la idea de hacer este viaje?

Bien fácil; quería viajar, no quería trabajar, quería disfrutar mi juventud así que me fui no más. Dije, si no lo hago ahora no lo voy a hacer nunca.

¿Qué es lo que más te ha gustado de esta experiencia?

Por ejemplo, ayer fui a hacer stand up paddle, nunca lo había hecho y lo hice en Nicaragua. Cuándo me iba a imaginar en mi puta vida que iba a estar haciendo eso en un país que nunca tenía en mis planes conocer. Conocí gente la raja, amigos que voy a tener el resto de mi vida. Haces contactos todos los días. Yo creo que eso: la sociabilización con la gente extraña.

También salir de mi zona de confort, conocer gente y lugares que si tú viajas en auto o en avión no hubieras conocido nunca en tu vida. La libertad de estar solo, hacer lo que te da la gana. Yo me río de mis amigos que me dicen, ‘puta mañana tengo que ir a trabajar, que tengo que ir al banco, que tengo que hacer esto y esto otro’, y yo estoy aquí cagado de risa en la playa.

¿Qué ha sido lo más difícil?

Más allá de lo físico -que eso pasa a segundo plano porque con el tiempo vas mejorando- es mantener la cabeza ocupada, no volverte loco, porque pasas mucho tiempo solo contigo mismo. Si te llevas mal contigo mismo, si sufres depresión o algo así, esto no es para ti. Es muy fácil volverte loco: estás solo en un país extraño, no conoces a nadie, echas de menos a tu familia, a tus amigos, tu comida, los completos, las sopaipillas. Se extraña bastante la verdad.

¿Cómo ha sido eso de estar solo?

Súper enriquecedor. Siempre he dicho que la única forma de conocerte a ti mismo es estando solo; un buen tiempo alejado de todos. Gracias a eso me conozco bastante más y uno madura. Es una buena forma de madurar.

Se dice que hay que hacer algún viaje solo alguna vez en la vida.

Y más que un viaje solo, un viaje pobre, con bajo presupuesto, cosa que te tengas que forzar a hacer cosas que no estás acostumbrado a hacer. Aprender cosas nuevas.

¿Cómo te financias?

Igual yo no gasto mucho dinero, pero básicamente con los ahorros que hice en Canadá. Y, como te dije, aprendí a hacer cosas que no sabía hacer, ahora algo pulseras y cosas así, y las vendo en la calle. Y también la gente te ayuda mucho, tanto en la calle como desde Chile. Te mandan dinero por la buena onda.

¿Gente desconocida te ha mandado plata?

Sí, por ejemplo, hace un tiempo hice una entrevista para el diario del Metro y personas que no me conocían me mandaron dinero, gente que me dijo, “cuando lleguí acá te esperamos con un asado”. Así que la raja.

¿Por qué crees que nace esta buena onda de gente que no te conoce?

Yo creo que es básicamente porque mucha gente quiere viajar y no puede por una cosa económica o por tiempo. Pero básicamente porque le es muy difícil dejar de lado sus cosas, tanto la familia, los amigos, la casa, el auto, el perro, el gato. La gente en general es muy apegada a sus cosas materiales y sociales. Entonces dejar todo de lado de un día para otro le es chocante.

¿Dónde te has estado quedando?

En la calle básicamente, y en plazas y bencineras. Mi forma de ahorrar dinero es no pagando hostales ni nada. Trato de dormir gratis siempre, nunca he pagado por dormir. Y una buena forma de hacerlo es con los bomberos, la policía, iglesias, pero lo mejor es bencineras. Están en todos lados, tienes duchas, comida, algunas tienen Internet y son súper seguras.

He visto en tu página de Facebook que también te has quedado en casas de algunos chilenos

Sí, mucha gente me ha contactado por la página y me dice “vente pa’ acá”. Buena onda, sin conocerlos ni nada.

¿Qué es lo que más echas de menos de Chile?

El barros luco y el italiano.

¿Has probado comidas raras durante el viaje?

Sí, cosas bien raras y bien ricas. Por ejemplo, comí tacos de alacrán.

Oh, ¿cómo era eso?

Sabes que eran bien ricos. Es que los alacranes en México son chiquititos, no tienen sabor a casi nada, es más que nada un buen negocio, para decir que comiste escorpión.

¿Tenías polola en Canadá?

Tenía una, pero la dejé.

¿Y ahora en el viaje has conocido algún amor?

Sí, sí lo he hecho, pero uno tiene que seguir su camino solamente. Si ella se quiere sumar, bienvenida, si no, yo sigo mi rumbo no más.

¿Cómo fue esa historia?

Fue en México. Fue bonito, intenso, corto pero bueno. De lo poco bueno, dicen por ahí.

“VIAJAR ES COMO UN VIRUS”

¿Cuál es tu plan de viaje?

En unos días parto a San José, que es la capital de Costa Rica. Ahí hay un buen amigo del sur también, que vive ahí, se casó con una costarricense así que me están esperando. Ahí me quedaré una semana o dos y de ahí tengo que seguir hasta Panamá, siempre siguiendo la Panamericana, la costa, las playas. Y de Panamá voy a tomar un avión -que es lo más barato- hacia Colombia. Ahí no sé todavía si a Barranquilla, que es en el norte, o a Medellín o Bogotá, que es en el centro. Pero la idea es de Barranquilla seguir la Panamericana hasta llegar a Chile. La idea es hacerlo bien rápido y ya en Chile demorarme más, tomarme mi tiempo, visitar más Chile, estar con la gente de ahí. Para ser honesto, igual echo de menos, entonces quiero estar más en Chile que en otros países. Por ahora, después ya me quiero ir de nuevo.

Es bueno volver al nido

Sí, si ya llevo dos años afuera entonces ya echo de menos a mi gente. Ya en Arica voy a estar feliz, y eso que no soy de allá.

¿Qué harás cuando llegues a Punta Arenas?

Tratar de buscar la forma de financiarme mi siguiente viaje.

¿Dónde te gustaría ir?

Me gustaría pegarme el salto a Asia.

¿En bicicleta también?

Por supuesto, es la mejor manera de viajar.

Christian 2

¿Qué reflexión podrías hacer sobre la cultura de los países que has visitado hasta ahora?

Ya entrando desde México al sur, la verdad es que Latinoamérica es un solo gran país, son todos iguales. Cambian las comidas, los modismos, la forma de hablar, pero en esencia es lo mismo. Nos reímos de lo mismo, nos gustan las mismas cosas, nos gusta la cerveza. Es genial.

Más allá de conocerte a ti mismo, ¿qué has aprendido con este viaje?

Conocer distintas realidades y tipos de gente. He estado con gente de mucho dinero, con narcotraficantes, con gente muy pobre, con indígenas; he conocido una variedad de gente y eso me hace abrir los ojos. Me ha hecho ver que en Chile tampoco estamos tan mal, que hay cosas que mejorar, que cosas que no hay que hacer, que hay que ayudar al resto. Todo tipo de viaje te abre los ojos.

¿Cómo has enfrentado al tema de tener que cambiar de culturas y horarios en tan poco tiempo?

Te vas adaptando, ya con el tiempo te acostumbras. En un mismo lugar puedes encontrar europeos, gringos, indígenas, todos mezclados, todos celebrando, y al final ahí te das cuenta de que somos todos iguales, diferentes idiomas nada más. Diferentes realidades, pero la gente es buena onda en todas partes; no hay gente mala, a menos que te lo andes buscando.

¿Qué consejo le darías a quienes quieren hacer un viaje similar?

Que lo hagan ya, que no la piensen. Entre más la piensas, más problemas les encuentras, más vas a dudar y menos tiempo vas a tener para aprovechar el viaje. Si lo quieres hacer, hazlo ahora mientras tienes el tiempo, mientras tienes las ganas. No necesitas dinero, sólo necesitas ganas. Y les recomiendo llevar harto bloqueador; me he insolado bastante. De hecho me hice un tatuaje y la cagada de tatuaje no se pegó porque tenía la piel muy seca.

¿En qué país te hiciste el tatuaje?

Me lo hice en Guatemala, con un chileno buena onda, así que fue bonito, un buen recuerdo del viaje.

Tatuaje

¿Qué es para ti viajar?

Buena pregunta. Para mí ahora es un estilo de vida. Siempre he dicho que viajar es como un virus, te entra el bicho y cagaste. Vuelves un tiempo y te vas; vuelves para irte. El país te queda chico, después el continente te queda chico, después quieres saltar a otros lados. Yo creo que incluso cuando conoces el mundo completo, quieres seguir recorriéndolo o volver a experimentar las cosas. Es adictivo, es una droga, una buena droga.

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